Los primeros números anticipados de octubre muestran que el Gobierno, si bien sostuvo el ajuste del gasto público, tuvo una leve desaceleración respecto al mes anterior y además comenzó a apoyarse cada vez más en partidas como la obra pública y salarios públicos para sostener el equilibrio en las cuentas públicas. En la primera parte del año, la poda en jubilaciones explicó buena parte del recorte general, pero hacia fin de 2024, por la fórmula automática, esa partida será menos “ajustable”.
Los datos recopilados en base a información presupuestaria por parte de la consultora Analytic, a los que Infobae tuvo acceso, muestran que en el décimo mes del año hubo una caída en términos reales del gasto primario de 27 por ciento. Como comparación, un mes antes esa magnitud de poda había sido de 30 por ciento. La misma consultora estimó con esos números que en los primeros diez meses del año el ajuste general fue de 29,7 por ciento.
En el análisis por cada rubro es que se identifica el inicio de lo que podría ser un cambio de tendencia en la “fórmula” que utiliza el Ministerio de Economía para mantener a raya el gasto y sostener el equilibrio en las cuentas públicas.
“En octubre, la caída del gasto primario se mantuvo en línea con lo que sucedía en meses atrás al ser del orden del 27% respecto a igual mes del 2024. Por su parte, como señalamos, hay una desaceleración en el ajuste sobre las jubilaciones en línea con una fórmula de movilidad que ajusta mensualmente y una inflación a la baja”, dijo a Infobae el economista de esa consultora, Claudio Caprarulo.
Los datos recopilados en base a información presupuestaria por parte de la consultora Analytica muestran que en el décimo mes del año hubo una caída en términos reales del gasto primario de 27 por ciento
En ese sentido, agregó que es “una situación que en parte se compensa con el congelamiento del bono en $70.000 desde marzo. A su vez, la caída en la obra pública se aceleró y volvió a ser superior al 80% interanual”, planteó. Los datos de Analytica están basados en información de gasto devengado –es decir, gasto comprometido– pero no efectivamente pagado, que es el método con el que mide el resultado fiscal la Secretaría de Hacienda y por esa razón los números finales terminan siendo diferentes.
Los números dejarían ver, así, que el Gobierno precisa apoyarse en lo sucesivo en un recorte más acelerado en otras partidas al tomar mayor envión las erogaciones previsionales. Como comparación, mientras en octubre la caída de gasto en términos reales en jubilaciones fue de 2,4% de acuerdo a Analytica, al observar todo el panorama de los meses transcurridos en 2024 ese número asciende a 18,3 por ciento.
Como contrapartida, los gastos que en la última foto de octubre pesaron más que en el total del año están los salarios públicos (19,6% en todo 2024, pero 31,1% de ajuste solo en octubre), asignaciones familiares más AUH (1,7% en todo 2024 y 24,6% de caída en el décimo mes del año), obra pública (-78,9% y -85,9%, respectivamente) y programas sociales (-39,5% y -61,2% para cada caso).
Según estimaciones de LCG, de hecho, “el superávit fiscal acumulado hasta septiembre se explica en un 31% por el recorte en jubilaciones y pensiones, 29% por el freno de la obra pública, 17% por menos subsidios económicos y 21% por la mayor recaudación del Impuesto País y de Derechos de exportación”. Casi un tercio del ajuste fiscal estuvo explicado en jubilaciones. Y 6 de cada 10 pesos, en jubilaciones más obra pública.
Cuando anunció el resultado fiscal de septiembre, en pleno escenario tras dar su discurso ante empresarios en el Coloquio de IDEA, el ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó que la última parte del año tendrá presiones adicionales por el lado del gasto público. Si bien suele suceder más bien en diciembre por el pago de aguinaldos y la aceleración sobre el final de la ejecución presupuestaria de cada área, el funcionario también planteó que este mes también será desafiante. El jefe del Palacio de Hacienda mencionó como factores de presión adicional en las erogaciones para lo que resta del año “intereses de deuda y pago de aguinaldos”.
Los números dejarían ver, así, que el Gobierno precisa apoyarse en lo sucesivo en un recorte más acelerado en otras partidas al tomar mayor envión las erogaciones previsionales
Para Invecq, “hacia adelante, las posibilidades para seguir ajustando se limitan ya que, con la estabilización de la inflación, la licuación del gasto ya no es una opción para el ajuste, y una gran parte de gastos discrecionales -como la obra pública, subsidios, transferencias a provincias y universidades- ya fueron fuertemente ajustados durante este año”, mencionó.
La consultora LCG, en tanto, aseguró que “para lo que queda del año, el aporte del blanqueo y la moratoria serán relevantes para compensar la baja de alícuotas del Impuesto PAIS (-0,2% PBI) y mayores demandas de gasto como transferencias de coparticipación de CABA (0,07% PBI vía transferencias entre septiembre y diciembre), reconocimiento de gasto aún no devengado (por ejemplo productores de gas) y mayores necesidades financieras por intereses de LEFIs (0,07% PBI)”, enumeraron, aunque terminaron por proyectar hacia final del año un superávit primario de 1,3% del PBI.
El amplio colchón de ahorro fiscal que ganó el Gobierno tras el ajuste sostenido- en especial en el resultado primario- será el que marque el margen para expandir el gasto en la recta final del 2024 sin desviarse del equilibrio en las cuentas públicas. Hasta septiembre, último dato oficial, el superávit financiero acumulado fue de 2,4 billones de pesos, que se eleva a casi 10 billones de pesos solo al considerar el excedente primario sin intereses de deuda.