Finalmente, después de un largo debate que tuvo más componentes políticos que técnicos, el presupuesto 2025 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue aprobado con dos modificaciones importantes en el rubro patentes del automotor respecto al proyecto original que había presentado el gobierno de Jorge Macri a fines de septiembre.
Estos cambios son los que impactarán en los montos de patente vehicular que tendrán que pagar desde el año próximo quienes compren un auto eléctrico o híbrido, por un lado, y quienes adquieran un vehículo comercial como una pick-up o un furgón por el otro.
En el primer caso, el proyecto de Presupuesto 2025 contemplaba que sólo se mantenía la exención de pago de patente para autos con tecnología electrificada durante el primer año, y que después de esos 12 meses desde el alta como auto cero kilómetro, deberían pagar el porcentaje correspondiente a la tabla que también se modifica, aunque en este caso con un esquema mucho más lógico para evitar saltos repentinos por montos mínimos de valuación de los vehículos.
Pero lo que finalmente se votó y se aprobó en la Legislatura porteña fue una medida intermedia entre lo que regía y lo que pretendía el gobierno porteño. Desde 2025, durante los dos primeros años, tanto autos eléctricos, como híbridos en todas sus concepciones (convencionales, enchufables y microhíbridos) no pagarán patente automotor, pero a partir del tercer año, empezarán a pagar en una escala ascendente que tendrá tres años de extensión hasta llegar al 100 por ciento.
El primer año de pago de patente para los autos que se compren en 2025 con esta tecnología será 2027, cuando deberán tributar el 40%. Ese incremento subirá al 60% para el 2028 y al 80% para 2029. A partir del 2030, pagarán el 100% de la alícuota de patente que corresponda por precio y modelo.
Sin embargo, quienes compraron un auto híbrido o eléctrico y no pagaban patente en 2023 o 2024, tendrán que adelantar ese programa de pagos parciales. Los primeros pagarán ese 40% ya el año próximo y quienes compraron durante este año lo comenzarán a pagar en 2026. Haber comprado un auto con una condición arancelaria determinada no se aplica sobre cambios futuros. Si se termina una exención, hay que empezar a pagar aunque se haya comprado cuando no se tributaba.
“No hay derechos adquiridos. Con patentes o con el ABL pasa lo mismo. Si hay un cambio sobre un bien adquirido anteriormente por el que pasan a pagar una alícuota distinta, ese cambio impacta a todos. De hecho, el nuevo esquema de patentes de la Ciudad incluye un cambio para todos los autos, los usados también, y ese cambio es en general positivo porque permite bajar el costo de patente para muchas personas. Y eso aplica para todos, no es sólo para autos nuevos”, explicó una fuente del sector automotor.
Aunque la modificación impactará negativamente en los usuarios de autos con tecnología sustentable, haber retrocedido sobre una medida que parecía tener sus raíces en un tema exclusivamente recaudatorio sobre un mercado muy chico como el de los autos eléctricos e híbridos, no hace otra cosa que reivindicar las ideas y conceptos que había impulsado al gobierno del mismo signo político de colocar a la Ciudad de Buenos Aires entre las urbes más vanguardistas en cuestiones medioambientales.
“Había también un poco de desconocimiento de los legisladores que idearon esa reforma, porque habían puesto a los autos híbridos convencionales en una categoría de autos de lujo o de alta gama a la que no pertenecen. Hoy, en el mercado argentino se puede comprar un híbrido autorecargable (los convencionales) por el mismo precio que ese modelo tiene con un motor de combustión interna, siendo que permite ahorrar entre un 40% y un 50% el consumo de combustible y, por lo tanto, ese mismo porcentaje se aplica a la reducción de gases contaminantes”, dijeron desde el sector de importadores, uno de los que más se iba a ver afectado por la decisión de eliminar la exención de patentes en CABA.
Vehículos comerciales
La otra modificación que se aprobó es mantener la alícuota del 2,3% para los vehículos comerciales registrados en la Ciudad. El proyecto que habían enviado a la Legislatura contemplaba subirla en una escala que llegaba hasta el 8%, lo que generó mucha preocupación y rechazo en los usuarios que utilizan este tipo de vehículos para una actividad productiva como bien de trabajo.
“Pagar un 8% de patente era una locura. En 5 años, el Gobierno se quedaba con el 40% del valor del vehículo. Mantener el 2,3% es razonable porque inevitablemente iban a afectar la renovación de flotas y autos de trabajo”, explicaron fuentes del mercado automotor.