El dato magro pero positivo de actividad económica de agosto cortó una racha de subibaja de los indicadores que alienta a funcionarios y también a analistas privados a advertir que, con los datos anticipados de septiembre, “la economía ahora sí ya pegó la vuelta”.
La reactivación no es homogénea ni vigorosa, pero es concreta. Eso según al menos tres de las principales consultoras del mercado que producen estadísticas de actividad, las que registraron en septiembre el tercer avance consecutivo de la economía. Es decir, que el último trimestre cerró con crecimiento, el primer dato positivo para todo un período contra el anterior, aun cuando en la comparación interanual el registro es todavía negativo.
Esa perspectiva cambia para el trimestre en curso, cuando se espera un rebote más contundente que también presente signo positivo en contraste con el último cuarto del año pasado, precisamente cuando la economía entró en recesión.
“En mayo ya se vio una recuperación pero fue transitoria. Eso ahora es anecdótico porque en julio hubo una muy fuerte recuperación, en agosto fue mínima y en septiembre algo más. Es lento, pero ya está un escalón arriba” (Lorenzo Sigaut Gravina)
La medición más optimista es la de EcoGo, la consultora de Marina Dal Poggetto, cuya estimación de actividad económica arrojó en septiembre una suba de 1,5% respecto del mes anterior. Muy similar fue el resultado del Índice General de Actividad (IGA) de OJF y Asociados, la consultora de Orlando Ferreres, que reflejó un avance de 1,4% intermensual mientras que la consultora fundada por Diego Bossio y Martín Rapetti, Equilibra, midió una suba de 0,4% en septiembre. Según su director, Lorenzo Sigaut Gravina, ese resultado permite anticipar una suba trimestral en torno al 2% respecto al segundo trimestre del año, cuando la economía todavía se movía en el barro de una profunda recesión con algunos atisbos sectoriales de salir del pantano.
Por el momento, la caída del PBI acumulada en el año anota 3,8%, cifra que se prevé quede algo recortada hacia fin de año con una proyección de caída de 3,5% respecto de 2023 pero con un cambio de ciclo que hace que el consenso de economistas pronostique una recuperación contundente para el próximo año. De hecho, si se confirman las estimaciones citadas, el próximo año arrancará con un arrastre estadístico de 1,6 por ciento. Tanto el Gobierno como el Fondo Monetario prevén un crecimiento de 5% del PBI para el próximo año, lo que implicaría recuperar el nivel anterior al inicio de la recesión.
En ese sentido, sorprendió ayer el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, al afirmar que el nivel actual de actividad es “hoy más alto que en diciembre del año pasado”, cuando asumió la presidencia Javier Milei.
“La estabilidad macro que empieza a sentirse, se consolida de manera muy sostenida y muy fuerte el próximo año porque se atacó el corazón del problema, que es lo fiscal”, aseveró Sturzenegger en el marco de la jornada Argentina Fintech Forum.
Lo cierto es que a la economía le costó hacer pie, tras algunos datos positivos que no terminaban de consolidarse, lo que finalmente habría ocurrido en los últimos meses. “En mayo ya se vio una recuperación pero fue transitoria. Eso ahora es anecdótico porque en julio hubo una muy fuerte recuperación, en agosto fue mínima y en septiembre algo más. Es lento, pero ya está un escalón arriba”, apuntó Gravina.
En esa mejora, no todos los sectores reaccionaron a la misma velocidad. Lejos de eso, los últimos datos de consumo indican que es la variable con mayor dificultades para reaccionar, incluso a pesar de la mejora del salario real. Es que, esa mejora, en vez de destinarse al consumo, debe ser destinada por parte de los hogares a afrontar gastos “aumentados” como las tarifas.
De todos modos, datos privados y también oficiales indican, al menos, el fin de la caída. En agosto, por caso, las ventas de los supermercados aumentaron 0,2% respecto del mes anterior mientras que las compras en centros comerciales subieron 5,3% en términos interanuales. Aun así, está lejos de ser el motor de la reactivación.