Se vende el increíble edificio en que vivió el creador del Teatro Colón y otras joyas arquitectónicas argentinas

Salió a la venta un edificio de 1920, ubicado en San Martín al 1.100 en el corazón de Retiro, a pocos metros del icónico Kavanagh y frente a la Plaza San Martín. Se trata de una oportunidad única para quienes buscan un inmueble con valor patrimonial y arquitectónico.

Más antiguo que el Kavanagh, inaugurado en 1936, este edificio refleja el legado arquitectónico de comienzos del siglo XX: lo construyó Jules Dormal, un arquitecto de origen belga que vino a la Argentina y fue uno de los padres del estilo academicismo francés en el país.

El inmueble que se vende en block fue diseñado por Dormal (nacido en Lieja en 1846 y fallecido en Buenos Aires en 1924), quien llegó a la Argentina en 1870 y mantuvo importantes vínculos con figuras como Nicolás Avellaneda, presidente de la Nación entre 1874 y 1880.

Dormal, reconocido por completar el Teatro Colón y diseñar el Parque Tres de Febrero en Palermo -proyecto impulsado por el presidente Domingo Faustino Sarmiento hacia 1875, hoy conocido como Bosques de Palermo-, construyó este edificio como su residencia personal.

Este profesional fue figura clave de la arquitectura en Buenos Aires, también colaboró en la construcción de edificios emblemáticos como el Hipódromo de Palermo y la Casa de Gobierno de La Plata, capital de la provincia bonaerense.

El edificio de San Martín al 1.100 es testimonio de su visión, donde combinó detalles refinados con un diseño funcional. Rossana Castiglioni, arquitecta y experta en patrimonio histórico, destacó a Infobae: “la arquitectura original del inmueble permite armonizar con el entorno pese a las transformaciones urbanas de la Plaza San Martín en los años ´30, cuando fue ampliada y rediseñada”.

La fachada mantiene una continuidad visual con las construcciones aledañas y enmarca el entorno urbano de Retiro, área que sufrió transformaciones significativas en los años 30. La residencia, construida antes del auge racionalista-art déco del Kavanagh, encarna un estilo que se opone a los cambios arquitectónicos posteriores.

“Entre 1929 y 1935, el área experimentó una renovación urbana que afectó tanto la Plaza San Martín como sus alrededores. Este proceso alteró la composición tradicional del espacio público y exigió la demolición de edificios en las barrancas. En ese contexto, la obra de Dormal se convierte en un punto articulador y un puente entre los estilos arquitectónicos de diferentes épocas, otorgando una coherencia visual que acompaña la ampliación y rediseño de la plaza hasta su intersección con Ricardo Rojas”, amplió Castiglioni.

Con protección histórica bajo la categoría APH 38, el edificio requiere que cualquier intervención cumpla con regulaciones estrictas de preservación arquitectónica. Esta protección, según el Código Urbanístico, permite su adaptación para nuevos usos siempre que se respeten los elementos formales y tipológicos.

La Ley 6509/2021, además, incluye esta área en el Plan de Transformación del Microcentro, lo que asegura que se destinen esfuerzos para su mantenimiento y puesta en valor en los próximos años, en concordancia con su relevancia patrimonial.

En cuanto al estilo, el inmueble refleja el academicismo francés que Dormal promovió en la arquitectura porteña. Sus trabajos incluyen, además de la finalización del Teatro Colón, el Teatro Ópera, el monumento al General José de San Martín en la Catedral de CABA, entre otras tantas obras públicas incluso, como la Estación Sur del ferrocarril en Mar del Plata, que funcionaría luego hasta 2009 como Terminal de Ómnibus y la rambla antigua de madera.

Dormal, quien integró la Sociedad Central de Arquitectos y fue discípulo de Viollet Le Duc (arquitecto francés que restauró entre 1860 y 1870, el Castillo de Roquetaillade, que fue construido por Carlomagno en el siglo XIV), dejó un legado significativo en la arquitectura argentina.

