La actividad de las pymes industriales cayó 12,7% interanual en el tercer trimestre de 2024, en lo que fue el sexto trimestre consecutivo de declinación interanual. En el mismo período las ventas deflactadas se comprimieron 0,6% y la ocupación fue 6,8% menor a la de igual trimestre del año pasado.
Pero aunque la actividad de las PyME fabriles se mantuvo en terreno negativo, la recesión perdió intensidad.
“Se desaceleró notoriamente la caída de las ventas (en parte por la dificultad para trasladar los costos a los pecios de venta) y en menor medida la de la producción. En cambio, se aceleró la contracción de la ocupación. La caída de producción se ve amplificada por el ciclo de acumulación de stocks de los últimos años”, dice un relevamiento de la Fundación Observatorio Pyme sobre los niveles de actividad y confianza en el sector pyme industriales y del sector de software y servicios.
“Los próximos relevamientos nos permitirán identificar más claramente las causas de esta diferencia, si continúa la desacumulación o también se explica por la reducción de producción local vía importaciones de productos terminados”, dice el reporte de la entidad encabezada por el economista Federico Poli, históricamente ligado a la Unión Industrial Argentina (UIA).
El Indec difundió este viernes el más reciente Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), el indicador más próximo al PBI, que tras dos meses de evolución mensual positiva (2,7% en julio y 0,9% en agosto) mostró una caída de 0,3% del nivel de actividad en septiembre, el último mes del tercer trimestre. Al respecto, un análisis de la consultora ACM destacó que 4 de los 15 sectores que componen el EMAE presentaron mejoras interanuales: Explotación de minas y canteras (7,6%), Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (3,1%), Intermediación financiera (2,5%) y Enseñanza (0,4%), mientras hubo variaciones negativas en Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,3% ia), Industria Manufacturera (-6,2%) y Construcción (-16,6%).
Los resultados del Observatorio Pyme sobre el tercer trimestre son de una encuesta relevada en octubre entre una muestra “estadísticamente representativa” de 500 empresas, de lo que el propio informe describe como “dos sectores polares del segmento PyME: Industria manufacturera y Software y servicios informáticos”.
Comportamiento dual
En los primeros 9 meses de 2024, dice el informe, se vio un “comportamiento dual” entre esos tipos de empresas: “mientras que la recesión tuvo impacto en el segmento manufacturero, en las PyME de software y servicios informáticos se vio el sostenimiento de la actividad, aunque con menor dinamismo en la primera parte y un mejor desempeño en el tercer trimestre 2024.
A su vez, aunque el nivel de actividad en la comparación interanual sigue en terreno negativo entre las pyme manufactureras la recesión fue perdiendo intensidad. Las ventas deflactadas acumularon 11 trimestres consecutivos a la baja, pero en el tercer trimestre la caída fue de “solo” 1%, en parte debido a una baja base de comparación. En cambio la producción se contrajo mucho más, un 13%, lo que a su vez se reflejó en la caída del empleo en el sector, del 7%, “la mayor baja de la serie trimestral que inicia en 2016″.
Las diferencias entre ventas y producción a su vez tienen que ver con los inventarios que las empresas habían acumulado sobre el final del ciclo anterior. Al respecto, elinforme señala que índice de Gestores de Compras PyME) creció desde el nivel mínimo del primer trimestre y en el tercer trimestre se ubicó en 50 puntos, “el umbral entre la recesión y la expansión”.
En el mismo sentido, el ICE Pyme o Índice de Confianza Empresarial de las pyme fabriles muestra la confianza “crece desde octubre de 2023, ubicándose en un nivel levemente optimista”.
En línea con otros informes y eventos, como la reciente Pro Textil 2024 que organizó la Fundación Pro Tejer, el informe del Observatorio Pyme expresa preocupación por los precios relativos y denuncia “atraso cambiario”.
Precios y tipo de cambio
“Se advierte un retraso en los precios de las PyME industriales frente a sus costos, generando tensiones en la rentabilidad. El precio de venta de las manufacturas PyME ha evolucionado por debajo de los tipos de cambio (dólar oficial y MEP) y de los otros índices de precios (inflación minorista y mayorista de bienes). En cambio, afirma, “e Índice de Salarios PyME creció por encima del Índice de Precios de las PyME: el resultado es una pérdida de rentabilidad del sector: mientras que el 90% de las empresas tuvo subas en sus costos, solo la mitad de las empresas registró aumentos en sus precios”, señala.
