El peso fue la moneda del mundo que más subió en 2024

El hecho se relaciona con el esquema cambiario, que generó un tipo de cambio real en niveles históricamente bajos. El problema de la competitividad

La apreciación del peso alcanzó el 40% en 2024, según GMA Capital (Foto: Shutterstock)

Mientras que los economistas debaten si hay o no atraso cambiario, el peso fue la moneda más apreciada del mundo en 2024. Desde diciembre de 2023 la revalorización fue del 40% en términos reales, superando ampliamente al resto de las monedas.

Así lo señala un informe de GMA Capital que toma las estimaciones del Bank for International Settlements (BIS). Detrás del peso entre las monedas más apreciadas a nivel global en el período diciembre 2023- octubre 2024, se encuentra la lira turca (16,5%), Malasia (8,5%), Sudáfrica (8,1%), Tailandia (4,8%), India y EEUU (3,2%), Islandia (3,1%), Reino Unido (2,5%) y Polonia (2,4%).

Mientras tanto, el real brasileño, principal socio comercial, fue la moneda más devaluada con 12,8%, seguido por México (11,5%) y Hungría y Corea del Sur (4%).

La 10 mejores y peores monedas en 2024 (GMA Capital)

Puntualmente, en el caso de Brasil, se aceleró la devaluación de su moneda en la última semana a un récord de 6 reales por dólar. El salto cambiario y el descenso de las acciones en Brasil se dio luego de que el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, anunciara que el paquete de medidas de contención del gasto del gobierno de Luiz Inácio “Lula” da Silva generará un ahorro de 70.000 millones de reales (equivalentes a USD 11.800 millones) en los próximos dos años. Esta situación plantea interogantes en cuanto a la competitividad con el país vecino y amenaza con ampliar el déficit en el comercio bilateral, siendo este el principal origen de las importaciones y destino de las exportaciones argentinas.

El hecho de que el peso argentino haya sido la moneda más apreciada se debe principalmente al esquema cambiario, basado en cepo y un ritmo de devaluación mensual o crawling peg del 2%, nivel muy por debajo de los niveles que marcó el Indice de Precios al Consumidor (IPC) durante todo 2024.

“En este contexto, el tipo de cambio real multilateral (TCRM), un proxy de la competitividad precio de la economía, está en mínimos desde 2015 y cada vez más cerca de los valores de fines de 2001″, señaló GMA Capital.

“Según los manuales, esta situación no es inocua para el sector externo. Por caso, en septiembre, y por cuarto mes consecutivo, el saldo de cuenta corriente cambiaria arrojó un valor negativo. Esta vez fue por USD 700 millones, acumulando una salida de divisas por USD 3.636 millones en el tercer trimestre, con un tipo de cambio promedio de $ 1.080 por dólar a precios de hoy. Si la cuenta corriente ya comienza a sufrir, ¿qué queda para lo que vendrá?”, consideró la consultora.

Cuenta corriente y tipo de cambio real (GMA Capital)

“Pero la realidad siempre es más compleja. Por eso, la métrica del tipo de cambio real, un factor que muchos economistas consideran endógeno (es resultado de la interacción de otras variables fundamentales) constituye tan solo un medidor de la competitividad. Existen otros indicadores que nos podrían aclarar un poco más acerca de la situación del mercado externo argentino”, agregó.

Dichos indicadores se relacionan con el agro, el turismo, el sector energético y los salarios en dólares. Sobre el primero, el aliciente de los productores a liquidar este año, luego de una sequía para el olvido en la campaña previa, se relaciona más con la brecha cambiaria que con el tipo de cambio real en niveles históricamente bajos. “Mientras que, a fines de 2015, la brecha se encontraba en torno al 50%, hoy sólo es del 9%, lo que incentiva la liquidación. Es decir, independientemente del precio internacional, un productor captura más dólares por cada dólar liquidado”, precisó GMA.

En tanto, otra gran incógnita con respecto a la sustentabilidad del sector externo sobrevuela en torno a la magnitud de la salida de divisas por turismo en los próximos meses. A estos niveles de tipo cambio, se espera uno de los mejores veranos para vacacionar en otros países, particularmente Brasil, desde 2018. “La cuenta corriente hoy ya está sufriendo por este sector, aunque se asoma un posible salvador a las cuentas externas”, aseguró el informe.

Y agregó: “El rubro energético sería el nuevo gamechanger que puede generar los suficientes dólares a futuro de manera tal que dicha salida de divisas no comprometa el equilibrio externo. Después de todo, si hay o no apreciación cambiaria estará dictado por el símbolo final de este balance en los próximos meses. Y es que con proyecciones de un superávit energético de alrededor de USD 7.400 millones para 2025 (según Economía y Energía), este saldo podría darse vuelta”.

Si bien el tipo de cambio no es tan competitivo en la actualidad, la estructura de costos de las empresas son determinantes para terminar de medir la competitividad y el nivel de sostenibilidad del tipo de cambio.

El amortiguador, según GMA, son los salarios en dólares. Estiman que el salario promedio al tipo de cambio mayorista se ubica algo arriba de los USD 1.100, mientras que aquel medido por el CCL se encuentra levemente por debajo. Estos valores se encuentran cercanos a los niveles del bienio 2008/2009 (promedio USD 1.096 a precios de hoy) y por debajo de aquellos de 2018/2019 (promedio USD 1.232). Asimismo, están muy lejos de los USD 1.916 de noviembre de 2017 y los picos entre USD 2.000 y USD 2.100 medidos al oficial entre 2013 y 2015, que demostraron, expost, ser insostenibles.

“Por lo tanto, no parecería que estos valores de costo laboral sean particularmente elevados. Además, las autoridades avanzan con su agenda de desregulación y reducción del gasto público (meta del gasto consolidado de 25% del PIB), con la mirada puesta en reformas más estructurales, como la laboral. Así, Argentina podría mantener un tipo de cambio más apreciado sin que éste se vuelva insostenible”, explicó GMA.