“Su visión, que combinaba ingeniería y diseño, contribuyó a forjar una estética urbana que define a Buenos Aires hasta la actualidad, con obras emblemáticas que, como en el caso de su propia residencia, consolidan su impacto en la identidad visual de la ciudad”, señaló Castiglioni.

Formado inicialmente en Bélgica y luego en la Escuela de Bellas Artes de París, trajo a Buenos Aires un profundo conocimiento del academicismo europeo. Dormal, junto con su contemporáneo Alejandro Christophersen, es considerado uno de los guardianes del estilo académico clásico en el país, y ambos fueron pioneros en la creación de la Escuela de Arquitectura dentro de la Facultad de Ciencias Exactas.

Esta escuela, además de su valor educativo, se convirtió en un eje central para la organización de concursos de obra pública en Argentina.

Alejandro Machado, experto e investigador de la arquitectura del período 1880-1930, destaca la influencia de Dormal en la construcción de residencias y edificios públicos. “Fue un profesional comprometido y vinculado a importantes figuras de su época, como Julio A. Roca y Dardo Rocha. Fue el arquitecto detrás de obras clave, como la residencia de Dardo Rocha, que consolidaron su reputación en el ámbito público y privado. Su estilo y visión, que conectaban la tradición europea con la pujante sociedad argentina de la época, marcaron el diseño de residencias que perduran hasta hoy”.

Entre las residencias más notables diseñadas por Dormal figura la Casa de la familia Guerrico, que actualmente alberga la Biblioteca Nacional de Mujeres sobre Marcelo T. de Alvear al 1100. Incluso se hizo cargo de la dirección final de obra del Palacio del Congreso, proyectado por Víctor Meano, quien fuera asesinado en 1904.

“Su trabajo en estos proyectos reflejó una consustanciación profunda con el desarrollo urbano y cultural del país, convirtiéndose en una pieza clave de la arquitectura de Argentina entre 1890 y 1900″, amplió Machado.

Según Nahuel Achával, coordinador comercial de Toribio Achával, que está a cargo de la comercialización, el edificio cambió de manos a lo largo de los años, pasando luego de Dormal a un señor Nougués y, posteriormente, al propietario actual. El precio de venta en la zona parte desde USD 1.200 por m2.

Con 1.700 metros cuadrados cubiertos distribuidos en seis plantas y un terreno de 315 m2, el edificio se encuentra en excelente estado de conservación. La propiedad cuenta con techos altos, 30 ambientes, terrazas orientadas al norte y detalles arquitectónicos de gran calidad.

”Este edificio no solo representa un bien inmueble, sino un pedazo de historia arquitectónica de Buenos Aires. Los detalles originales y su perfecta ubicación frente a la Plaza San Martín lo convierten en una opción única para quienes buscan un inmueble de alto valor patrimonial en el microcentro”, aseguró Achával.

Las áreas de recepción tienen piso de mármol claro y entablonado de madera en espiga en salones, creando una atmósfera cálida y sofisticada. Las paredes están adornadas con boiseries de madera oscura tallada y molduras clásicas en techos, detalles que reflejan el lujo de principios del siglo XX.

“Las amplias ventanas de madera con arcos permiten la entrada de luz natural y brindan acceso a balcones terraza, con vistas despejadas”, señaló Achával.

Cada ambiente revela materiales nobles y una conservación excepcional, desde los techos altos y espacios amplios hasta las molduras y acabados originales. Esta propiedad es ideal para su reconversión en sede corporativa, embajada o proyecto turístico. Puede ser para alquileres de vivienda tipo Airbnb.

También es un petit hotel, ideal para reconvertirse en un proyecto que atraiga al público que visita la ciudad por turismo o trabajo. Su ubicación y características lo hacen apto para albergar una entidad, la sede de una embajada o una empresa de primera línea.

Achával concluyó: “Con un balcón terraza, el edificio se encuentra en una zona privilegiada rodeada de los mejores hoteles y a pasos de un importante nodo de transporte público en Retiro”.