“El Gobierno de la República Argentina tiene el honor de anunciar que el Sr. Alejandro Carlos Francisco Oxenford será designado como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante los Estados Unidos de América”, anunció hoy la Cancillería.
“Con dedicación y foco, lograremos un impacto significativo, posicionando a Argentina cada vez mejor en USA y el mundo”, dijo, emocionado con la designación.
Empresario exitoso, emprendedor serial y fundador de empresas como DeRemate y de dos “unicornios” –empresas que llegan a tener valuaciones de USD 1.000 millones o más– como OLX y Letgo. Oxenford ama el arte –presidió ArteBA y es un gran coleccionista de obras contemporáneas latinoamericanas–, y fue “enemigo íntimo” de Marcos Galperin, el fundador de Mercado Libre, en los 90, cuando los dos eran jóvenes brillantes y competían con sus empresas en medio de la burbuja puntocom.
Radicado en Brasil desde hace varios años, estuvo al frente del fondo Alpha Capital, que luego se fusionó con la brasileña Semantix. Es managing partner en el fondo Myelin VC, junto a Martín Varsavsky y Matías Nisenson; miembro del directorio del marketplace OfferUp; y este año fue anunciado como integrante del Consejo de Asesores Económicos de Milei que encabeza Demian Reidel. Tiene dos hijos, fue cercano a Mauricio Macri –fiscalizó para Cambiemos y mucho antes fue el primer jefe de María Eugenia Vidal en el Grupo Sophia, por caso– y en los 90 había sido candidato suplente a legislador porteño por Acción por la República, el partido de Domingo Cavallo. Alec también estuvo muy cerca en la breve trayectoria política de Juan Carlos Blumberg.
Es descendiente de una familia patricia, estudió Administración de Empresas de la Universidad Católica Argentina y un MBA de la Universidad de Harvard.
En una reciente entrevista con Bloomberg aseguró que Argentina está entrando “en la mejor oportunidad en mucho tiempo de dar vuelta un siglo de decadencia. Se han confluido muchas cosas importantes para que esto sea posible, y ojalá no nos frustremos una vez más con un fracaso. La sociedad argentina entendió y se cansó de un sistema adolescente y autodestructivo, que funcionó desde 1930 en Argentina, se profundizó en 1945 y se volvió cada vez más perverso en las décadas siguientes. En las dictaduras militares tuvo otro escalón más de perversidad, y ya se volvió asfixiante en los últimos 25 años”.
Y agregó: “Nuevamente un Gobierno visionario busca cambiar el estatus quo y cambiar las reglas de juego, haciéndolas más liberales, integradas al mundo. Si se logra la estabilidad, que es el objetivo, y personalmente creo que se va a lograr, estamos en esa tendencia. Lo que nos falta es la aparición del cambio tecnológico al que subirnos. Podría ser inteligencia artificial (IA) o alguna versión de IA. Argentina se pasó 80 años expulsando al capital. Hay que ser duro para no darse cuenta. Bueno, por primera vez en 80 años, tenés un presidente y un gobierno que entienden que lo que necesita este país es capital, desesperadamente. Hace todo para atraerlo, y ya con mucho éxito, porque tenemos el RIGI, ya tenemos la inversión de Petronas y YPF, la más grande de la historia de Argentina, y parecería que van a haber más tanto en Vaca Muerta como en los minerales”.
Sobre Gaperin, su “enemigo íntimo”, aseguró hace semanas en La Nación que la relación fue muy tensa, pero que ahora se llevan muy bien. “Es un fenómeno y hasta auspiciaron un proyecto de arte mío en San Pablo. No hay mala onda”, afirmó y dijo que había aprendido mucho de Galperin.
Su búsqueda en el budismo lo hizo encontrar a Yasuhiko Genku Kimura, un filósofo del budismo zen que incluso llegó a ser suerte de gurú de Letgo, el último proyecto tech en el que Oxenford estuvo involucrado directamente. “Me costó entender que uno tiene más impacto cuando más se divierte”, dice ahora.
Unicornio
A continuación, algunos del capítulo “El emprendedor que es un Unicornio en sí mismo”, sobre Oxenford, que fue parte del libro “Los nuevos reyes argentinos”, que este periodista escribió en 2017, y que retrata las historias de los primeros cuatro unicornios argentinos: OLX, Marcado Libre, Despegar y Globant.
- Alec se llama, en realidad, Alejandro Carlos Francisco Oxenford Lahusen. Pero siempre le dijeron Alec y así se lo conoce. Nació el 25 de enero de 1969 y es hijo de Alejandro Pablo Oxenford y María Cristina “Kitty” Lahusen. Tiene un hermano mellizo, Jack –Juan Jorge– y una hermana, Constanza Beatriz (46). Patricio, nueve años menor que los mellizos, nació de un segundo matrimonio de su madre, con Gonzalo Noguerol. Su padre también tuvo hijas de un segundo matrimonio, con Suray Traba: Sasha, Violeta y Caetana, de entre 14 y 6 años. Alec está divorciado de Felicitas Castrillón, la gerente de Relaciones Institucionales y Prensa de Aerolíneas Argentinas, y tiene dos hijos: Sophia y Agustín.