Además, prosigue, “la situación convive con el atraso cambiario y la pérdida de poder de compra de los salarios; este último fenómeno genera una situación perjudicial tanto para las empresas como para sus colaboradores: mientras se incrementa el costo salarial relativo para las PyME manufactureras, los salario reales crecen por debajo de los precios al consumidor”.
La situación es distinta en las pymes de software y servicios informáticos, que sostuvo tasas de crecimiento positivas en 2024, aunque menores a las de post-pandemia. “En el tercer trimestre 2024 las ventas deflactadas crecieron 11% y la ocupación un 3% interanual, revirtiendo la desaceleración evidenciada en la primera mitad del año”, dice el informe. Reflejo de esa mejora, el Índice de Confianza Empresarial de ese sector creció desde octubre de 2023 “ubicándose en niveles de optimismo”, dice el informe. Y precisa: “por componentes, la perspectiva sobre la situación actual con respecto a un año atrás se ubica en 50 (nivel de indiferencia), mientras que el componente de expectativas para dentro de un año se mantiene en terreno positivo, pero sin cambios en los últimos 6 meses”.
El optimismo de este sector, que puede considerarse de “economía del conocimiento” es moderado tal vez porque, como dice el informe, “los precios PyME de software y servicios informáticos siguieron avanzando por debajo de precios al consumidor y presentan un rezago también frente al tipo de cambio, aunque la brecha se achicó en el último trimestre”. Además, agrega, “los salarios también evolucionaron por encima de los precios en el sector, pero perdiendo poder adquisitivo en términos de precios al consumidor”.
Hay gran divergencia de productividad laboral entre pequeñas y medianas industrias, pero no del costo salarial, lo que determina un fuerte efecto negativo en la rentabilidad de las pequeñas y diferencias crecientes con las medianas
También hay diferencias por sector y por tamaño de empresas. Por caso, “mientras que aumentan las ventas de las medianas empresas (50 a 249 ocupados), siguen cayendo las ventas de las pequeñas (10 a 49 ocupados)”. Algunos sectores de actividad aumentan sus ventas y en otros persisten las caídas, pero “un factor común a todos los tamaños y sectores es la contracción del empleo”.
La diferencia entre empresas medianas y pequeñas también se expresa en lo que el informe llama “brecha de productividad”. En línea con la tendencia de los últimos 20 años, dice, “se verifica una amplia y creciente divergencia de productividad del trabajo entre pequeñas y medianas industrias, pero no así del costo salarial en términos reales. “Esto determina un fuerte efecto negativo en la rentabilidad de las pequeñas industrias y una divergencia creciente con las medianas. Esta asimetría estructural es la base sobre la cual tiene lugar la coyuntura y al mismo tiempo la condiciona”, señala el Observatorio.
Las pyme industriales relevadas respondieron que la industria atraviesa “problemas típicos de los ciclos recesivos”; a 62% de ellas les preocupa la caída de las ventas y a 53% la suba de costos salariales), mientras que entre las empresas de software y servicios informáticos “priman problemas vinculados a la expansión y el futuro”.
“Como aspecto positivo, en el caso de la industria disminuyó la preocupación por la caída de ventas y la suba de costos con relación a julio 2024 y creció ligeramente la preocupación por la dificultad para hacer frente a la demanda (signo de cierta mejora en las ventas)”, dice el informe. Por otro lado, en un marco de apreciación cambiaria y reducción del impuesto PAIS, preocupa más la pérdida de mercado a manos de importadores. Y en ambos sectores “hay preocupación por la estructura de costos en relación con los precios de venta”.
El cuadro descripto, concluye el Observatorio Pyme, plantea dudas sobre cómo se resolverán “las tensiones que generan los programas de estabilización basados en la contracción del nivel de actividad, la apreciación cambiaria y la apertura externa, dado su impacto sobre la competitividad de los sectores transables”.
Y advierte: “minimizar el impacto sobre el empleo y la destrucción de capacidades requiere de medidas que actúen para mejorar de modo indirecto la competitividad de los transables reduciendo impuestos, generando algún tipo de política diferencial para los que exportan o compiten con las importaciones”.