Muchos argentinos elegirán vacacionar este verano en el exterior, en un contexto en que el tipo de cambio se apreció y hubo países de la región que devaluaron sus monedas, lo que favorece aún más el turismo emisivo y desalienta el receptivo. Es el caso de Chile, México y Brasil. De esta manera, Santiago, Cancún y Búzios, en general muy demandados, resultan más económicos para viajar que en la convertibilidad.
Sucede que, según precisa un informe de la consultora Econviews, el dólar turista se apreció 76% en el último año. Esto se debe a que el ritmo de devaluación mensual del peso o crawling peg se mantuvo en 2% mensual desde principios de 2024, muy por debajo de los niveles de inflación. En consecuencia, la Argentina se encareció en dólares.
Si bien todavía no se llegó al dólar de la convertibilidad, que sería $800 a precios de hoy; el cambio con el real brasileño, el peso chileno y el mexicano está en el mismo nivel que a principios del año 2000, a lo que contribuyó la reciente depreciación de las monedas de esos países.
El cambio con el real brasileño, el peso chileno y el mexicano está en el mismo nivel que a principios de los 2000, producto también de la reciente devaluación de esas monedas (Econviews)
Solo en octubre, un mes considerado temporada baja, los viajes a destinos internacionales crecieron un 25% interanual, mientras que la llegada de turistas extranjeros cayó 30 por ciento.
En noviembre, la diferencia podría atenuarse por la gran afluencia de brasileños que ingresaron al país por la final de la Copa Libertadores.
El aumento del turismo emisivo por sobre el receptivo genera una sangría de divisas considerable. La consultora señaló que el déficit turístico se incrementa cuando aumentan los salarios en dólares. Por caso, en 2017, con sueldos promedio de USD 1.400, el saldo turista fue negativo en USD 10.700 millones. Durante 2023, con salarios de USD 591, el rojo alcanzó los USD 6.600 millones. Ahora, de acuerdo al informe, el salario RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) superó los USD 1.000 dólares en noviembre y el saldo de 2024 podría ser negativo por USD 5.635 millones. El año que viene ascendería a -USD 7.884 millones.
No obstante, el egreso de divisas de las reservas del Banco Central por esta vía no resultaría tan riesgoso como en 2017 y 2018 ya que en la actualidad es más conveniente pagar la tarjeta con dólares propios comprados al tipo de cambio MEP, incluso cuando se elimine el Impuesto PAIS a fines de diciembre. Pero si vuelven a subir los dólares paralelos, la ecuación puede cambiar.
Por otro lado, en redes sociales, se viralizaron varios videos en que los extranjeros se quejaban de los precios en el país. Una turista que visitó el Glaciar Perito Moreno afirmó: “Cuando estuve aquí el año pasado, sentí que todo costaba la mitad o un tercio de lo que estoy pagando ahora. Por ejemplo, la entrada a este parque nacional, y a varios parques nacionales en Argentina, costaba unos 15 o 20 dólares el año pasado, a principios de este año eran 30, y hoy fue de 45 euros”. A su vez, el minitrekking por el glaciar cuesta $400.000 y el Big Ice, un trekking más largo y exigente, no apto para personas mayores; tiene un costo de $800.000 por persona, valor extremadamente alto no solo para los argentinos, sino -al tipo de cambio actual- para turistas provenientes de cualquier parte del mundo.
Los destinos locales más afectados por la apreciación cambiaria
En lo que respecta al impacto en la industria local, Econviews analizó la sensibilidad de la ocupación hotelera al dólar paralelo en distintos destinos turísticos argentinos entre 2011 y 2020. “Cuando se aprecia el tipo de cambio y se vuelve más barato viajar afuera, caen las reservas, pero solo en algunos destinos. Típicamente, son los de ingresos medios-altos, como Pinamar, San Martín de los Andes y Ushuaia, y también los que reciben muchos turistas del resto del mundo como Puerto Iguazú”, aseguraron.
En destinos como Villa Carlos Paz, Bariloche o Gualeguaychú se da el fenómeno contrario: cuando se aprecia el tipo de cambio (y en general, se recuperan los ingresos asalariados), aumenta la ocupación hotelera.
Igualmente, el abaratamiento de los viajes al exterior genera preocupación en todo el sector turístico nacional, que pide al Gobierno una reducción de impuestos para ganar competitividad. Ya el último fin de semana largo del 17 de noviembre, la cantidad de turistas se redujo 2,3% en relación a 2022 (el año pasado fue el balotaje presidencial).