Aerolíneas Argentinas canceló 5 vuelos este martes debido que las tripulaciones encargadas de operarlos no estaban correctamente certificadas para hacerlo. El problema responde al prolongado conflicto entre el Gobierno y el sindicato de pilotos, que encabezó una serie de paros y medidas de fuerza en medio de una paritaria todavía sin definición y en medio del objetivo oficial de privatizar la empresa.
Este martes, dos servicios ida y vuelta de cabotaje fueron los afectados. Son dos las tripulaciones que no pudieron volar, pero como son rutas de varios tramos en total son cinco los vuelos cancelados.
El primer servicio cancelado fue el AR 1530 que une Aeroparque con la Ciudad de Córdoba, y estaba previsto para poco antes de las 16. Se trata de una ruta cubierta con un Boeing 737-700 cuya tripulación no pudo prestar el servicio porque, según voceros de la empresa, no contaban con las certificaciones necesarias en simulador de vuelo.
El otro servicio que no se pudo llevar a cabo este martes restó tres vuelos. Se trata de una ruta que parte de Aeroparque con destino a Córdoba, luego une la ciudad mediterránea con Comodoro Rivadavia y luego partía de la principal ciudad chubutense con Aeroparque. Los voceros de Aerolíneas Argentinas explicaron que la tripulación del Embraer ERJ-190 quedaron en la misma situación: no tenían actualizada la certificación en simulador de vuelo.
La falta de certificaciones fue moneda común en estos últimos días en la línea aérea de bandera. El problema surge por los repetidos paros en el sector, que hicieron que las horas de simulador previstas no se concretaran. Y como los pilotos están obligados a cumplir con regímenes periódicos de prácticas en simuladores, la operación no se puede realizar de acuerdo a la normativa.
La crisis gremial en Aerolíneas Argentinas se profundiza tras varios días de medidas de fuerza lideradas por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). El conflicto, originado en demandas salariales y condiciones laborales, ha afectado la renovación de licencias semestrales de los pilotos de vuelos de largo alcance. Este trámite, que involucra simuladores de vuelo en el Centro de Formación y Entrenamiento de Pilotos de la República Argentina (Cefepra) en Ezeiza, se ha visto interrumpido por las protestas gremiales, resultando en una falta de personal habilitado para operar rutas internacionales. Ante esta situación, Aerolíneas ha cancelado vuelos y reducido la capacidad en sus servicios al sustituir aviones de largo alcance por modelos más pequeños.
Desde el jueves, uno de los efectos más visibles de esta medida ha sido la alteración en la ruta habitual a Miami, que tradicionalmente se realiza en un Airbus A330. En su lugar, la compañía ha tenido que operar con un Boeing 737 MAX, una aeronave de menor capacidad y autonomía, que requiere una escala en Lima para reabastecimiento de combustible. Este cambio inesperado ha generado malestar entre los pasajeros que esperaban un vuelo directo y en una aeronave más cómoda, sumándose a la serie de críticas que Aerolíneas ha recibido en redes sociales por la interrupción de sus servicios.
El conflicto también involucra a otros sindicatos del sector, aunque las demandas varían entre ellos. Mientras APLA exige una recomposición salarial del 90% y denuncia condiciones laborales precarias, sindicatos como la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) mantienen posturas similares en cuanto a la necesidad de mejoras laborales. En contraste, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Unión del Personal Superior Aeronáutico (UPSA) han llegado a un acuerdo temporal que incluye un aumento del 11,8% más un adicional, destacando las diferencias en las negociaciones y el complejo panorama sindical que enfrenta la compañía.
El rol del Gobierno en este conflicto ha sido el de mediador y, al mismo tiempo, el de una administración bajo presión para reducir los subsidios estatales a Aerolíneas Argentinas. En el Congreso, se están debatiendo proyectos de ley que podrían limitar significativamente el presupuesto de la aerolínea o incluso privatizarla, lo que añade una capa de tensión al conflicto. Los líderes gremiales, como el jefe de APLA Pablo Biró, han sido críticos de la actual gestión de Aerolíneas, señalando a ejecutivos como Fabián Lombardo y Juan Pablo Alvarado por “incumplimientos convencionales” y por carecer, según los sindicatos, de la experiencia necesaria en el sector.