- Creció en el barrio porteño de Palermo y su infancia transcurrió entre el campo familiar y la casa de su abuela materna, en el coqueto barrio de La Lucila, en Vicente López.
- Su padre es presidente de Sullair, una compañía de maquinaria pesada para la industria y la construcción y un habitué de las carreras de autos clásicos.
- “A mí me encantó mi infancia. Nací en un entorno muy acomodado. Pero hay entornos acomodados y muy relajados, en el sentido negativo, donde no pasa nada, donde no se valora nada. Yo vengo de un entorno muy rico también en cuanto a estímulos. La mayoría de los libros que leí en mi vida los leí antes de los 15 años, y leí mucho, muchas biografías. Los individuos hacen el mundo, todos tenemos un poder enorme de transformación e impacto. Muchos lo saben, otros no; muchos usan ese poder, otros no. Se puede tener mucho más impacto si uno tiene inteligencia emocional y entiende las necesidades de los demás”.
- La primaria y la secundaria las hizo en Olivos, en el Colegio San Andrés, años en los que, fuera de las aulas, se zambullía en las vidas de Gandhi, Napoleón, Washington, Isabel I, Moctezuma y otros referentes.
- La genocida dictadura cívico-militar que sufrió la Argentina entre 1976 y 1983 golpeó duro la vida de Alec. Durante su primaria, dos hechos trágicos lo marcaron e hicieron que su familia tuviera que exiliarse por un tiempo, primero en Brasil y luego en Uruguay. A Eduardo Tomás Oxenford, su tío, de 26 años, lo secuestró y mató en noviembre de 1978 una banda compuesta por policías. Su cuerpo recién fue encontrado en 1987. La violencia de esos días, entre el terrorismo de Estado y el accionar de varias guerrilleras armadas, fue terreno fértil para que este grupo de policías se dedicara a secuestrar empresarios. Cobraban el rescate y, en general, los mataban. Ese grupo, conocido como “la banda de los comisarios”, también asesinó a los empresarios Osvaldo Sivak y Benjamín Neuman. A Eduardo Oxenford, abuelo paterno de Alec –quien fue presidente de Alpargatas y también ministro de Industria y Minería del presidente de facto Roberto Viola, por cinco meses, en 1981– también lo secuestraron. Pero en este caso fue la agrupación guerrillera Montoneros.
- “A mi tío lo mataron, y a mi abuelo no, pero quedó mal. Terminó hundiéndose, nunca se pudo recuperar, lo trataron muy mal. Era el año 77, dictadura militar. Al tío lo secuestró la Policía, al abuelo un grupo terrorista contrario al régimen. Los dos bandos. Fue por plata en ambos casos. Fue un momento muy malo. Luego nos fuimos a vivir a Brasil, por seguridad”.
- Después del secundario comenzó dos carreras, Administración en la UCA y Ciencia Política en la UBA. Priorizó la primera. Una vez recibido, ingresó al mercado laboral formal. Primero en la cervecería Quilmes, donde se desempeñó en el departamento de Recursos Humanos, y luego como analista en el Boston Consulting Group (BCG), empresa que lo envió a España para entrenarlo para el posterior desembarco de la consultora en el país. Terminó quedándose en España dos años.
DeRemate y su doppelgänger
- Oxenford y Galperín se conocen desde siempre: ambos fueron a San Andrés, tienen amigos en común y Alec fue compañero de uno de los hermanos de Marcos (del Tucán, hoy integrante del directorio de MercadoLibre). Es más, cuando se enteraron de que ambos estaban trabajando en la misma idea de un negocio regional de subastas en Internet, hubo alguna reunión en la que intentaron acercar partes. Pero no: los proyectos estaban en marcha y había lugar para uno solo. Además, las personalidades de ambos eran bastante diferentes.
- Con la idea de ganarle terreno a un proyecto que se había lanzado un poco antes, Galperín y su equipo quisieron adelantarse con una conferencia de prensa. Eligieron un boliche de moda, El Divino, en Puerto Madero. La fecha elegida fue el 21 de agosto de 1999. Cuando fueron a pagar la reserva les dijeron que ya estaba abonado y les mostraron un cheque de DeRemate. Alec y Marcos se volvieron a reunir. “Nos encontramos en el Open Plaza [otro bar de moda por entonces, ubicado en Barrio Norte]. Me dijo que me llamaba por lo de El Divino. ‘Me gustaría que cambiaras la fecha, posponé tu lanzamiento’”, relata Galperín. Le dijo que lo iba a pensar, pero no: “Nos reunimos con los chicos y triunfó la idea de hacerlo un día antes. No queríamos ceder nada. Ellos pensaron, y siguen convencidos hasta el día de hoy, de que no pudo haber tanta coincidencia”.
