El Indec dará a conocer este viernes el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de septiembre, que las consultoras privadas estiman que muy posiblemente vuelva a ser positivo en la comparación con el mes anterior, una tendencia que así acumularía tres meses consecutivos. En paralalo, las mediciones del mercado dan cuenta de que el consumo todavía está rezagado por efecto de las subas de tarifas y otros precios como alquiler y expensas.
Para la consultora Equilibra, luego de tres trimestres consecutivos de caída de la actividad, el tercer trimestre de 2024 cerró con una recuperación. A esa conclusión llegaron tras analizar los últimos dos datos ya publicados por el Indec (EMAE de julio y agosto, que cerraron con un 2,1% y 0,2% de mejora intermensual) y su propia proyección para septiembre. “La actividad habría seguido expandiéndose en septiembre, por lo que el PIB habría crecido más de 2% en el tercer trimestre”, mencionaron.
“Según el anticipo de actividad de Equilibra, el EMAE trepó 0,4% mensual desestacionalizado en septiembre (en línea con la expansión de la industria y la construcción recientemente divulgado por el Indec), acumulando un alza desestacionalizada de trimestre previo a inicio de crisis durante el tercer trimestre que roza el 3% excluyendo la producción no Agropecuaria”, plantearon.
Para la consultora Equilibra, luego de tres trimestres consecutivos de caída de la actividad, el tercer trimestre de 2024 cerró con una recuperación tras analizar los últimos dos datos ya publicados por el Indec y su propia proyección para septiembre
En ese sentido, matizaron que un factor clave de la economía como el consumo aún sigue demorado. Los bienes durables “tocaron un piso en los primeros tres meses del año, pero evidenciaron una fuerte recuperación que ya los ubica -a diferencia del consumo masivo- por encima del pico previos, de la mano de la mejora en el crédito y la apreciación cambiaria”, explicaron.
Otro elemento particular sobre la cuestión del consumo fue recogida por un informe de Empiria, que relevó qué ingreso disponible le queda a los asalariados luego del pago de gastos fijos, como pueden ser las tarifas, el alquiler o las expensas. “El ingreso disponible (ingresos menos gastos fijos) para un hogar promedio en el AMBA cayó un 13,9% real entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024 y es la principal variable explicativa de la merma del consumo en el período (10%)”, indicó ese informe.
“Es cierto que en igual lapso el ingreso promedio del hogar (ingresos registrados + no registrados + no laborales) cayó algo menos, 6,3% ajustado por inflación. Pero como los gastos fijos (transporte, electricidad, gas, luz, agua, expensas, alquiler, todos consumos difíciles de ‘ajustar’ aunque aumenten sus precios) crecieron 35,2% en términos reales, el ‘saldo disponible’ para otros consumos de las familias (alimentos, vestimenta, esparcimiento) aún está seriamente afectado por la recesión”, explicaron desde Empiria.
Por su lado, LCG espera para septiembre “un panorama más alentador” que en agosto, especialmente en la industria y la construcción. “Los índices IPI e ISAC reflejaron un repunte significativo en comparación con el mes anterior: el IPI creció un 2,6% frente al 1,8% de agosto, mientras que el ISAC registró un incremento del 2,4% tras haber caído un 3,3% en agosto. No obstante, persiste cierta incertidumbre en algunos indicadores de consumo, reflejados en la recaudación real de IVA DGI y del impuesto al cheque y otros relacionados con la compra de bienes durables. Aun así, esperamos un repunte del crecimiento respecto al último mes”, cerraron.
Las consultoras privadas coinciden en que la actividad económica tocó su punto más bajo en abril y desde entonces muestra una recuperación desigual según el sector. “De los 14 principales sectores de actividad, solo 5 están por encima del nivel de 2023, con una recuperación promedio ponderada de 3,7% según su peso en el PIB. En contraste, los 9 sectores restantes se encuentran por debajo de los niveles de 2023 y registran una caída promedio ponderada de 5,1%”, señaló un informe de la Fundación Mediterránea.
Una característica destacada es que los sectores con mayor recuperación tienen menor impacto en la generación de empleo. “Los sectores en terreno positivo representan apenas 15% del empleo privado, mientras que los que continúan en zona negativa explican el 85% restante de los puestos de trabajo en el sector privado”, afirmó el mismo centro de estudios.
Los datos sectoriales más recientes muestran que cada vez más rubros registran cifras en alza, tanto en términos mensuales como anuales. Un análisis de la consultora Econviews, que incluye datos de octubre como la producción automotriz, señala indicadores positivos. También se registraron avances en la recaudación de IVA —relacionada con la actividad económica— con un crecimiento real de 5%, y en la confianza del consumidor medida por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). En septiembre, ya se habían observado tendencias positivas en la producción de acero, lácteos, carne vacuna, petróleo, consumo de electricidad y préstamos al sector privado.
“El ingreso disponible (ingresos menos gastos fijos) para un hogar promedio en el AMBA cayó un 13,9% real entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024 y es la principal variable explicativa de la merma del consumo en el período (10%)”, indicó Empiria
Para octubre, la consultora Orlando J. Ferreres anticipó un contexto similar al de septiembre, con mejoras mensuales pero dificultades para alcanzar valores positivos en la medición anual. “La velocidad de la recuperación dependerá de la recomposición de los ingresos familiares, la mejora en el crédito y la recuperación de la confianza, lo que en conjunto impulsaría la demanda de bienes y servicios”, proyectaron.
Hacia fin de año, las consultoras coinciden en que, pese a la reciente recuperación, la recesión acumulada en 2024 resultará en una caída de actividad cercana al 3,6%, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central. La Fundación FIEL estima una contracción de entre 3 y 3,4%, mientras que LCG proyecta un descenso de 3,5%, con un leve crecimiento de 0,2% entre septiembre y noviembre, y una aceleración de 0,4% en diciembre. PxQ prevé una baja de 3,3% que podría ser menor si se confirman ciertos indicadores positivos. Por su parte, Equilibra ajustó su proyección de caída del PIB de 3,5% a 3,2% debido a los últimos datos disponibles.
Para 2025, el Gobierno proyecta un crecimiento económico de 5%, aunque el mercado estima una expansión menor, de 3,6%. Según los analistas, el efecto de arrastre estadístico derivado de la recuperación reciente garantizaría un “piso” de crecimiento de 2% para el próximo año.