El Gobierno celebró la euforia financiera que experimentan los activos argentinos desde hace varias semanas y asegura que el país pudo diferenciarse de otros mercados emergentes que sintieron el impacto de un contexto financiero global más complicado por una serie de medidas económicas. En el mercado creen que persisten elementos de incertidumbre como la persistencia del cepo cambiario, y riesgos hacia adelante, con factores externos que puedan presionar sobre los cimientos del prorgama económico, como un dólar más fuerte que debilite al resto de las monedas y a las commodities.
La interpretación y los números fueron publicados por Federico Furiase, miembro del directorio del Banco Central y asesor del ministro de Economía Luis Caputo, en un posteo en su cuenta de X, donde suele volcar algunos de los lineamientos de política económica del Palacio de Hacienda. En ese sentido, el economista, quien fue además parte de la consultora Anker que encabezaron Caputo y el ahora presidente del BCRA, Santiago Bausili, mencionó que hubo tres anclas que hicieron que la Argentina tenga indicadores financieros mucho más favorables que otros países de la región, principalmente respecto a la respuesta de sus monedas a la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, que hace prever al mercado que habrá un dólar más fuerte.
“Baja del riesgo país y del tipo de cambio en un contexto global de suba en tasas de USA y fortalecimiento global del dólar”, dijo Furiase como marco general, y aseguró que esa situación se dio por la “consistencia de un programa de estabilización secuencial con sus anclas fiscal, monetaria y cambiaria. Y sus frutos en desinflación y recuperación de la actividad”, finalizó.
El mensaje fue replicado por otros integrantes del equipo económico y luego reposteado por el propio presidente Javier Milei. Los números citados por el asesor del ministro de Economía están relacionados con el comportamiento de distintas monedas desde mediados de septiembre hasta esta semana. Así, destacó que en Argentina el dólar (MEP) pasó de $1.200 a $1.075, mientras que en Brasil subió de 5,5 reales a 5,8; en Chile de 925 a 976 pesos chilenos; en Perú se mantuvo estable en 3,8 soles por dólar y en México la moneda se devaluó desde 19,6 a 20,5 pesos. A diferencia del resto de los ejemplos, la Argentina no tiene un esquema tipo de cambio flotante (que precisamente sirve para absorber climas adversos financieros) sino que aún tiene restricciones cambiarias y de flujo de capitales.
Respecto al riesgo país (indicador EMBI elaborado por JP Morgan), el índice global bajó en los últimos dos meses 404 a 374 puntos, mientras que en la Argentina cayó con mucha más decisión desde 1.366 a 754 unidades. Otros países también tuvieron mejoras pero más leves, como Brasil, Perú, Colombia o Turquía.
Respecto a las tres anclas, Furiase hizo referencia en primer lugar a la fiscal, por la fuerte señal de ajuste de las cuentas públicas que hizo el gobierno libertario apenas comenzó su gestión, y que generó una acumulación de superávit fiscal en los primeros diez meses del año equivalentes a 0,5% del PBI. El Gobierno apunta a terminar el 2024 con equilibrio fiscal, para lo cual deberá atravesar primero los últimos dos meses del año que son más exigentes en términos de gasto público, principalmente por el pago de aguinaldos de fin de año y de ejecución de partidas sobre el cierre del año.
“Baja del riesgo país y del tipo de cambio en un contexto global de suba en tasas de USA y fortalecimiento global del dólar”, dijo Furiase por la “consistencia de un programa de estabilización secuencial con sus anclas fiscal, monetaria y cambiaria. Y sus frutos en desinflación y recuperación de la actividad”
La segunda ancla a la que hace referencia el Gobierno es la monetaria, que se explica por el cierre más estricto de las fuentes de emisión de pesos, una medida que había iniciado desde el comienzo del mandato al cerrar el grifo de la monetización del déficit del Tesoro, pero que fue intensificada a mitad de año cuando el equipo económico decidió dejar de expandir la cantidad de pesos por otra vía como la del pago de intereses de los pasivos remunerados y semanas después a través de la compra de dólares que hace el BCRA, una emisión que también se anunció que será compensada con esterilización.
Por último, el ancla cambiaria es el ritmo de crawling peg, es decir de actualización, que desde la devaluación de diciembre pasó a ser de 2% mensual a lo largo de 2024. A pesar de haber generado con esta medida una tendencia muy marcada de apreciación cambiaria, que hizo que algunos costos en dólares de la Argentina sean altos comparados con otros países de la región, el Gobierno sostuvo esta medida hasta que la inflación asomó converger hacia esa zona. Se prevé que a principios de 2025 el BCRA podría ralentizar ese ritmo a 1% mensual para algunos meses después dejar quieto al tipo de cambio oficial.
Un informe de mercados internacionales que hizo la consultora PxQ remarcó que el EMBI de América Latina está en sus niveles mínimos desde enero de 2020. Pero para la Fundación Mediterránea, en tanto, “transitar el 2025 no será un mero trámite”. “La Argentina cuenta hoy con fundamentos en su economía que estaban ausentes doce meses atrás, considerando la dinámica fiscal, la marcha de la inflación y el cambio en las expectativas de consumidores y empresas”, planteó ese centro de estudios.
“Sin embargo, subsisten enormes desventajas con países que se han destacado por su competitividad y ritmo de crecimiento en las últimas décadas (Australia, Corea, Israel, entre otros), por lo que la Argentina no puede darse el lujo de especular; necesita profundizar su agenda de reformas”, entre las que mencionó, por ejemplo, el timing de la salida del cepo cambiario.
Un informe de mercados internacionales que hizo la consultora PxQ remarcó que el EMBI de América Latina está en sus niveles mínimos desde enero de 2020. Pero para la Fundación Mediterránea, en tanto, “transitar el 2025 no será un mero trámite”
“La ratificación del ‘ancla cambiaria’ dentro de la política de estabilización requiere que la entrada de capitales no se debilite para asegurar la consistencia del sector externo, ya que con las tendencias actuales la cuenta corriente del balance de pagos apunta al terreno negativo. Por tanto, el ‘momento’ elegido para salir del cepo sigue siendo relevante y, todo indica que no conviene dejar para después de octubre de 2025 esa tarea, para evitar turbulencias en el período electoral previo a las legislativas”, concluyeron.
Respecto al clima de euforia financiera acutal, Portfolio Personal Inversiones aseguró que “a pesar del fuerte rally” en los activos argentinos de las últimas semanas “no descartamos lo que puede ser una corrección de corto plazo en la medida que algunos jugadores tomen ganancia luego de haber ganado hasta 12% acumulado en el mes”, estimado hasta el viernes de la semana pasada, “especialmente tras la foto de Milei y Trump y sin que se esperen drivers significativos a muy corto plazo”.
La Fundación Capital, por su parte, aseguró que “todavía hay dos ‘cócteles’ a monitorear”. “Por un lado, el cóctel cepo-reservas muestra que llevará tiempo estar sin cepo y con reservas, frente a una demanda potencial de divisas elevada (depósitos y títulos en pesos en poder de las personas y empresas por más de $100 billones) y reservas netas negativas (- USD 6.000 millones). Por el otro, la economía real dejó de caer y rebotó en algunos sectores, aunque está pendiente alcanzar un crecimiento económico sostenido, mientras la inflación continúa en baja pero con el desafío respecto a los precios de los servicios”, apuntó.