Pagos QR en los subtes: negocian un esquema en medio de las tensiones con Mercado Pago

Bancos y fintech siguen quejándose sobre el doble rol de la empresa, que promete no poner trabas a sus competidores. El Gobierno busca fijar un estándar tecnológico para frenar la polémica y que el sistema avance

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La polémica por la apertura del sistema SUBE en los subtes porteños, primera etapa para su aplicación en todos los medios de transporte del país, sigue acumulando entredichos. El 1° de diciembre, según el gobierno de Jorge Macri, habrá 600 máquinas validadores instaladas para recibir pagos con tarjeta de crédito, de débito, celulares con NFC y QR interoperable. En este último punto está la controversia ya que Emova, la concesionaria del subte, otorgó la concesión de la adquirencia a Mercado Pago, la empresa de Marcos Galperín que además, por supuesto, es dueña de la billetera virtual líder. Ese doble rol despertó quejas y suspicacias: el Mercado Pago adquirente debe “abrir” su sistema para los competidores de Mercado Pago billetera. Y eso hasta ahora está lejos de ocurrir.

La pelea por el negocio de 240 millones de boletos de subte anuales (y por imponer un hábito de pago en millones de porteños y bonaerenses) tiene un costado tecnológico clave: el “QR comprador” (diferente del QR que puede verse en los comercios) no tiene una norma definida, un estándar que todos deban respetar.

Fuentes oficiales señalaron que avanza una mesa de trabajo guiada por el Gobierno, con la participación de la Secretaría de Transporte de la Nación, el Banco Central y todos los representantes del sector privado. Allí se desarrollará un estándar tecnológico que, se espera, deje conformes a todas las partes y evapore las sospechas de que el doble rol de Mercado Pago le dará ventajas sobre sus competidores. El resultado de esa negociación se volcará en una resolución de CIMPRA, la comisión en el ámbito del BCRA con participación privada que fija recomendaciones para el sistema de medios de pago. No se espera una norma del Banco Central al respecto.

En paralelo, fuentes de Mercado Pago aseguraron que la empresa convocó para hoy a una mesa técnica con las billeteras virtuales que nos contactaron para comenzar, en conjunto, a definir el estándar técnico y poder avanzar en la interoperabilidad del QR para el pago de transporte”. Según Mercado Pago, el estándar no se definirá en el ámbito del BCRA sino que lo hará la propia empresa “en conjunto” con sus competidores. A la vez, rechazan las acusaciones. “Es falso que Mercado Pago pone trabas y no quiere compartir la documentación técnica hacia otras billeteras virtuales”, afirman.

Un negocio de tiempos

Todos los actores aseguran que el sistema será interoperable y abierto a todas las billeteras. Pero nadie puede explicar cómo ni, lo más importante, cuándo. Las competidoras de Mercado Pago explican que el tiempo es vital: con que Mercado Pago sea la única billetera para pagar el subte con QR durante algunas semanas será suficiente para sacarle una ventaja a los demás difícil de descontar. Por eso descreen que el nuevo QR recién va a empezar a ser desarrollado a partir de ahora. “Si ya lo tienen definido, nos dan la información sobre la hora y ellos arrancan el 1° de diciembre, perdemos. Vamos a pasar del close loop de SUBE al close loop de Mercado Pago”, se lamentan en una de esas compañías haciendo referencia al sistema cerrado que justamente se quiere abandonar.

El malestar es creciente en bancos y fintech. En voz baja, algunos preparan distintas presentaciones para quejarse en diferentes autoridades. Un grupo de entidades trabaja en ese sentido. El escenario es complejo: por definición, el BCRA es el organismo regulador de todos los involucrados. Pero la decisión de elegir a una empresa con doble función, ya que Mercado Pago es adquirente y también billetera, estuvo en manos de Emova, la concesionaria del subte cuyo regulador es Subterráneos de Buenos Aires (Sbase).

El mecanismo de contratación de Mercado Pago como adquirente para los pagos QR también abrió suspicacias. La fintech aseguró: “Participaron del proceso de selección varias empresas de procesamiento y fue seleccionado Mercado Pago porque cumple con requisitos técnico-comerciales necesarios para ofrecer la solución de QR Comprador que se encuadran dentro de los criterios establecidos por Emova”.

Una calificada fuente con conocimiento del tema aseguró a Infobae que la empresa de Marcos Galperín fue la única oferente para la adquirencia QR y que por eso hubo tanta discreción en todo ese proceso de selección, que no fue una licitación.

En la misma línea que la secretaría de Transporte de la Nación, en Sbase siempre dijeron que habría interoperabilidad y que ningún medio de pago quedaría afuera. Y toda la contratación de los prestadores quedó en manos de Emova. Mientras Mercado Pago discute con todos los demás, en Sbase miran el calendario: hay una promesa pública, una decisión política, de abrir el sistema SUBE a partir del 1° de diciembre. Ante este conflicto, el escenario de que en esa fecha se empiece a pagar con tarjetas y celulares pero no con QR no está descartado. A la vez, esperan una definición por parte del Banco Central para establecer un estándar de QR y que la cuestión avance.

A la vez, también tiene injerencia en el tema Nación Servicios, la empresa del Banco Nación que tiene a su cargo el sistema SUBE existente que convivirá con tarjetas y billeteras. El decreto del Poder Ejecutivo le dio además a Nación Servicios el procesamiento de todo el sistema multipago para el transporte. En algún momento, deberá hacer para colectivos y trenes contrataciones similares a las que Emova hizo para el subte. ¿Nación Servicios también se inclinará por Mercado Pago como adquirente para los pagos QR?

A esa pregunta se sumará otra más inquietante: ¿Nación Servicios utilizará para colectivos y trenes el mismo estándar del QR comprador que se termine usando en los subtes? Sería engorroso que hubiese un sistema para los subtes y otro diferente para el resto del transporte, lo que despertaría aún más conflictos dentro del sistema financiero. De allí la urgencia del Banco Central por fijar una tecnología determinada para los demás actores. Y de Mercado Pago por hacer lo mismo.

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