Se consolida la opción de un canje voluntario de bonos para enfrentar los pagos de deuda en dólares de 2025

Mientras el Congreso se prepara para discutir el DNU que habilita al Gobierno el avance de este tipo de operaciones, en el mercado consideran que se trata de la mejor opción para despejar el panorama de vencimientos

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 EFE/Archivo
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En paralelo con la caída del riesgo país, la posibilidad de avanzar con un canje de bonos para estirar los plazos de pago va tomando cada vez más forma. En paralelo, la discusión que comienza hoy en el Congreso acerca del DNU que autoriza al ministro de Economía, Luis Caputo, a avanzar con este tipo de operaciones ya está generando debates de todo tipo.

El planteo que ya se empieza a escuchar en el mercado es el de avanzar en una transacción en la que todos ganan. En el caso del Gobierno, porque conseguiría mejores plazos y tiempos para enfrentar los vencimientos de deuda, al colocar bonos que tienen vencimientos más largos que los AL29 y AL30. Para los bonistas, la “zanahoria” estaría por el lado de cobrar cupones de intereses más altos de manera semestral.

Los vencimientos de bonos del 2025 entre capital e intereses suman unos USD 9.500 millones, ya que amortizan los títulos más cortos de la reestructuración de Martín Guzmán. También vencen escalonadamente los Bopreales emitidos por el Central para cancelar deuda con importadores. En 2026 y 2027 los vencimientos son por montos similares y a partir de 2028 la cifra crece aún más.

“Los bonos soberanos más cortos son los que concentran mayores flujos en los próximos años, debido a que estos ya se encuentran pagando capital, por lo que tiene sentido que sean estos los principales candidatos a ser canjeados” (Delphos Investment)

Un informe de Delphos Investment aborda en profundidad cuáles son los escenarios posibles. Para recuperar acceso a los mercados, la Argentina precisaría que el riesgo país caiga por debajo de los 500 puntos básicos desde los 850 puntos actuales. Se trata de un descenso muy significativo, que podría no ocurrir en el corto plazo.

Si el riesgo país cayera a esos niveles, sería factible colocar deuda nueva a tasas de un dígito y de esta forma repagar los vencimientos que se van presentando.

“En un escenario intermedio -explican en Delphos- Argentina podría incurrir en un canje voluntario que resulte favorable tanto para los inversores como para el Tesoro, aliviando su perfil de pagos. Los bonos soberanos más cortos son los que concentran mayores flujos en los próximos años, debido a que estos ya se encuentran pagando capital, por lo que tiene sentido que sean estos los principales candidatos a ser canjeados”.

En la mira para una transacción de estas características estarían justamente los bonos que vencen en 2029 y 2030. Al tener cupones de intereses en dólares muy bajos (1% y 0,75% anual respectivamente), la posibilidad es ofrecer nuevos títulos con un cupón fijo del 5%. En la propuesta de Delphos, se pagarían los vencimientos de enero y julio, pero luego habría un período de cinco años sin pago de capital.

Foto de archivo: El ministro de Economía Luis Caputo.  REUTERS/Agustin Marcarian
Foto de archivo: El ministro de Economía Luis Caputo. REUTERS/Agustin Marcarian

El nivel de precios para concretar la operación “se alcanzaría con un aumento de aproximadamente 10% en los precios, es decir que el precio de canje para los bonos 2029 es de USD 84 y USD 76 para los 2030″.

Puesto de otro modo, con un riesgo país que se acerque a los 700 puntos podría avanzarse con un canje a la vez amigable y voluntario. La idea es que los inversores puedan elegir entre quedarse con sus títulos actuales o pasarse a otros más largos, pero que les pagan intereses más altos semestralmente, que es en realidad lo que busca un inversor conservador.

“El perfil de pagos -continúa el análisis- mejoraría notablemente en los próximos años, con una reducción del desembolso anual de aproximadamente 5.000 millones de dólares hasta 2029″.

Ayer se manifestó en contra de esta posibilidad el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, quien consideró que “el decreto habilita megacanjes, aumentan la carga de la deuda como el de 2001, por lo que daña a la ciudadanía y debe ser rechazado”.

Sin embargo, el ex viceministro Gabriel Rubinstein, que fue la mano derecha de Sergio Massa en 2022 y 2023, apoyó esta posibilidad y criticó a Guzmán: “Los bonos que colocó Argentina en el canje anterior fueron muy mal diseñados y Argentina nunca recuperó el acceso al crédito, que tendría que haber sido el objetivo del canje del 2020″.

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