A pesar del ajuste, avanzan las proyecciones de un repunte de la economía para 2025 impulsado por la inflación en baja

El Fondo se sumó a la proyección del propio equipo económico. El año que viene ayudará mucho el arrastre estadístico y la gran pregunta es si será el primer escalón para volver a un crecimiento sostenido después de casi 15 años de estancamiento

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Trabajador en una industria manufacturera en Buenos Aires, Argentina. Foto de archivo Nov 1, 2018.  REUTERS/Marcos Brindicci
Trabajador en una industria manufacturera en Buenos Aires, Argentina. Foto de archivo Nov 1, 2018. REUTERS/Marcos Brindicci

El FMI convalidó la proyección de crecimiento de la economía argentina para 2025, al coincidir en que el PBI podría rebotar un 5% tras una caída que este año llegaría a 3,5%. El equipo económico elevó al Congreso un proyecto de Presupuesto con exactamente la misma estimación.

Aunque el organismo no dio mayores detalles alrededor de este cálculo, la perspectiva que tienen sus técnicos es que la baja de la inflación generará una mejora de los salarios reales. Las series del INDEC ya muestran que esto comenzó a suceder con los ingresos del sector privado, pero todavía están rezagados los ingresos informales y del sector público.

Los últimos datos de actividad muestran, sin embargo, que a la economía le sigue costando repuntar. Si bien el piso se habría tocado entre abril y mayo, el repunte es más bien heterogéneo. El campo y la energía aparecen como los grandes ganadores. Luego aparece también la actividad inmobiliario, con fuerte repunte de ventas luego de varios años de estancamiento.

Las ventas minoristas, sin embargo, dejaron de caer pero les cuesta mucho más recuperar. La mejora del consumo será clave para que ese repunte del 5% se transforme en realidad.

El rebote esperado del año próximo -en caso de producirse- dejaría atrás la caída de este año. La incertidumbre también se proyecta hacia adelante: ¿se trata simplemente de un rebote después de una caída fuerte o en realidad es el primer paso para un mayor despegue? En este segundo caso, implicaría retomar un camino de crecimiento genuino después de muchos años de sube y baja de la actividad.

Una parte del rebote de 2025 está casi asegurado hasta por un tema estadístico, relacionado con un bajo nivel de comparación sobre todo con el primer cuatrimestre de este año. La mejora de los salarios en términos reales y la reaparición del crédito ayudarán al repunte, pero no garantizarán el crecimiento sostenido

En general los segundos años fueron los mejores de todos los gobiernos. En el caso de Alberto Fernández el 2021 mostró un repunte de 10% que dejó atrás la caída récord generada por la pandemia. También le sucedió lo mismo a Mauricio Macri: en 2017 la economía creció casi 4%, luego de un flojo arranque del primer año afectado por un fuerte repunte de la inflación.

Incluso a Cristina Kirchner en su segundo mandato le pasó algo similar. El 2012 la economía se contrajo por la introducción del cepo cambiario y se prolongó en 2013, pero luego vino un repunte en 2014 a partir de la devaluación que le dio algo de aire a la economía a partir de una mejora de la competitividad.

El ex director del hemisferio occidental del FMI, Claudio Loser, consideró que la posibilidad de alcanzar un crecimiento sostenible “va a depender de la posibilidad de hacer reformas estructurales. De lo contrario va a ser difícil sostener la mejora, tal como viene sucediendo en los últimos años”.

Estos repuntes se benefician de la comparación contra la caída del año anterior. Esto va a ser especialmente palpable en los primeros tres o cuatro meses del 2025, que van a comparar con una base de actividad general y de consumo en particular extremadamente baja. De hecho, el primer cuatrimestre de este año fue el que más sintió el impacto de la devaluación y el fuerte pico inflacionario.

En su informe publicado ayer, el FMI estimó un crecimiento del PBI del 5% para el año próximo
En su informe publicado ayer, el FMI estimó un crecimiento del PBI del 5% para el año próximo

La inflación de octubre consolidaría su caída después del 3,5% de septiembre. Según el relevamiento de EcoGo, luego de medir una variación de 0,4% en alimentos para la tercera semana, proyecta un nivel de inflación para este mes de 3%, manteniendo el pronóstico de la semana anterior.

Esta desaceleración inflacionaria le da más sustento a la expectativa de un repunte, a pesar de que la economía está atravesando por un fuerte proceso de ajuste. Y el propio Presidente, Javier Milei, aseguró que ese ajuste continuará también en el año electoral.

El repunte del crédito también permitirá mejorar la capacidad de compra, especialmente de los sectores formales. El problema es que representa una proporción menor en relación al PBI por lo que el impacto es acotado. En octubre se mantiene la tendencia con un crecimiento de dos dígitos en lo que es financiamiento al sector privado.

Queda como tema de discusión, que seguramente atravesará las próximas negociaciones con el FMI, si es posible alcanzar el crecimiento sostenido con cepo cambiario o si habrá que liberar las restricciones para lograrlo. El organismo ya se manifestó varias veces a favor de un tipo de cambio único, libre y flotante para evitar situaciones de atraso cambiario.

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