El precio de la nafta y el gasoil medidos en dólares son los más altos de los últimos seis años, en medio de los incrementos que habilitó el Gobierno de Javier Milei desde diciembre pasado y la apreciación cambiaria. Medido en pesos, se encuentran un 7% por debajo del promedio alcanzado entre 2019 y 2023. Ese proceso de recomposición se dio en medio de una caída en la venta de combustibles.
La información se desprende de un informe realizado por la consultora Economía y Energía, de Nicolás Arceo, en la que se tomaron como referencia los precios en surtidores, la evolución de la inflación y el dólar promedio hasta octubre.
Los combustibles tuvieron un fuerte salto desde diciembre por la liberalización de precios que habilitó Milei en pos de “sincerar” el atraso que había propiciado la gestión anterior. El ministro de Economía, Luis Caputo, instruyó a la petrolera estatal YPF -líder en el mercado local- a llevar sus incrementos por debajo de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec para no poner en peligro la desaceleración de la inflación.
Según Economía y Energía, en octubre, los precios se ubicaron un 20% por debajo de los valores que habían alcanzado durante el primer mes del año. “El precio de los combustibles en surtidor, medido en pesos constantes, se ubicó un 7% por debajo de los valores que se habían alcanzado en promedio entre 2019 y 2023. Sin embargo, medido en dólares, los precios aumentaron: fueron un 25% mayores al promedio registrado entre 2019 y 2023″, detallaron.
La consultora también señaló que el precio del petróleo en el mercado local se ubica en la actualidad con un valor similar al de paridad de exportación, en línea con la búsqueda del Gobierno y el pedido que tenían desde hace años las petroleras. Ese alineamiento, explicaron, tuvo que ver con que el precio del crudo en el mercado internacional se ubica en mínimos desde 2021, rondando los USD 70 por barril.
Los otros dos factores más relevantes fueron el retraso en la actualización de los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono y, fundamentalmente, la apreciación real del peso que se observó luego de la devaluación de diciembre.
Es en ese marco que durante los primeros nueve meses del año las ventas de combustibles cayeron 6% respecto al mismo período del año pasado. La mayor caída se observó en las premium, 21%, mientras que la súper tuvo una merma del 2% interanual. Eso muestra una migración de los consumidores hacia alternativas más baratas. Las ventas de gasoil, en tanto, disminuyeron en promedio un 6% en idéntico período.
El presidente de YPF, Horacio Marín, había anunciado el mes pasado un “pacto con los consumidores” por el que las variaciones del barril tendrían impacto a nivel local. En el marco de su participación en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), Marín destacó que la petrolera construyó un índice que todos los meses releva cuál fue la variación promedio y que a partir de ese dato se definirán los incrementos o bajas en surtidores. Sus competidoras - Shell, Axion y Puma - suelen moverse en la misma línea que la petrolera estatal.
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, había explicado el ejecutivo.
De todos modos, el Gobierno no está dispuesto a convalidar incrementos que pongan en riesgo la desaceleración de la inflación. El combustible tuvo un aumento menor al 3% en octubre y las subas podrían seguir el sendero de moderación, si es que el IPC se mueve en línea con las expectativas oficiales.