Las diferencias ideológicas entre Javier Milei e Inacio Lula Da Silva no opacan la oportunidad que representa la Argentina para Brasil en términos de seguridad energética. Es en ese marco que ambos gobiernos firmaron este lunes un Memorando de Entendimiento (MOU) para que el gas natural de Vaca Muerta pueda llegar al país vecino a través del desarrollo de la infraestructura de gasoductos. Los envíos comenzarán en 2025 con 2 millones de metros cúbicos diarios y se prevé alcanzar los 30 millones diarios de exportación en cinco años.
La rúbrica estuvo a cargo del ministro de Economía, Luis Caputo, y su par de Minas y Energía brasileño, Alexander Silveira, en el marco de la cumbre del G20 que se celebra esta semana en Río de Janeiro.
“Se firma un MOU con el objetivo de discutir la infraestructura necesaria para la exportación de gas argentino proveniente de Vaca Muerta a Brasil. Para ello se designan representantes de ambos países en un grupo conjunto que analizará las alternativas para llegar a una exportación de 30 millones de metros cúbicos diarios de gas natural en 5 años”, detallaron en el Ministerio de Economía local. Desde 2025 comenzarán envíos por 2 millones de metros cúbicos, que crecerá a 10 millones en tres años y llegaría finalmente
“Queremos aumentar una oferta de gas en Brasil y consecuentemente disminuir el precio. Precisamos tratar el gas como una energía de transición, aumentar el volumen para disminuir el precio y reindustrializar el Brasil, generando más oportunidades para nuestra gente”, dijo Silveira en un posteo de X que acompañaban las fotos de la firma del MOU con Caputo y sus respectivos equipos.
Para la Argentina resultaría una posibilidad única para generar divisas ante un abultado cronograma de vencimientos de deuda en los próximos años y equilibrar una balanza comercial que ahora es deficitaria. Para los brasileños puede significar energía barata para abastecer la creciente demanda industrial del sur y la posibilidad de producir fertilizantes a precio competitivo.
Silveira señaló en declaraciones a O Globo que el gobierno contempla cinco rutas para que el gas argentino de Vaca Muerta pueda llegar a su territorio. La que se observa como más rápida por el sector privado y ambos gobiernos es que se utilice la infraestructura del Gasoducto Brasil Bolivia (Gasbol), en medio del declino que sufre actualmente la industria boliviana debido a una fuerte desinversión.
En ese misma línea se había manifestado recientemente el CEO del Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP), Roberto Furian Ardenghy, en diálogo con Infobae. “Todo el gas boliviano lo compra Brasil a través del Gasbol que tiene capacidad para transportar unos 30 millones de metros cúbicos diarios y ahora se encuentra en 10 o 12 millones de metros cúbicos. Argentina tiene la posibilidad de llevar en el corto plazo entre 18 y 20 millones de metros cúbicos”, explicó.
Pero para conseguir llegar a ese objetivo no alcanza con la primera etapa de Reversión del Gasoducto Norte, inaugurada hace unas semanas, que permitirá conectar Vaca Muerta con siete provincias del norte argentino para transportar hasta allí unos 19 millones de metros cúbicos día. Es necesario encarar una segunda etapa con loops (ducto paralelo) y plantas compresoras para conseguir un excedente mínimo de 15 millones de metros cúbicos que al menos tardaría hasta 2026.
Sin embargo, esa posibilidad debería incluir a Bolivia en la discusión y en las últimas horas fuentes argentinas descartaban que ese país sea incluido en el MOU Argentina-Brasil.
El Gobierno argentino resaltó en varias oportunidades que las futuras grandes obras de infraestructura no tendrán financiamiento público, sino que deberán ser impulsadas por el sector privado. La gran apuesta es el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), el esquema de beneficios impositivos y cambiarios para proyectos que demanden desde USD 200 millones impulsado por la gestión Milei.
La Argentina tiene en Vaca Muerta la segunda reserva no convencional de gas natural y la cuarta de petróleo, por lo que el país cuenta con la oportunidad de aprovechar sus recursos durante la ventana que otorgue la transición energética. Brasil podría ser la puerta de entrada para que el país se convierta en un exportador en firme de fluido, a la espera de los proyectos de inversión para producir Gas Natural Licuado (GNL) e ingresar en el selecto grupo que integran Estados Unidos, Rusia, Qatar y Australia, entre otros.