La inflación continúa siendo uno de los principales problemas macroeconómicos en Argentina, afectando a todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, lo que resulta llamativo para los economistas es que, aunque las causas subyacentes de las subas de precios son generalmente las mismas para todos los productos y servicios (con algunas excepciones específicas, como los incrementos estacionales), el ritmo varía considerablemente entre las distintas regiones del país.
El relevamiento del Indec comprende seis regiones: Gran Buenos Aires (GBA), región Pampeana, Noreste, Noroeste, Cuyo y Patagonia, para el período comprendido entre octubre de 2023 y el mismo mes de 2024.
Según el último informe oficial se observan notorias diferencias entre las regiones. Si bien las variaciones de los índices generales no varían drásticamente, en algunos rubros específicos las disparidades son muy marcadas. Por ejemplo, en el caso de “alimentos y bebidas no alcohólicas”, el incremento fue de 161,5% en el Noreste y 168,3% en el Noroeste, mientras que en la Patagonia alcanzó un 193,1 por ciento.
Si bien las variaciones de los índices generales no varían drásticamente, en algunos rubros específicos las disparidades por regiones son muy marcadas
Aunque es sabido que en el sur del país los alimentos suelen ser más caros debido a su lejanía con los centros de distribución, la diferencia resulta llamativa para los analistas. En el Gran Buenos Aires, las subas fueron aún más pronunciadas, con un 187,3 por ciento.
Un patrón similar se repite en “bebidas alcohólicas y tabaco”, donde las regiones del norte presentan los menores aumentos (162,3% en Noreste y 168,2% en Noroeste), pero es el GBA el que registra el mayor incremento, con 191,5 por ciento.
La situación es diferente en el caso de los “servicios públicos”. Según los valores publicados por el Indec, los incrementos más pronunciados se produjeron en el Noroeste (344,8%), Cuyo (334,2%) y el Noreste (304,9%). Contrario a lo señalado en los casos anteriores, las subas menos pronunciadas tuvieron lugar en el GBA (269,5%) y en la Patagonia (290,1%), siempre en el transcurso de los últimos doce meses.
Otro rubro que presenta notables disparidades es el de “Transporte”. Según los números publicados por el organismo, todas las regiones acumulan una inflación superior al 200% en ese rubro durante el último año, a excepción de la Patagonia, donde la suba fue del 194,4%. La región de mayor aumento en ese caso fue la del Gran Buenos Aires, con una suba del 248,7% en los últimos 12 meses.
Se suma a la lista la división de “restaurantes y hoteles”. Mientras que en el Noreste la inflación de ese rubro avanzó 170,4%, en la Patagonia tuvo un incremento del 201,8% entre octubre de 2023 y el décimo mes de este año.
En otros ítems, en cambio, hay bastante paridad, como es el caso de “salud”, que registró una variación de entre 210% y 227% en las diferentes regiones.
Cómo se explican las diferencias
La disparidad en la evolución de los precios en las diferentes regiones de Argentina puede atribuirse a múltiples factores que van desde las diferencias estructurales hasta las decisiones políticas. Según los economistas consultados por Infobae, estos elementos generan brechas importantes.
El economista mendocino Carlos Rodríguez destacó que la distancia de los centros de distribución y el costo del transporte son determinantes en el nivel de los precios en ciertas regiones, especialmente en rubros como alimentos y bebidas, donde el transporte representa una parte significativa del costo total.
“Los más alejados de los centros de distribución se ven más afectados por algunos costos específicos, como los combustibles”, explicó Rodríguez. Este factor contribuye a entender por qué en la Patagonia, una región con menor densidad de población y distancias más extensas, los precios de alimentos han mostrado incrementos pronunciados, a partir de la recuperación del componente impositivo en las naftas y gas oil.
Fausto Spotorno, economista y director de la consultora OJ Ferreres, coincide con Rodríguez y detalla: “Cuando mirás alimentos y bebidas del IPC, no estás viendo el producto en sí, sino el valor del producto puesto en góndola con todo lo que tiene detrás, desde el packaging hasta el transporte”. Este análisis pone en evidencia cómo los costos logísticos afectan de manera desigual a las distintas regiones del país.
Cuando mirás alimentos y bebidas del IPC, no estás viendo el producto en sí, sino el valor del producto puesto en góndola con todo lo que tiene detrás, desde el packaging hasta el transporte (Spotorno)
El impacto del transporte también se extiende a otros rubros, como el de “restaurantes y hoteles”, donde el costo de abastecer insumos influye directamente en los precios finales al consumidor. La Patagonia, una región caracterizada por su alto flujo turístico, presenta el mayor incremento en esta categoría.
En cuanto a los servicios públicos, Rodríguez contó que las disparidades en las subas tienen un componente político, ya que algunas provincias y municipios incluyen tasas adicionales dentro de las facturas. En el Noroeste, por ejemplo, donde los servicios públicos mostraron un incremento acumulado del 344,8%, este factor tiene un peso significativo.
“En contraste, las subas menos pronunciadas en servicios públicos en el GBA podrían relacionarse con subsidios focalizados en áreas urbanas para contener los costos en zonas de mayor densidad poblacional”, opina.
De todas formas, Rodríguez sostiene que la inflación, al ser un fenómeno global, tiende a converger tarde o temprano en todos los insumos y regiones.
En los servicios públicos las disparidades en las subas tienen un componente político, ya que algunas provincias y municipios incluyen tasas adicionales dentro de las facturas (Rodríguez)
Spotorno amplía sobre la influencia de los precios regulados: “Los aumentos en ese segmento administrado por el Estado se trasladan también a otros sectores. Una vez que se ordenan los precios, a partir de ahí las subas son similares”.
La recesión y la reestructuración de precios
Para Daniel Garro, economista y director de Value International Group, las diferencias también reflejan las estructuras económicas y las dinámicas de consumo de cada región. “Nunca la evolución de los precios va a ser la misma entre regiones. Las estructuras son diferentes y la gente reacciona de forma distinta ante situaciones similares”, dijo a Infobae.
Según su análisis, la recesión impacta más en el interior del país, donde los salarios son generalmente más bajos que en Buenos Aires. Esto, asegura, amplifica los efectos de la inflación en bienes esenciales, afectando particularmente el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables.
“La reestructuración de precios relativos también desempeña un rol importante. En contextos recesivos, las regiones con menor poder adquisitivo experimentan mayores dificultades para absorber los incrementos, lo que genera retracción del consumo. Esto explica, en parte, las variaciones observadas en rubros como alimentos y transporte, donde la elasticidad del precio juega un rol clave”, afirmó Garro.
En contextos recesivos, las regiones con menor poder adquisitivo experimentan mayores dificultades para absorber los incrementos, lo que genera retracción del consumo (Garro)
Los expertos coinciden en que, aunque las disparidades regionales son inevitables, tienden a reducirse con el tiempo. Rodríguez menciona que, en la medida en que el valor del dólar oficial se mantenga estable, los precios tenderán a desacelerarse de forma homogénea. Sin embargo, advierte que las expectativas empresariales pueden ralentizar este proceso: “En escenarios inflacionarios, los empresarios se manejan mucho por las expectativas”.
Daniel Garro, por su parte, resalta que la convergencia requerirá un contexto de inversiones significativas que fomenten la productividad en el interior del país. Sin estas inversiones, las brechas en los niveles salariales y de consumo entre las regiones persistirán, perpetuando las diferencias en la dinámica inflacionaria.