El anuncio de un repo con un grupo de entidades que permitirá afrontar el pago de deuda en enero está cada vez más cerca. Resta solo definir detalles técnicos, cerrar el monto y sobre todo a qué tasa estarán dispuestos a prestarle a la Argentina. La intención del ministro de Economía es que ese costo se ubica por debajo del 10% anual, es decir cerrar una tasa en dólares de un dígito.
La tasa es un dato clave por varios motivos. Pero básicamente la idea es que se trate de un costo pagable, porque de lo contrario se caería en el error de tomar financiamiento insostenible. Pero además Luis Caputo quiere minimizar críticas de la opinión pública, como sucedería si el rendimiento es demasiado alto.
Por eso, en Wall Street quienes están familiarizados con la operación hablan de un costo final que se ubicaría en un rango intermedio entre el 9% y el 10% anual.
El plazo del préstamo será de 3 años y el monto se acercaría a los USD 3.000 millones. En principio, ya hay dos bancos seguros que lideran la operación, JP Morgan y Santander. A ellos se le sumaría Morgan Stanley y no se descarta que se incorpore alguno más a la lista en los próximos días.
La medida conocida ayer de que comienza el proceso para comprar los USD 2.701 millones para pagar el capital del vencimiento de enero, es complementario de esta negociación. Esa medida no modifica en ningún sentido todas las negociaciones abiertas con los bancos. Y además ayuda a Economía a “quemar” pesos para cumplir con su meta de base monetaria amplia.
“Vengo a darles una buena noticia, no les vamos a pedir plata”, es el latiguillo que utilizó reiteradamente Caputo en las reuniones que mantuvo con fondos de inversión la semana pasada en Washington.
El mensaje es claro: la Argentina se tomará su tiempo para volver a los mercados financieros y mientras tanto va a procurar otras formas de fondeo para pagar la deuda. A principios del año próximo vencen casi USD 4.500 millones y en julio una cifra similar.
Caputo ya anunció de ese monto los USD 1.700 millones que corresponden de intereses ya fueron comprados por el Tesoro al Central y el dinero se depositará en el Bank of New York. Y ayer completó el mensaje con la decisión de comprar USD 2.701 millones para pagar el capital en dólares y euros. Así afrontará el vencimiento del próximo 9 de enero.
Por lo tanto, los fondos para hacer frente a los vencimientos de enero ya están asegurados. Éste fue uno de los desencadenantes de la baja del riesgo país de los últimos días, al aumentar la certeza de pago al menos en el corto plazo.
Aún no se sabe cómo se pagarán los vencimientos de julio, pero las opciones son múltiples. Por un lado, el Central está comprando reservas y eso mejora las posibilidades de enfrentar esas obligaciones con fondos propios.
Además, todo indica que habrá nuevas opciones de financiamiento abiertas, incluso la posibilidad de salir al mercado con la colocación de nueva deuda, exclusivamente para pagar vencimientos.
Si bien el riesgo país aún sigue relativamente alto, existe una buena chance que para mediados del año próximo se ubique en niveles de 500 a 600 puntos básicos, lo que permitiría realizar las primeras colocaciones a tasas de un digito en dólares.
En el medio aparece la negociación que se viene con el FMI. A esta altura todo indica que el nuevo acuerdo se cerraría en el primer trimestre del año próximo, ya con el nuevo gobierno norteamericano en funciones.
Sin embargo, por ahora no hay datos ciertos sobre los futuros desembolsos que realizará el organismo. Hoy el escenario más probable es que se le pida un financiamiento para enfrentar los vencimientos de los próximos años con el propio Fondo, pero sin mayores desembolsos adicionales.
El riesgo de pedir un monto de USD 10.000 millones como en su momento sugirieron desde el propio Gobierno tiene una gran contra: las condicionalidades que solicitarían los técnicos del organismo a la Argentina para prestarle dinero fresco, teniendo en cuenta que ya el país debe arriba de los USD 40.000 millones.