Carlos Melconian dijo que a la actual cotización del dólar “no le sobra nada”, pero que está lejos de ser una situación comparable a la época de la Tablita de Martínez de Hoz, durante la dictadura militar, el final del plan de convertibilidad o el retraso cambiario que el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) le dejó en diciembre de 2015 al gobierno de Mauricio Macri.
Entrevistado por radio Mitre, al ser consultado sobre si la devaluación del real brasileño afecta a la economía argentina, el economista respondió: “Incipientemente sí. Acá el tema del tipo de cambio arranca en dónde va ir el dólar en el mundo. Es la primera preocupación. Yo diría, dentro de un esquema de cosas positivas, cosas negativas, ¿qué hay adentro de esa bolsa? La fortificación de dólar en el mundo en general lleva, para los vecinos nuestros que tienen tipo de cambio flotante y lo usan como alternativa cuando bajan los precios internacionales y no tienen gran repercusión en sus precios internos, a devaluar, porque no quieren quedar pegados al dólar que se fortifica en el mundo. Mejoran su competitividad, como dicen los libros, a través de tocar la moneda”
Sin embargo, aclaró Melconian, que en 2023 acompañó la campaña presidencial de Patricia Bullrich, en el caso argentino “se ha demostrado que tocar la moneda no mejora la competitividad, porque es un alivio transitorio que después se lo lleva la inflación. Ahora, sumale en Brasil un hecho adicional y propio que tiene que ver con el hecho de su ministro de Economía, del objetivo fiscal del presidente Lula, del déficit y demás, que le metió un toque adicional. Y sí, jode. Porque más allá de los cambios que han habido entre los 90s y hoy, digo los 90s porque se había creado la frase de la “Brasil dependencia” de Argentina por lo que implicaba el comercio exterior con Brasil. Bueno .. acá si bien ha disminuido esa Brasil-dependencia, sigue siendo el principal socio y sí, te mete en un quilombo, la devaluación brasileña, y la chilena. Por eso dije que hay que comparar la serie del tipo de cambio real de Argentina a secas, para decir si está atrasado o no, más allá de las evidencias fuertes. Insisto: a este dólar no le sobra nada, pero no es Martínez de Hoz, el principio de Macri o el final de la convertibilidad”.
Melconian precisó que el dólar a $800 con que arrancó el gobierno equivale hoy a entre 1.400 y 1.500 pesos. “En mil pesos, contra la historia, está justita. Contra diciembre se comió el colchón. Los brasileños pasaron de verduguear tirando billetes en la cancha a que se quejan del costo acá. Lo del costo acá es serio”, señaló.
En la Argentina se ha demostrado que tocar la moneda no mejora la competitividad, porque es un alivio transitorio que después se lo lleva la inflación
El economista había empezado la entrevista recordando que cuando llegan los programas de ajuste fiscal y liberalización pro-mercado de la economía, “se genera psicológicamente una postura de ‘vienen contra mí’. Este programa no está eximido de eso. La predisposición es esa, porque los modelos estos intrínsecamente traen eso”.
A los bifes
Pero más allá de discusiones teóricas y comparaciones contra estrategias económicas diferentes entre sí pero exitosas como Australia y Corea del Sur, señaló, “hay que ir a los bifes, ver dónde estamos y qué se hace. Y muchas veces la cuestión se circunscribe a la cuestión del tipo de cambio. El arranque es que hacés una serie larga en términos reales del tipo de cambio, si es multilateral, con qué índice lo hiciste . Cuando lo mirás así llegás a dos conclusiones muy insuficientes y preliminares: que este tipo de cambio no es uno al que le sobre mucho, pero tampoco es el tipo de cambio real de la tablita de Martínez de Hoz, del final de Cristina Fernández y el inicio de Mauricio Macri y mucho menos del final de la convertibilidad. Tiene aire contra eso, pero no le sobra nada”.
Yo tengo enormes diferencias con esta política económica y cuestiones que van más allá, pero la clase política argentina tiene que mirar mucho a Brasil, porque la cuestión del tipo de cambio tiene que ver también directa o indirectamente con el enfoque fiscal de un país
Melconian aclaró que el actual programa “le saca ventaja a los otros” porque arrancó con un buen “colchón”. Después, prosiguió, están las condiciones macro y fiscales. “Yo tengo enormes diferencias con esta política económica y de cuestiones que van más allá, pero -nobleza obliga. quiero poner un énfasis: la clase política de la Argentina hoy tiene que mirar mucho a Brasil. Porque la cuestión del tipo de cambio tiene que ver también directa o indirectamente con el enfoque fiscal de un país. No se puede tener más en la Argentina déficit fiscal. Gran lección aprendida a futuro. Después están el nivel del costo salarial en dólares, el movimiento de exportaciones e importaciones en términos de lo que va a venir, el movimiento de capitales, circunstancialmente con cepo en la Argentina, la cuenta de turismo, dónde están las tasas de interés, el dólar en el mundo, donde el precio de las materias primas. Y en la Argentina la institucionalidad, la previsibilidad, el comportamiento de su clase dirigente”, señaló.
Fue cuando le preguntaron sobre el efecto de la devaluación del real y respondió “te mete en un quilombo”.
En cuanto a la inflación, Melconian dijo que sigue en torno del 3% mensual y que es “un boludeo” hacer mucho énfasis en si comienza con 2 o con 3. “Estaba en el rango del 4%, ahora está en el rango del 3% (mensual)”, señaló. “Son los kilos más jodidos de bajar. Yo no estoy de acuerdo en torturar para bajar al 1 o 2% mensual”.
“Torturar” -aclaró, sería planchar el tipo de cambio o las tarifas, que serían un peor remedio que la enfermedad. Y subrayó que el actual gobierno heredó un “quilombo marca cañón en términos de precios relativos”, con algunos precios adelantados y otros retrasados hasta 2.000 por ciento.
“Hay que acomodar estos precios (pero) si los querés acomodar con tortura fiscal y monetario no salís del problema”, sentenció.