En los últimos meses la calma cambiaria en el mercado financiero impulsó el carry trade, una estrategia de inversión cuyos rendimientos medidos en dólares superan el 150% desde octubre de 2023 y que implica comprar deuda en pesos beneficiándose de las tasas de interés locales respecto de la devaluación mensual del Banco Central o crawling peg del 2 por ciento.
Sin embargo, la estrategia no está exenta de riesgos, tanto para los inversores como para el Gobierno.
Los instrumentos en pesos más utilizados para este tipo de operaciones, que también se conoce en la jerga como “bicicleta financiera”, son los plazos fijos tradicionales y tasa Badlar, Letras del Tesoro a tasa fija (Lecap), Bonos en pesos (Boncap), Fondos Comunes de Inversión (FCI) y Bonos ajustados por CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia).
“El carry trade sigue de largo después de una ganancia acumulada mayor al 150% medida al dólar CCL desde octubre de 2023, cuando el entonces candidato a presidente, Javier Milei, recomendó no renovar plazos fijos porque el peso era excremento”, aseguraron desde Eco Go.
Los instrumentos en pesos más utilizados para este tipo de operaciones son los plazos fijos tradicionales y tasa Badlar, Lecap, Boncap, y Fondos Comunes de Inversión
En detalle, según la consultora, la ganancia en dólares acumulada en el último año de los bonos ajustados por CER fue de 140,5%, la de plazo fijo, 17,9%; instrumentos a tasa fija como Lecap, 155,7%; Globales, 121%; Bonares, 148,4% y S&P Merval, 138,5 por ciento.
Si bien los retornos son muy atractivos y a corto plazo, los economistas alertan que hay varias cuestiones a tener en cuenta, sobre todo en un contexto en que las señales de salida del cepo son difusas y no hay claridad acerca de cómo continuará la política cambiaria.
En este marco, María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, dijo a Infobae que el carry trade se acentúa cuando aumentan las expectativas de que el Gobierno mantendrá el actual esquema de crawling peg, o que incluso podría achicar la tasa de deslizamiento mensual del dólar. Y eso sucede a pesar del cepo, lo que obliga a volcarse al CCL. “Ahí hay un posible efecto de volatilidad en el tipo de cambio financiero, pero hay expectativas de que la brecha se mantenga mínimamente o que se siga reduciendo”, sostuvo la economista.
De esta manera, según Castiglioni, el riesgo es exógeno ya que depende de si el Gobierno decide, por ejemplo, cambiar el esquema de devaluación mensual o si cambian las expectativas y aumenta la demanda del tipo de cambio financiero.
El economista Juan Truffa consideró que desde el punto de vista inversor “el peligro de la estrategia es que el tipo de cambio suba y que la tasa de interés cobrada no alcance para comprar la cantidad de dólares prevista, perdiendo dinero”.
Al respecto, Brian Torchia, Gerente de Finanzas Corporativas de PGK Consultores, afirmó: “De mantenerse las condiciones de devaluación actuales (2% si es que el financiero acompaña al oficial) y la tasa de colocación en pesos de, por ejemplo, Fondos Comunes de Inversión Money Market (3,2%), la estrategia de carry nos daría 1,18% en un mes y 15,07% en un año siempre y cuando en el medio no exista ningún ‘shock’ devaluatorio de la referencia financiera”.
Pero agregó: “Si en cualquiera de los meses existiera un aumento repentino del 10% por encima de la evolución ‘estándar’ del dólar financiero; el impacto es significativo e incluso letal en algunos casos. Siempre que el retorno esté por debajo del 10%, como sucede hasta el octavo mes de la estrategia, pasaríamos a perder”. Eso se puede ver en el siguiente ejercicio de simulación”.
“Este tipo de mecanismos financieros no son sostenibles por tiempo prolongado y suelen ‘descomprimir’ de forma abrupta e impredecible dado que su resultado depende de variables muy complejas de anticipar como puede ser la cotización del dólar financiero. En conclusión, hay margen para generar carry, pero es determinante darle un seguimiento profesional y planificado, dado que literalmente ‘de un momento a otro’, todos los resultados obtenidos en un determinado tiempo pueden perderse”, contó Torchia.
En definitiva, “los mayores riesgos están asociados a un cambio abrupto en la paz cambiaria”, dijo Nery Persichini, Head of Research & Strategy de GMA Capital. Y resaltó: “La clave es estar posicionados en variantes con liquidez en caso de tener que ejecutar una salida rápida”.
Hay margen para generar carry, pero es determinante darle un seguimiento profesional y planificado, dado que literalmente ‘de un momento a otro’ (Torchia)
En tanto, el riesgo para el Gobierno, destacó Truffa, es que “se va generando el crecimiento de toda una masa de dinero que está especulando a que el tipo de cambio se mantenga constante. Es una potencial presión mayor sobre dólar después”.
Y explicó: “Si sos un importador y tenés que hacer un pago al exterior por mercaderías para vender, pero te están asegurando, manteniendo el tipo de cambio fijo, que tu plata va a crecer casi al 50% anual; no vas a comprar, sino que vas a hacer tasa de interés para tener más dólares en el futuro. Y al exportador le conviene tomar financiamiento en dólares a nivel local, producto del aumento de depósitos, en lugar de liquidar sus divisas”.
Pablo Repetto, Head of Research de Aurum Valores, apuntó: “El efecto más notorio es que, como la tasa de interés en pesos es mayor que la tasa de devaluación y la deuda se mide en dólares oficiales, se produce un aumento nominal de la deuda en pesos medida en moneda extranjera”.
Otros casos
Es importante mencionar que el carry trade no es nuevo ni exclusivo de Argentina. Gustavo Pérego, director de Abeceb, contó cómo funcionaba esta estrategia entre Japón y Brasil. “Japón tenía la tasa prácticamente negativa o cero, entonces grandes fondos tomaban deuda en Japón y con esos dólares que conseguían compraban bonos soberanos brasileños que pagaban una tasa real de entre 7 y 9 puntos y después cobraban ese bono y devolvían la deuda que habían tomado en dólares en Japón y se quedaban con la diferencia. Pero cuando el Banco Central subió la tasa, hubo un movimiento de fuga o de reperfilamiento de muchas posiciones en los bonos”.
En cuanto a la diferencia de la estrategia carry trade en Argentina y el mundo, Repetto afirmó: “El problema acá es que el control de capitales lo hace más seguro, o sea, si hay un tipo de cambio que está persistentemente controlado con una tablita cambiaria que crece al 2% mensual o el CCL y el MEP están sostenidos por la intervención, se está fomentando el carry trade en pesos y generando una ganancia con una suerte de seguro cambio”.
“En otros países, al tener un tipo de cambio flexible, el riesgo para el inversor es mayor y el ingreso de capitales especulativos para aprovechar la tasa en moneda local tiene que ser más cuidadoso”, añadió.