Uno de los fenómenos más impactantes de la caída del dólar es como las empresas adaptan sus estrategias para aprovechar al máximo el “carry trade”. La bicicleta financiara de posicionarse a tasa en pesos mientras el dólar sigue en caída dio óptimos resultados en los últimos meses y por el momento nadie quiere bajarse.
Según estimó la consultora Empiria, solo en septiembre la reducción de la demanda de dólares por parte de los importadores llegó a por lo menos USD 1.000 millones.
“A pesar del acortamiento de plazos de pago (que permitía pronosticar una relación de hasta 125% en la relación importaciones pagadas/devengadas) y de la reducción parcial del impuesto PAIS, el ratio registrado en septiembre fue del 84%, frente a 103% de agosto y el menor desde junio”.
Esto significa que los importadores prefieren postergar todo lo posible el acceso al mercado oficial para pagar a sus proveedores del exterior. Y ese tiempo lo aprovechan para quedar posicionados en tasa, mientras el dólar sigue bajando.
Otros importadores se mantienen importando a través del CCL (con menor brecha) o están transitando la restricción cruzada de 90 días tras migrar del CCL al MULC y por lo tanto todavía no tienen acceso a las divisas del mercado oficial.
Pero este fenómeno no se agota ahí. Además de registrarse menos demanda de dólares para aprovechar la tasa en pesos, lo contrario ocurre del lado de la oferta. Esto significa que los exportadores se vieron apurados a liquidar sus dólares para no agarrar toda la caída. Y al mismo tiempo aprovechan los pesos que obtienen para hacer “carry trade” y obtener fuertes ganancias con la tasa en moneda local.
“Las cifras preliminares de CIARA indican una liquidación cercana a los USD 2.260 millones, un 36% superior al promedio histórico para un mes de octubre. Equivale a casi USD 600 millones adicionales, que brindan un alivio significativo al BCRA y a los mercados alternativos, dado el blend”, agregan desde Empiria.
Por supuesto que la gran pregunta es hasta cuándo puede prolongarse este tipo de comportamientos. Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero todo indica que el negocio del “carry trade” se puede prolongar en el tiempo.
Estos comportamientos de importadores y exportadores explican por qué el saldo de la balanza comercial sigue siendo fuertemente positivo, aún en meses en el que merman las ventas al exterior. Ayer el INDEC informó que en octubre el superávit fue de casi USD 900 millones, un nivel inusualmente alto para esta época del año.
Tanto importadores como exportadores agudizan sus estrategias para aprovechar todo lo posible el carry trade, o sea la ganancia en pesos con un tipo de cambio que no para de caer. Se trata de un comportamiento transitorio, pero que se prolonga en la medida que los dólares financieros no muestran reacción
Otro de los factores que contribuyó a la mayor oferta de divisas es el blanqueo, que aportó más de USD 15.000 millones a los depósitos bancarios, que llegaron a niveles de USD 35.000 millones.
A medida que esas divisas se prestan a través de préstamos comerciales o suscripciones de ON de empresas, automáticamente suben las reservas netas del Central. Esto se debe a que la gran mayoría de las compañías que reciben estas divisas recurren al mercado oficial para cambiar por pesos y aplicarlos al negocio.
En buena medida esto explica por qué el BCRA sigue con su racha compradora de dólares y ayer llegó a su mayor nivel de reservas desde que gobierno Javier Milei.
La entidad logra sumar en el transcurso de noviembre un saldo positivo de USD 1.268 millones por la intervención cambiaria, un resultado muy favorable dada la estacionalidad del comercio exterior en el último trimestre del año.
Probablemente el dato más relevante del movimiento cambiario pasó por el crecimiento de USD 213 millones en las reservas internacionales brutas, que alcanzaron los USD 30.495 millones, el monto más elevado desde los USD 30.784 millones del 29 de junio de 2023. Contribuyeron a este incremento las compras oficiales por USD 135 millones efectuadas el martes.