La situación habitacional en la ciudad de Buenos Aires refleja un panorama cada vez más complejo, marcado por el déficit de acceso a la propiedad y el creciente número de personas que viven en alquiler que se agudizó en los últimos 15 años.
Según los datos recopilados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), mediante su herramienta VivienDATA, el 37% de los hogares en CABA son inquilinos, lo que representa un incremento respecto del 29% registrado en 2017. Esta tendencia es aún más pronunciada entre las personas de 30 a 45 años (adultos jóvenes), de las cuales el 52% reside en viviendas alquiladas.
El informe también detectó que un 18% de las personas en Argentina alquilan, cifra que sube a 25% entre los 30 y 45 años; en CABA, más de la mitad (52%) en ese rango etario son inquilinos
Fernando Bercovich, sociólogo del programa Derecho a la Ciudad de ACIJ, explicó a Infobae que este fenómeno tiene sus raíces en factores que se remontan a fines de los ´90 y principios de los 2000. “El encarecimiento del suelo urbano y el estancamiento salarial respecto al costo del metro cuadrado dificultaron el acceso a la propiedad. Esto, sumado a un escaso acceso al crédito hipotecario (luego de más de 5 años volvieron a reintroducirse este año), impidió que nuevas generaciones logren convertirse en propietarios”, señaló.
Como resultado, las personas que alcanzan la independencia lo hacen, en su mayoría, a través del alquiler, extendiendo esta etapa incluso en edades avanzadas.
A nivel nacional, entre el primer trimestre de 2017 y el mismo periodo de 2024 el porcentaje de hogares dueños de sus viviendas bajó desde el 67% hasta el 62 por ciento.
Hacinamiento
El informe de VivienDATA también reveló que, en CABA, el 18% de los hogares inquilinos vive en situación de hacinamiento, una tasa que duplica a la de quienes son propietarios (7,2%).
Según Bercovich, esto se explica por el alza constante de los alquileres, que obliga a muchas familias a destinar gran parte de sus ingresos al pago de la renta, dejando menos recursos para mejorar sus condiciones habitacionales. “El hacinamiento es una consecuencia directa de que los hogares inquilinos no pueden asignar más del 30% o 40% de sus ingresos al alquiler sin comprometer su estabilidad económica”, apuntó.
Actualmente, un departamento de tres ambientes en CABA, según Reporte Inmobiliario, oscila en $600.000 mensuales, lo que representa un desafío para los asalariados, ya que en muchos casos supera el 30% de sus ingresos
En términos de vulnerabilidad, los datos reflejan que el 29% de las personas que alquilan en CABA pertenece al primer quintil de ingresos, en contraste con el 16,5% de los propietarios. “Esto indica que los inquilinos están en una posición de mayor precariedad, no solo por sus ingresos, sino también por la falta de estabilidad que implica depender de un mercado de alquileres cada vez más volátil”, enfatizó Bercovich.
En este contexto, sostuvo que es urgente que el Estado intervenga, ya sea a través de incentivos fiscales para la construcción de viviendas accesibles (aunque el actual Gobierno prioriza otras políticas, el programa Procrear incluso corre riesgo de desaparecer) o la creación de un parque público de alquileres subsidiados, similar al de otras grandes ciudades del mundo como Berlín, por ejemplo.
Herramienta
Por otro lado, el informe detectó que la calidad de los materiales de las viviendas mejoró entre el primer (1T de 2017) y el último dato (1T 2024) de la serie, pasando de 74,5% a 77,2% de las personas viviendo en hogares con suficiente calidad de los materiales.
VivienDATA se presenta como una herramienta clave para democratizar el acceso a datos que suelen estar dispersos o ser difíciles de procesar.
“La idea es que medios, académicos y organizaciones de la sociedad civil puedan utilizar estos datos para impulsar políticas públicas informadas”, comentó Bercovich.
En el corto plazo, ACIJ planea publicar informes breves cada vez que el Indec actualice la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), mientras que a largo plazo buscan realizar comparativos interanuales para ofrecer un análisis más profundo de la situación habitacional.
La herramienta permite cruzar información sobre régimen de tenencia, nivel de ingresos, edad y calidad de los materiales de las viviendas, entre otras variables.
“Queremos que el tablero sea una referencia para quienes diseñan políticas públicas, ya que brinda una mirada integral sobre una problemática que no puede ser resuelta solo desde el mercado inmobiliario”, concluyó Bercovich.