El oro sigue siendo un activo clave para las economías de todo el mundo, con un precio que actualmente ronda los 2.641,79 dólares por onza, según el último reporte de Reuters. Este nivel de cotización se encuentra cercano al máximo histórico registrado en octubre de 2024, cuando el oro alcanzó los 2.790,07 dólares por onza. Esta alta valoración subraya la importancia del metal precioso como reserva estratégica y como indicador de estabilidad financiera en un contexto global incierto.
De acuerdo con los datos más recientes del World Gold Council, Estados Unidos lidera ampliamente el ranking de países con mayores reservas de oro, acumulando 8.133,46 toneladas. Esta cifra equivale a más de cuatro veces las reservas de países como China y Rusia, que también figuran en los primeros lugares de la lista. En un mundo caracterizado por tensiones geopolíticas y fluctuaciones económicas, la posesión de grandes reservas de oro constituye un recurso fundamental para garantizar la estabilidad financiera y el poder geopolítico de una nación.
Reservas de oro: los países líderes
El ranking de países con mayores reservas de oro revela una fuerte concentración en manos de unas pocas economías. Después de Estados Unidos, el segundo lugar corresponde a Alemania, con 3.351,53 toneladas, mientras que Italia y Francia ocupan el tercer y cuarto lugar, con 2.451,84 toneladas y 2.436,94 toneladas, respectivamente. Estas naciones europeas han mantenido tradicionalmente altos niveles de reservas de oro como parte de su estrategia económica y de respaldo.
En el quinto lugar se encuentra Rusia, con 2.335,85 toneladas, seguida de cerca por China, que suma 2.264,32 toneladas. Ambos países han aumentado significativamente sus reservas en la última década, con el objetivo de diversificar sus activos y reducir la dependencia de divisas como el dólar estadounidense.
Completan el top 10 Suiza (1.039,94 toneladas), India (853,63 toneladas), Japón (845,97 toneladas) y los Países Bajos (612,45 toneladas). Estos países mantienen grandes volúmenes de oro como parte de su estrategia de diversificación y protección frente a la volatilidad económica.
Reservas en América Latina
Dentro de América Latina, las reservas de oro son significativamente más bajas que en las grandes potencias mundiales, pero siguen siendo un recurso estratégico para los países de la región. Argentina, con 61,74 toneladas, está tercera entre los países sudamericanos presentes en el ranking del World Gold Council. Más arriba aparecen Brasil, con 129,65 toneladas, y México, que posee 120,37 toneladas.
Aunque estas cifras no se comparan con las de las principales economías del mundo, el oro sigue siendo un componente importante de las reservas internacionales de estos países, actuando como un seguro frente a la inestabilidad económica y política.
El máximo histórico del oro
El precio del oro alcanzó su máximo histórico en octubre de 2024, cuando cotizó a 2.790,07 dólares por onza. Este récord marcó un año excepcional para el metal precioso, que inició enero cotizando en 2.063,73 dólares por onza. A lo largo de diez meses, el oro experimentó un crecimiento de más del 33%, subiendo 670,73 dólares por onza.
Este fenómeno captó la atención de inversores y analistas, quienes señalaron que varios factores se combinaron para impulsar esta escalada. Uno de los principales motivos fue la creciente demanda por parte de bancos centrales de todo el mundo. Estos actores, especialmente en economías emergentes, incrementaron sus compras de oro como medida de protección frente a la inflación y como diversificación de sus reservas internacionales.
Factores detrás del precio
Entre las causas que llevaron al oro a este nivel destacan varios elementos clave. En primer lugar, la fuerte demanda de bancos centrales actuó como un motor fundamental para el alza del precio. Según el World Gold Council, los bancos centrales poseen aproximadamente una quinta parte de todo el oro extraído en la historia, lo que subraya su papel como grandes jugadores en este mercado.
Otro factor fue el incremento en la diversificación de carteras por parte de inversores individuales e institucionales. La inestabilidad política y económica global, incluyendo conflictos internacionales y tensiones en los mercados energéticos, impulsó el interés por activos seguros como el oro. Esta tendencia se intensificó en un año marcado por elecciones clave y desaceleraciones económicas en varias regiones del mundo.
La oferta limitada de oro también contribuyó a su apreciación. Como recurso finito, la minería de oro enfrenta restricciones naturales y costos crecientes, lo que acentúa su escasez frente a la creciente demanda. Además, el oro se utiliza en sectores industriales como la tecnología y las energías renovables, aumentando su utilidad más allá de los fines de inversión y joyería.
Finalmente, las condiciones macroeconómicas también jugaron un papel central. Durante 2024, la inflación global y las decisiones de política monetaria en economías clave, como los Estados Unidos, influyeron en el atractivo del oro como refugio seguro. La reducción de tasas de interés, prevista por la Reserva Federal, reforzó el interés en el metal precioso, ya que los activos que no rinden intereses, como el oro, tienden a ganar popularidad en este contexto.
Aunque el oro ha bajado ligeramente desde su récord histórico, sigue cotizando a niveles elevados que reflejan su relevancia como activo seguro. Los analistas continúan observando de cerca factores como la política monetaria de la Reserva Federal y los desarrollos geopolíticos, que podrían influir en el futuro del mercado del oro.