El secretario coordinador de Producción de la Nación, Juan Pazo, fue el único funcionario presente como orador en la 30° Conferencia Industrial organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA), luego de que el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, decidieran no asistir al evento. Su discurso se centró en justificar las decisiones del gobierno y responder a las críticas planteadas por el presidente de la conferencia, Martín Rappallini, quien había reclamado igualdad de condiciones para la industria nacional frente a los subsidios y ventajas de las economías extranjeras.
Pazo comenzó contextualizando el estado de la economía al inicio de la gestión del gobierno actual. Según el funcionario, el país se encontraba al borde de una hiperinflación, con una inflación diaria del 1%. Señaló que la emisión monetaria desenfrenada de la gestión anterior había generado un proceso inflacionario que dejó la economía en una situación extremadamente vulnerable. “Lo primero que uno haría es minimizar lo que se recibió y las consecuencias del orden macro”, afirmó.
En este marco, Pazo defendió las políticas implementadas para estabilizar el panorama macroeconómico y promover la competitividad. Subrayó que el principal desafío del gobierno es simplificar y desregular el sistema productivo, eliminando los obstáculos que afectan a las empresas. “Creemos que es condición esencial de este gobierno desregular, simplificar y darles a ustedes la herramienta para poder competir libremente. Eso es esencial”, sostuvo.
El funcionario también recordó el contexto restrictivo que enfrentaban las empresas en el pasado, señalando las medidas de control como la Ley de Góndolas, la Ley de Abastecimiento y los programas de precios regulados. Criticó la intervención estatal en la producción y mencionó que su experiencia personal le mostró los efectos negativos de esas políticas. “Yo me auto controlé los stocks de mis compañías el 14 de diciembre y les aseguro que no eran de consumo masivo ni que implicaban la subsistencia de la economía argentina”, comentó.
Rappallini había reclamado que el Estado debe nivelar la cancha para la industria nacional, denunciando que los empresarios argentinos enfrentan una competencia desleal con países que subsidian su producción y exportaciones. En respuesta, Pazo aseguró que las acciones del gobierno buscan mejorar la competitividad de manera integral, atacando problemas estructurales como los altos costos logísticos y la falta de acceso al crédito. Destacó que más del 80% de las importaciones están directamente relacionadas con insumos y bienes de capital, y afirmó que medidas como la eliminación del impuesto PAÍS y la agilización de licencias de importación benefician directamente a la producción.
“Cuando se liberan las licencias, cuando hay acceso al mercado único y libre de cambios, no se beneficia al producto terminado. Solo el 11% de lo que ingresa a la Argentina es un bien final”, explicó. Además, mencionó que se está trabajando en la licitación del transporte de carga y en la mejora de la hidrovía como parte de los esfuerzos para reducir los costos logísticos.
Pazo también resaltó que el crédito privado está creciendo a un ritmo mensual del 12% al 13%, gracias a la eliminación del déficit fiscal y la emisión monetaria. Comparó la situación de Argentina con la de países vecinos, destacando que mientras el crédito privado representa apenas el 7% del PBI local, en Brasil alcanza el 83% y en Chile el 70%. Según sus palabras, este flujo de financiamiento es clave para fomentar la inversión productiva y aumentar la competitividad.
El secretario coordinador insistió en que la apertura de mercados es fundamental para el crecimiento de la economía argentina. Explicó que, en el pasado, era prácticamente imposible negociar la apertura de mercados internacionales debido a la falta de credibilidad y a las restricciones impuestas por el modelo económico cerrado. “Era muy difícil abrir el mercado de las naranjas en Estados Unidos si yo no le firmaba los pagos a las compañías americanas para sus productos o insumos”, indicó.
En un tono enfático, Pazo buscó enfatizar los avances logrados durante la gestión actual, como la reducción de la brecha cambiaria al 10% y una inflación que bajó al 2.7% en el último mes. Sin embargo, reconoció que el recorrido hacia una mayor competitividad es largo y que quedan desafíos importantes por resolver, especialmente en materia de costos logísticos e integración internacional.
El discurso de Pazo funcionó como un intento de contrarrestar las críticas de Rappallini y otros líderes industriales, al poner en perspectiva los esfuerzos del gobierno para enfrentar las graves condiciones económicas heredadas. A pesar de las tensiones, ambos coincidieron en la necesidad de fortalecer el sector industrial como motor del desarrollo y la generación de empleo en el país.