El dato de actividad económica de agosto que difundió ayer el Indec estimuló la perspectiva positiva que se instaló en el mercado financiero desde que el Banco Central dejó de perder reservas en el mercado cambiario hace dos meses.
La profundidad de la recesión y la dificultad para salir de ella, con los altibajos que mostraron los diferentes indicadores a partir de abril –cuando se frenó la caída– dejaban abierto un interrogante que pareció cerrarse con la leve suba de 0,2% en agosto respecto de julio. Esa suba es claramente leve, sin embargo, se situó por encima de los malos pronósticos para ese mes del consenso de economistas. Basados en datos primarios como la evolución de la producción automotriz o los despachos de cemento, la proyección era negativa tras el marcado repunte de julio.
Pero la estadística, si bien no capturó una gran mejora, despejó los temores de retroceso, lo que alimentó el buen humor de los mercados. De hecho, al menos dos grandes bancos de Wall Street, destacaron que el dato superó sus expectativas y anticiparon mejoras de sus perspectivas para los últimos meses del año.
Goldman Sachs destacó que la economía argentina anotó nuevamente un dato de crecimiento mejor al esperado en agosto, por lo cual si bien consideró que la economía “rebota lentamente”, advirtió que también depara sorpresas positivas en varios sectores. Para el último trimestre del año, proyecta un crecimiento de 4,1%, lo que marcaría el camino definitivo hacia la reactivación.
Una mirada similar aportó JP Morgan, tal vez el banco de inversión más influyente de Wall Street, que corrigió su estimación de crecimiento. Afirmó en su reporte diario para clientes que “la actividad de agosto superó nuestras expectativas”, aun cuando remarcó que sus analistas venían anticipando una recuperación en el tercer trimestre, luego del “dramático” desplome de la economía durante el primer semestre. “Los datos ahora se alinean con nuestros parámetros, de hecho, nos sorprende de una manera positiva”, compartió el banco al tiempo que anunció una revisión al alza del crecimiento secuencial del tercer trimestre de 4% a 6%, tras el dato publicado ayer por el Indec.
Es que el propio organismo estadístico corrigió, junto con la publicación del último dato, el nivel de crecimiento que se había registrado en julio, con lo que el bimestre julio-agosto acumuló un crecimiento de 2,5% respecto siempre a los meses anteriores. En la medición interanual, está descontado por propios y ajenos, este año cerrará con una caída en torno al 3,5% mientras que toda la atención está puesta en la recuperación en 2025. Igual que el Gobierno, el FMI ratificó una proyección de crecimiento de 5% para el próximo año, lo que permitiría recuperar el terreno perdido desde fines del año pasado.
La visión de los bancos de inversión y otros analistas que prevén una consolidación de la reactivación en el trimestre en curso coincide con las expectativas del propio equipo económico.
El director del Banco de Desarrollo (BICE) y asesor del ministro de Economía, Martín Vauthier, consideró que la dinámica de repunte mensual evidencia que “la tendencia-ciclo continúa acercándose cada vez más a dar por terminado el ciclo recesivo que comenzó en julio de 2022 e hizo piso en diciembre de 2023″.
Y agregó que “para analizar la dinámica actual, es útil mirar en conjunto la tendencia y la variación mensual. La comparación interanual tiene un alto peso de la historia y por ende no refleja lo que ocurre en el margen. Por ejemplo, incluye la caída de 2,7% en la serie s.e. entre agosto y noviembre de 2023″, interpretó. Según su perspectiva, el nivel de actividad del año pasado estaba distorsionado por el contexto imperante y se encontraba “inflado” con medidas fiscales transitorias financiadas con emisión monetaria, precios relativos muy distorsionados y caída en la demanda de dinero (incentivo al stockeo).