El buen tono del mercado sumó hoy un dato adicional: la cotización del dólar futuro a noviembre de 2025, cuya operación quedó inaugurada con el inicio del mes, también reflejó el optimismo de los operadores del mercado respecto de la estabilidad cambiaria. No es un detalle menor: se trata de los primeros contratos cerrados con fecha posterior a las elecciones de octubre del próximo año y que, según los analistas, tienen implícita la presunción de unificación cambiaria para esa fecha. En ese marco, lo más destacable es que el mercado no espera ningún evento disruptivo en el tipo de cambio. El precio de $1.276 en torno al cual se operaron los contratos a noviembre de 2025 indican, claramente, que no está en las expectativas un salto del dólar en los próximos 12 meses.
Ese precio está alineado con las proyecciones volcadas en el Relevamiento de Expectativas que publica todos los meses el Banco Central, según la cual en hacia fin del próximo año el tipo de cambio oscilará en torno a los 1.246 pesos.
“El dato relevante es que de agosto a noviembre es el período marcado por las elecciones: pre y post. La variación del valor es de un 3,5% mensual, lo que significa que el mercado hoy está viendo que, si hay unificación cambiaria post elecciones, el salto no debería superar 7 por ciento”, aportó Cristian Gardel, de Gardel Trading, quien precisó que para septiembre, el mes anterior a las elecciones, la cotización cerró levemente por encima de los $1.200. “Hoy (por ayer) se operó por primera vez en noviembre, con una posición que quedó abierta por USD 1 millón, lo que no es un monto menor”, agregó.
Existe una interpretación adicional a la evolución de las cotizaciones del dólar futuro, ya que si se toma la variación diciembre-noviembre, la suba acumulada no alcanza 25%, es decir, no llega a 2% mensual, lo que significa que el mercado no duda de las afirmaciones del presidente Javier Milei respecto del ritmo de devaluación.
“Si le restamos la inflación inducida (devaluación prefijada + la inflación internacional), la inflación monetaria viene viajando al 0,2% mensual, esto es, 2,4% anual. De confirmarse dos meses más esta inflación se bajará la devaluación mensual al 1%”, dijo el Presidente en su cuenta de X, a mediados del mes pasado, cuando se conoció el IPC de octubre. Por esa misma fecha, desde el Banco Central explicaban que el ritmo de devaluación, que funcionó como un ancla en el inicio del plan de estabilización, ahora se convirtió en un factor de inercia inflacionaria.
Las prácticamente nulas expectativas de devaluación tienen un sólido fundamento en la reducción de la brecha cambiaria, en mínimos desde que asumió la nueva gestión económica de Milei
A los pocos días de esos dichos, a los que se sumó la contundente definición del ministro de Economía, Luis Caputo, respecto del cepo –”el cepo se levanta en algún momento de 2025″–, el mercado de futuros corrigió levemente su expectativa de devaluación para acomodarla a los nuevos planes comunicados por el Gobierno y llevó el ritmo de suba del dólar esperado en los primeros meses del próximo por debajo del 2% mensual todavía vigente.
Las prácticamente nulas expectativas de devaluación tienen un sólido fundamento en la reducción de la brecha cambiaria, en mínimos desde que asumió la nueva gestión económica de Milei. El dólar financiero se ubicó ayer por debajo de los $1.100, piso que también tocó el dólar libre, lo que implica una brecha de apenas 8,4% con el tipo de cambio oficial.
Esa convergencia en ciernes tiene una implicancia para nada menor: el “dólar blend”, por el que se apunta a mejorarles el tipo de cambio a los exportadores al permitirles liquidar 20% de sus ventas en el segmento financiero, deja de tener atractivo. Esto porque la diferencia entre el tipo de cambio oficial de $1012 (mayorista) y el “dólar exportador” es de 1,7%, ya que, al cierre de ayer, el blend cotiza a 1.029 pesos.
“Si mañana se disparara a $1.500 el CCL, la mejora para los exportadores sería de apenas 5%”, destacó el analista Amílcar Collante quien planteó qué sentido tiene que 20% de los dólares que ingresan no lo hagan a través del Banco Central.