La baja del riesgo país despeja obstáculos para conseguir dólares y alienta expectativas por la salida del cepo

Las negociaciones con entidades privadas por fondos para cancelar el próximo vencimiento de enero se facilitan con bonos cuyos precios dejan atrás escenarios de reestructuración, aun cuando no se descarte una oferta de canje de deuda

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Javier Milei en la Bolsa
Javier Milei en la Bolsa de Nueva York (EEUU), semanas atrás (EFE/EPA/JUSTIN LANE)

La baja del riesgo país, que ya se asoma a perforar la barrera psicológica de los 800 puntos básicos, no solo potencia el mejor clima en el mercado para todos los activos argentinos, acercando la posibilidad de volver al mercado de capitales para refinanciar deuda tal como empezaron a hacer ya grandes empresas del sector energético y también financiero, sino que despeja obstáculos para objetivos de corto plazo que, eventualmente, puedan derivar en el levantamiento del cepo cambiario. O, al menos, en la unificación cambiaria, el que se presume el paso clave definitivo antes de la eliminación de los controles de capitales.

Esos objetivos se cifran hoy en la obtención de dólares para fortalecer las reservas, lo que podría asociarse con un eventual canje de la deuda en dólares que despeje los vencimientos de deuda de al menos el próximo año, lo que a u vez contribuiría a una menor presión sobre la demanda de divisas si se avanzara en al menos la flexibilización de los controles de cambio.

En ese sentido, un riesgo país a la baja estimula las expectativas que el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, se encargaron una y otra vez de desalentar.

En cualquier caso, la negociación por el repo para obtener fondos que garanticen a modo de contingencia la disponibilidad de dólares para el próximo vencimiento del 9 de enero se facilita con títulos públicos cuya cotización ya se alejó claramente de la zona de riesgo de default en la que se mantuvieron desde que el exministro Martín Guzmán cerrara la reestructuración hace cuatro años.

Con los bonos soberanos en los precios actuales, incluso deja de tener sentido una operación respaldada por las reservas en oro, tal como se intuyó desde que el Banco Central decidió enviar al menos parte del metal al exterior.

En el nuevo contexto, ese crédito podría incluir más entidades de las que, trascendió, hasta ahora estarían involucradas. Esto porque, a la par de las negociaciones con los bancos privados, se acumularon los anuncios de créditos por parte de organismos multilaterales como el BID y el Banco Mundial por un total de USD 8.800 millones. Más allá de la calendarización de esos desembolsos, lo cierto es que esos compromisos se interpretan como la antesala de una acuerdo con el Fondo Monetario que, tal como dijo Caputo, incluiría fondos frescos.

Luis Caputo en Washington, la
Luis Caputo en Washington, la semana pasada

“El mercado continúa priceando la fuerte mejora en los fundamentals de Argentina, a los que se sumaron anuncios de nuevos préstamos de multilaterales (USD 8.800 millones entre el BID y el Banco Mundial) y el aumento de las chances de refinanciar los próximos vencimientos de capital de los bonos hard dollar aumentan ya se vía un repo de corto plazo cercano a USD 2.700 millones o un canje de deuda con VPN (valor presente neto) positivo”, apuntaron desde la consultora Delphos, donde agregaron que “la convergencia con créditos comparables se ha acelerado notablemente durante octubre, con subas superiores al 10% en dólares en los bonos hard dollar.

Las posibilidades de canjear la deuda que colocó Guzmán en la última reestructuración quedó habilitada el mes pasado cuando el Gobierno flexibilizó las condiciones legales para realizar canjes de deuda en moneda extranjera. El cambio fue oficializado por Decreto de Necesidad y Urgencia 846/2024 permite al Ejecutivo reestructurar deuda en moneda extranjera sin cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Administración Financiera (LAF). Es decir, ya no será necesario que consiga dos de tres posibles mejoras en términos de plazo, intereses o quita de capital para llevar adelante un eventual canje de deuda. La norma es, en rigor, una extensión del decreto que durante la propia gestión anterior se emitió y es aplicable, en ese caso, a la deuda en pesos.

La medida resultaba imprescindible ya que, dado el bajo cupón que pagan actualmente los títulos en dólares, resulta casi imposible obtener una mejora en ese frente y que, al mismo tiempo, la oferta resulte atractiva para los inversores. De ahí que, en función de estirar el plazo, el Gobierno deberá ofrecer instrumentos más rentables.

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