El décimo mes del año bien podría considerarse como un súper octubre para la industria automotriz y el mercado automotor argentino, ya que por primera vez en el año, todos los indicadores fueron positivos respecto a los de 2023, si bien algunos como las ventas en concesionarios ya habían mejorado las marcas interanuales.
Octubre fue un 5,2% mejor en la venta de autos cero kilómetro, un 21,2% en las operaciones de usados, un 0,9% mejor en producción de automóviles en las fábricas argentinas, y el comercio internacional mostró un aumento del 47,7% en las importaciones y una suba del 25,9% en las exportaciones.
Las variables que se modificaron para que todo esto suceda fueron el regreso del crédito con distintos planes de tasa 0% de acuerdo a las marcas y de determinados modelos; la apertura de las importaciones sin restricción de volumen con la consiguiente mayor oferta, acompañada de una necesidad de mejorar las ventas de todas las marcas; la brecha de las cotizaciones entre el dólar oficial, los financieros y el paralelo; la reducción drástica en los plazos de pago de las importaciones de 180 a 30 días en dos meses; la reducción del impuesto PAIS; un aumento de los precios de los autos que fue siempre menor que los índices de inflación, y por último, una leve recuperación del poder de compra de los asalariados formales. Pero hubo una adicional: el blanqueo de capitales.
“El primer mes podía influir que el dólar paralelo estaba muy alto y eso generó que muchos cambien y aprovechen esa brecha, pero después es posible que haya un efecto blanqueo, y que parte de esas divisas que se blanquearon vayan a bienes, autos entre ellos”, dijo Ernesto Cavicchioli, CEO de Hyundai Argentina.
Desde el sector industrial, la referencia la marca Toyota Argentina, líder en ventas como marca, líder con el modelo que domina el ranking, la pick-up Toyota Hilux, y líder en importaciones con el Yaris que viene de Brasil.
“Estamos terminando un año que inició con enormes desafíos para nuestro sector y que a partir del segundo semestre mostró una recuperación importante, por encima de las proyecciones del mercado. Las razones son varias. En primer lugar, vemos una mejora en las expectativas de los clientes, lo que los anima a renovar sus vehículos. Esto está vinculado a la estabilización de las variables y a la reaparición del crédito, que siempre es un motor fundamental para nuestro sector. Por otro lado, Argentina arrastra ya cinco años con un mercado interno por debajo o apenas por encima de las 400.000 unidades. Es un nivel bajo para un país como el nuestro, y eso también impulsa nuevas ventas”, dijo Ezequiel Vallejos, director de Asuntos Corporativos de la marca.
Desde otra de las terminales líderes, Martín Galdeano, Presidente de Ford Argentina y Ford Sudamérica, le dijo a Infobae que “vemos un segundo semestre que va a estar entre un 8 y un 10% por encima del mismo período del año anterior. El cierre de año en un nivel de industria ligeramente por debajo de 2023, pero mucho mejor que la expectativa inicial del 2024. El mayor nivel de actividad tiene que ver con mayor disponibilidad de stock en los concesionarios y también la mejora en las expectativas de los clientes que están cerrando operaciones. Por último, también ayuda la mayor oferta de opciones de financiación, con tasas más accesibles en línea de la baja de los índices de inflación y que en términos reales, la suba de precio de los vehículos en el acumulado del año fue significativamente menor que la inflación”.
La referencia de 2023
Aunque la comparación de un año respecto al anterior siempre es una referencia válida, no se puede desconocer el escenario en el análisis. Septiembre y octubre del año pasado fueron meses muy complejos porque Argentina estaba en plena campaña electoral con un gobierno que forzaba situaciones como estrategia para llegar mejor parado a la fecha de los comicios.
Algunas medidas fueron positivas para la economía del país y para un sector del mercado automotor, como no emitir permisos de importación para evitar salida de dólares, lo que motivó mayores ventas de autos nacionales, aunque a la vez se generaron paradas de producción por falta de insumos que también son importados y un mercado plagado de sobreprecios por una demanda que superaba tres veces a la oferta.
Parte de ese escenario descriptivo es también la abrupta caída de todas las variables en el inicio de 2024 por la devaluación y la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, que marcó una baja del 36% en las ventas de 0 km, un 29% en la producción y un 27% en la exportación para el final del primer trimestre. Y desde ese piso es que comenzó la leve recuperación, aunque siempre con números negativos que recién en julio mostraron las primeras de crecimiento en algunos ítems.
Qué esperar de noviembre y diciembre
Estacionalmente, los dos próximos meses son los peores, ya que históricamente las ventas bajan ante la cercanía de fin de año y la posibilidad de comprar un auto más nuevo a comienzos del año siguiente. Noviembre del año pasado fue un 15% más bajo que octubre y diciembre un 48% peor que noviembre. Si se quiere buscar la referencia de 2022 por las circunstancias políticas y económicas de 2023, noviembre fue mejor que octubre un 3%, pero diciembre había sido un 41% en relación al mes anterior.
“La baja de noviembre y diciembre tiene que ver con que aun comprándolos en esas fechas, esos autos se terminan patentando en enero porque los clientes quieren un auto un año más nuevo. Muchas operaciones se cierran antes, pero impactan en las cifras de enero por esa razón. Lo que vemos es que el mercado viene muy sólido desde julio, en el orden de los 40.000 autos por mes”, explicó Caviccioli.
Aunque todos los indicadores son positivos, los que más han crecido son los referidos a importación de autos, que en octubre aumentaron un 47,7% y dieron vuelta la relación de importados y nacionales que venía desde junio de 2021 con mayoría de vehículos nacionales y minoría de importados.
En octubre, esas curvas se volvieron a cruzar con un mix de 51% de autos provenientes del exterior y un 49% de producción local. En diciembre desaparecerá el impuesto PAIS, que había bajado del 17,5% al 7,5% en septiembre, lo que impactará más en los autos completos que llegan desde el exterior y que lo pagan sobre el total de su valor. Los autos nacionales lo pagan únicamente sobre las piezas importadas, que dependiendo de cada marca y modelo, van desde el 50% hasta el 70%.
“Nosotros no nos vemos beneficiados por la baja del impuesto PAIS por importar con dólar MEP o CCL, así que en la medida que se achica la brecha somos más competitivos. Pero más allá de nuestra situación en particular, en la medida que los dólares vayan a una convergencia, esto va a beneficiar las ventas. Creo que el dólar está atractivo como para comprar autos y eso traccionará a las importaciones”, explicó Cavicchioli.