- “Teníamos estilos similares, pero nosotros nos enfocamos más en armar un equipo y una tecnología. Además, gastamos menos: mucho, pero no tanto como ellos. Ellos estaban más enfocados en cosas personales: hacerse conocidos, la prensa. Eso no siempre ayuda”.
- Ahora, a la distancia, todos coinciden en que otro gran diferencial de MercadoLibre fue haber cerrado un acuerdo con eBay, en 2001. DeRemate también pudo haberlo hecho: es más, era el candidato principal a cerrar con el líder global de subastas. Pero no pudo. A fines de 2001, MercadoLibre tenía dinero en el banco y un negocio que, operativamente, crecía. Muy lento y con mucho por hacer, pero crecía. El contexto global, en tanto, con el mundo puntocom desbarrancándose, no era el mejor. Por esos días, la única compañía que sumaba caja era eBay.
- En uno de los viajes a Estados Unidos, donde iban a ser evaluados por eBay, coincidieron en el mismo vuelo los dos equipos de management. Conversaron, pero Galperín y Oxenford casi ni se miraron. Sí hubo bromas y falsos deseos de suerte entre los demás viajeros cuando los dos contingentes se separaron después de retirar sus autos de alquiler.
- ¿Lo llegó a odiar, entonces, a su viejo rival? Piensa, piensa antes de contestar. No quiere decir algo que no quiere decir. O que no debe: la corrección política es otra de sus banderas. “No… Sentí lo que siente alguien de River contra alguien de Boca. Odio, no. Pero sí sentimientos muy fuertes. Éramos cuarenta y dos empresas de remates en la región y salimos segundos. Me gusta ganar y ser primero, siempre. Pero hubo cosas bien hechas; aún hoy la gente se acuerda de la marca DeRemate”.
- “Fueron seis meses trabajando de 7 a 9 de la mañana y de 7 a 9 de la noche. Yo todavía estaba en BCG. Había visto en Harvard que se podían hacer cosas muy importantes muy rápido. Amazon, Yahoo, AOL, también eBay. Nunca había pasado en la historia de los negocios que compañías grandes, enormes, que usasen millones de personas, se crearan en meses. Cuando empezamos a comunicar DeRemate, el 90% de la gente no sabía qué era Internet”.
- “Nunca estuve tan identificado con un trabajo y nunca sufrí tanto [como con DeRemate]. Se me cayó el pelo y me salieron úlceras en los ojos. No dormí por seis meses […]. A la vez, fue gratificante. Fue duro e intenso.”
- En paralelo con la última etapa de DeRemate, Oxenford lanzó un servicio de pagos digitales, DineroMail, una suerte de PayPal latino. Era 2003. Lo hizo junto a Alejandro Estrada, uno de los ex dueños de Banco Privado, a quien había conocido en la UCA. Ambos se reencontraron cuando el inversor y desarrollador inmobiliario Eduardo Costantini los convocó para ser parte de la Asociación de Amigos del flamante MALBA, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, que se inauguró en 2001.
- En marzo de 2006, Alec se asoció con Fabrice Grinda y fundó la empresa de clasificados online gratuitos de la que hoy es presidente, OLX, el Unicornio de Alec. La misma que ambos le vendieron, en 2010, al fondo de inversión sudafricano Naspers.
Sus consejos para emprendedores
Oxenford asegura que nunca tuvo problemas para conseguir capital, una de las claves en cualquier startup. Una condición que hace que un proyecto sea viable o no, por muy buena que sea la idea, por fantásticos que sean los fundadores y el management. “Siempre fue fácil para mí, sé que para muchos no lo es”, dice. ¿Qué aprendió luego de tantos años de buscar dinero para sus proyectos? Sus tips:
- El inversor es igual que el que busca plata: tiene un problema. En su caso, plata para invertir. Es su trabajo. Y el que busca dinero tiene que ser una solución para eso.
- ¿Qué busca el inversor? Primero, que no le roben su dinero. Entonces, hay que ser confiable.
- También hay que ser creíble y para eso hay que tener un plan bien estructurado.
- Hay que ser empático, porque en estos casos hay que negociar, reunirse, verse muchas veces. La vida es corta y uno busca gente agradable. Nadie quiere estar todo el día a las patadas.
- Si se es directo, transparente y honesto, sobre todo con las debilidades y los problemas, se genera confianza.
- El inversor tiene que ser inteligente, también, y saber valorar el proyecto que tiene adelante. Si no, es complicado. Saber generar esa relación sana es fundamental porque los momentos complicados siempre existen.