Tras un primer semestre sumamente complejo para la actividad productiva, y especialmente para las pequeñas y medianas empresas industriales, el tercer trimestre del año mostró cifras algo más alentadoras que permiten avizoran un inicio de recuperación que podría terminar de consolidarse entre fin de año y el 2025. De todas maneras, no todas son buenas noticias para el mundo pyme. Los costos siguen creciendo por encima de la inflación y de sus precios, los impuestos son cada vez mayores (especialmente las tasas municipales) y la amenaza importadora se mantiene latente, en un contexto de permanente apreciación cambiaria y de eliminación del impuesto PAIS, que está previsto para fin de año.
De acuerdo con la tercera encuesta trimestral de coyuntura de la Fundación Observatorio PyME, que se relanzó este miércoles de la mano del flamante director ejecutivo, Federico Poli, las ventas del tercer trimestre cayeron un 1% interanual, cifra que marcó una fuerte desaceleración respecto de los números del trimestre anterior. Además, la producción disminuyó 13% y si bien marcó el sexto trimestre de caídas consecutivas, también redujo el ritmo de merma, ya que en el segundo trimestre la contracción había sido del 17 por ciento.
El indicador que mostró peor performance fue el del empleo, que registró una caída del 7% (el peor registro desde 2016), frente a una del 5% del período pasado. “¿Las empresas pymes están buscando un nuevo punto de equilibro en base a un mercado más chico?”, se preguntó Poli, al reflexionar sobre los números de la encuesta, que surge de un relevamiento a 500 pymes de distintos sectores, industriales y del sector de software y servicios informáticos.
Por otro lado, el índice PMI de la industria manufacturera (Purchasing Managers’ Index o Índice de Gestores de Compras PyME) creció desde el nivel mínimo del primer trimestre y se ubica en 50; en el umbral entre la recesión y la expansión. En tanto que el Índice de Confianza Empresarial PyME (ICE-PyME) mostró que la crece la confianza desde el tercer trimestre del año pasado y se ubica hoy en un nivel levemente optimista
A diferencia de las industriales, las PyMEs de software y servicios informáticos mantuvieron un crecimiento en ventas y ocupación, aunque con cifras más moderadas en comparación con los años posteriores a la pandemia. Este sector registró un aumento interanual del 11% en ventas ajustadas por inflación y una expansión del 3% en la cantidad de empleados. En términos de confianza empresarial, el índice de este sector permanece en niveles optimistas, aunque sin un incremento significativo en las expectativas a corto plazo.
Desafíos de competitividad y costos
Más allá de que las ventas hayan mejorado, las pymes industriales enfrentan una presión considerable en sus márgenes debido al alza de costos. Según el informe, el 90% de las empresas reportaron incrementos en sus costos, pero solo la mitad logró trasladar estos aumentos a sus precios de venta, afectando la rentabilidad del sector. Además, el precio de las manufacturas pyme creció por debajo de los tipos de cambio (oficial y MEP) y de los precios al consumidor y mayorista, lo cual agrava la situación de estas empresas frente a la inflación y la devaluación.
A esto se suma el aumento del costo energético, que pasó de representar el 5% de los costos en 2015 a un 11% en 2024 para las PyMEs industriales; y de un 3% a un 6% para el sector de software. Esta tendencia añade presión a la competitividad de ambos sectores, que también deben lidiar con altos costos impositivos a nivel provincial y municipal, tales como los ingresos brutos y tasas de seguridad e higiene, que afectan tanto a las industrias como a los servicios.
“Hay una brutalidad en lo que están haciendo las provincias y los municipios con Ingresos Brutos y Seguridad e Higiene. Cuando miramos el peso de estos costos, IIBB es un 6% en la industria y las tasas municipales un 3%. ¿Qué competitividad va a haber con esto?”, enfatizó Poli en su presentación.
Sin nuevas empresas
El estudio destaca que la recuperación de las PyMEs industriales será fundamental para impulsar el empleo y el crecimiento económico en Argentina. Sin embargo, a nivel de demografía empresarial, el país sigue experimentando un estancamiento en la creación de nuevas empresas, con una tasa neta negativa en el último año debido a la caída en la tasa de natalidad empresarial. “Para que crezca el empleo hace falta que crezca la cantidad de empresas. En la Unión Europea hay 72 empresas cada 1.000 habitantes; en la CABA 43, pero el promedio nacional es 12 y hay provincias menos de 4″, indicó la Fundación.
Frente a este panorama, las PyMEs industriales enfrentan importantes desafíos en términos de competitividad, tanto por el atraso cambiario como por los costos salariales que continúan creciendo por encima de los precios de venta. La encuesta enfatiza la necesidad de políticas públicas que apoyen la recuperación de estas empresas y mejoren sus condiciones de competitividad, especialmente en un contexto de inflación y presión cambiaria que impacta directamente en sus resultados.