Las variables internacionales que tradicionalmente tienen mayor incidencia sobre la suerte de los activos argentinos en el mercado financiero pasaron a un tono negativo ayer, luego de la confirmación de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El “Trump trade”, una apuesta por mayor déficit fiscal a raíz de recortes impositivos sumado a proteccionismo comercial y desregulación, no parece el mejor escenario global para países como la Argentina. Y es así que las monedas emergentes, como el real brasileño y el peso mexicano, sufrieron ayer miércoles. Sin embargo, los activos argentinos se mueve completamente a contramano.
La reacción de los mercados de todo el mundo a la amplia ventaja de Trump sobre su rival demócrata Kamala Harris, está lejos de ser positiva para países emergentes. Desde México hasta Hungría, desde Brasil hasta Sudáfrica, todo el universo emergente ve números rojos en sus pantallas el día de ayer. Y hay motivos sólidos para ello.
El triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses genera presiones significativas sobre los mercados emergentes debido a su impacto en el dólar y las tasas de interés. Con una orientación de mayor proteccionismo y un aumento de aranceles, los inversores anticipan un fortalecimiento del dólar, lo que encarece las deudas en monedas locales y reduce la competitividad de las exportaciones emergentes. Esto afecta particularmente a las economías latinoamericanas, como México, Brasil y Chile, donde las monedas sufrieron caídas abruptas ante la perspectiva de políticas estadounidenses menos favorables para el comercio exterior y un flujo de capitales que migra hacia activos más seguros en Estados Unidos.
Además, la expectativa de un gasto fiscal más expansivo en Estados Unidos, junto con posibles recortes de impuestos, alimenta la suba de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Esto eleva el costo de financiamiento en dólares, reduciendo el atractivo de los activos de riesgo en mercados emergentes y agravando la volatilidad en sus monedas y mercados financieros. Los países que dependen de la inversión extranjera o tienen altos niveles de deuda externa son particularmente vulnerables, ya que un dólar fuerte encarece los pagos en moneda estadounidense y podría obligar a ajustes internos más severos en el corto plazo.
En ese escenario completamente negativo para emergentes, la Argentina aparece como una excepción. Y hay una sola causa.
“La relación personal y política entre Milei y Trump”, resumió Juan Manuel Truppia de TPCG.
“La relación personal y política entre Milei y Trump puede generar un trato favorable en el FMI; eso es lo que el mercado percibe” (Truppia)
“La lectura es que por esa relación la Argentina puede tener un mejor trato en el Fondo Monetario Internacional. Si es así, no lo sé, pero eso está leyendo el mercado y con el mercado no conviene discutir”, agregó.
El punto clave es el Fondo. EEUU es el principal accionista del organismo internacional y, ya en 2018, tuvo un rol clave en el otorgamiento de un crédito récord en la Argentina. Un momento en el que Trump era presidente. Que ese visto bueno tan influyente se repita parece ser la apuesta.
“Básicamente lo que tenés una postura mucho más proteccionista de EEUU, que va a afectar emergentes y a Europa. A México, sobre todo. Y por otro lado recortes impositivos que ampliarían el déficit y subir las tasas de interés de la deuda americana”, explicó el economista Federico Domínguez.
“Argentina se separa del resto porque se espera que por la afinidad política con Milei aumenten las probabilidades de un acuerdo con el FMI que permita salir del cepo cambiario”, dijo el especialista.
A diferencia de 2018, cuando Mauricio Macri cerró el acuerdo con el FMI, esta vez puede ser distinto. “Ahora hay superávit fiscal, dar fondos frescos a la Argentina no es lo mismo que antes porque no es que te vas a quemar la plata, lo vas a tener como respaldo, como garantía. Se está formando un combo perfecto para tener un super peso, que de un tiempo a esta parte la apreciación cambiaria pase a ser el problema, la preocupación”, concluyó Domínguez.
Si es un efecto de corto plazo pero con posibles consecuencias negativas en el mediano o largo plazos es una de las dudas.
“Argentina se diferencia porque, por la afinidad política, aumenta la probabilidad de un acuerdo con el FMI que permita levantar el cepo cambiario” (Domínguez)
“Las políticas de Donald Trump son políticas que a la Argentina no le convienen porque ponen foco en el proteccionismo, ponen foco en la baja de impuestos y el agravamiento del déficit fiscal lo que va a traer tasas más altas porque la Reserva Federal se va a poner mucho más restrictiva respecto a la posibilidad de que se recaliente la economía y vuelva la inflación. En un escenario de tasas altas y proteccionismo, vamos a tener una suba del dólar en el mundo, baja en las commodities producto de la suba del dólar y eso va a afectar a la Argentina. Por otro lado, Trump va a desfinanciar muchos programas de defensa que hay en Europa, con lo que los países europeos van a tener que gastar más plata en Defensa, van a tener que endeudarse más, van a tener déficit más altos y eso también va a hacer que se debilite el euro y como consecuencia la moneda argentina va a quedar menos competitiva”, analizó Javier Timerman de Adcap.
“Por el lado positivo, se puede decir que la relación Trump-Milei puede destrabar algún tipo de desembolso, pero también hay que pensar que EEUU va a contribuir menor al multilateralismo y seguramente los organismos multilaterales de los que Argentina necesita fondeo van a quedar desfinanciados”, agregó.
“La victoria de Trump ejercerá una gran presión devaluatoria sobre el peso argentino, una realidad que aún no se refleja en el mercado” (Brooks)
Un crítico internacional de la política económica de Milei, por otra parte, se sumó a las advertencias de que el impacto positivo inicial puede ser negativo en el mediano plazo. Se trata de Robin Brooks, economista miembro de Brookings Institution que en su anterior rol en el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) fue uno de los más insistentes académicos en alertar sobre la debilidad del peso argentino durante el Gobierno de Macri.
Brooks, que supo cruzarse con el ministro de Economía Luis Caputo por sus diferencias sobre la política económica argentina, consideró hoy que la victoria de Trump está lejos de ser una buena noticia.
“Los argentinos aún no se han dado cuenta, pero la victoria de Trump (si implica aranceles estadounidenses a China y otros países) ejercerá una gran presión devaluatoria sobre el peso. Eso no está en el precio. El descuento en el tipo de cambio paralelo es estrecho en relación con el tipo de cambio oficial”, remarcó en su cuenta de la red social X (la ex Twitter).