En medio del actual debate en torno a la eliminación del cepo y sus riesgos, el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, consideró que la quita de las restricciones cambiarias no necesariamente generaría un salto inflacionario, que es lo que hoy le preocupa al Gobierno, en el caso de que se disparara el tipo de cambio.
En la columna que escribió durante el fin de semana en su blog personal, Cavallo analizó el rol del cepo cambiario en el proceso de estabilización económica y argumentó que su eliminación “podría consolidar la estabilidad monetaria y cambiaria en el país, abriendo el camino hacia un crecimiento basado en la inversión y el aumento de la productividad”.
“La eliminación completa del cepo podría significar la consolidación de la estabilidad monetaria y cambiaria”, afirmó el economista, quien subrayó que postergar esta decisión podría limitar el impacto positivo de otras medidas tomadas por el Gobierno, como el ajuste fiscal y la eliminación de la emisión monetaria asociada al déficit. Cavallo afirmó que cuando se decida eliminar el cepo, “seguramente habrá un salto cambiario, pero ello no significa que se vaya a interrumpir el proceso de desinflación sino, por el contrario, podrá significar la consolidación de la estabilidad monetaria y cambiaria”.
Además, “como contrapeso a un posible salto cambiario, la eliminación completa del cepo provocaría una mayor reducción del riesgo país, facilitando el acceso a financiamiento para afrontar los vencimientos de capital de la deuda en dólares”, dijo, y agregó que también “ayudará a que haya saldos favorables en la balanza comercial para facilitar el acceso del Tesoro a la compra, con los pesos de su superávit fiscal primario, de los dólares que necesita para afrontar el pago de lo intereses de esa deuda”.
Frente a las versiones que indican que el Gobierno postergaría la decisión para después de las elecciones, Cavallo le recomendó al presidente Javier Mieli que “considere seriamente su eliminación en los primeros meses del año próximo, para llegar a la elección con la economía estabilizada y reactivada y en franco proceso de crecimiento por inversión y aumento de productividad”.
Entramado de restricciones
Cavallo explicó que el cepo cambiario está compuesto por un entramado de restricciones que afectan tanto a exportadores como a importadores. Por un lado, los exportadores están obligados a liquidar sus dólares ante el Banco Central dentro de plazos determinados. Por otro, los importadores enfrentan límites en el acceso a divisas, tanto en cantidad como en los plazos para realizar los pagos.
Estas medidas permiten al Banco Central manejar el tipo de cambio oficial y mantener metas de acumulación de reservas. Sin embargo, remarcó el ex ministro, generan distorsiones que alimentan la brecha cambiaria entre el mercado oficial y los paralelos, como el dólar blue y el contado con liquidación (CCL). Además, afectan negativamente la competitividad y los costos de las empresas, al tiempo que desalientan la inversión extranjera.
“En esencia, se trata de un control de precio y cantidad en el mercado cambiario, algo que no es fácil de mantener por períodos largos sin que surjan mecanismos de evasión”, detalló Cavallo, al agregar que las restricciones también se aplican a operaciones financieras y transferencias internacionales, lo que agrava las distorsiones.
Los beneficios de salir del cepo
Aunque reconoció que la eliminación del cepo podría provocar un salto inicial en el tipo de cambio, Cavallo sostuvo que este movimiento no sería necesariamente inflacionario. Según su análisis, un mercado cambiario unificado y sin restricciones permitiría:
- Reducir el riesgo país: esto facilitaría el acceso al financiamiento externo, necesario para afrontar los vencimientos de deuda en dólares.
- Fortalecer la balanza comercial: la unificación cambiaría incentivaría exportaciones y estabilizaría las importaciones, mejorando los saldos comerciales.
- Reforzar el sistema monetario: el dólar asumiría un rol clave como medio de ahorro y financiamiento de inversiones, especialmente para empresas excluidas del Régimen de Incentivo a la Inversión (RIGI).
Cavallo también planteó que un sistema monetario basado en la competencia de monedas, similar al modelo peruano, podría ser una solución eficaz para garantizar la estabilidad. En este esquema, los bancos recibirían depósitos tanto en pesos como en dólares, y el Banco Central regularía la expansión del crédito en ambas monedas mediante instrumentos como los encajes legales y las operaciones de mercado abierto.
“La estabilidad de precios requerirá que el peso no se deprecie tendencialmente, aunque pueda sufrir fluctuaciones transitorias”, explicó el economista. Este enfoque permitiría al Banco Central manejar la oferta monetaria de manera más flexible, limitando las ventas de reservas y asegurando que las fluctuaciones cambiarias no se traduzcan en inflación sostenida.
Cavallo reconoció que un salto cambiario inicial podría ser inevitable al eliminar el cepo, pero destacó que la estabilidad solo se alcanzará si el tipo de cambio se estabiliza sin necesidad de vender reservas. Para lograrlo, será crucial atraer capitales extranjeros que permitan al Banco Central acumular reservas y manejar los encajes de manera estratégica, dijo en su columna.
“El principal argumento que alimenta la expectativa de un salto cambiario es que la brecha entre el precio en los mercados MEP y CCL y el precio fijado por el Banco Central no es realista”, advirtió. Sin embargo, aseguró que una entrada vigorosa de capitales podría revertir rápidamente cualquier impacto inicial sobre los precios.