Por qué la explosión monetaria que anunció Cristina Kirchner está cada vez más lejos de ocurrir

El stock de LEFI, es decir pasivos en pesos emitidos por el Tesoro en poder de los bancos, cayó casi 20% en solo un mes. Las entidades precisan los pesos para prestarle al sector privado y así va desapareciendo lo que antes generaba el déficit cuasifiscal

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El Presidente Javier Milei y la ex Presidenta Cristina Kirchner
El Presidente Javier Milei y la ex Presidenta Cristina Kirchner

Las advertencias por el crecimiento de una suerte de bomba monetaria están a la orden del día. Quienes prenden luces rojas, entre ellas la ex presidenta Cristina Kirchner, consideran que la desaparición del déficit cuasifiscal es puro maquillaje. En realidad, esos intereses que antes pagaba el Central ahora recayeron en el Tesoro en la forma de Lecap.

El ex viceministro de Economía, Carlos Rodríguez, lo expresó en estos términos el fin de semana: “Ahora pasaron la deuda remunerada del BCRA al Tesoro y se llama LECAPS. Las LECAPS se sirven con más LECAPS, pero eso no figura en el déficit financiero del Tesoro ni en el cuasifical. Solamente aumenta la deuda pública”.

Y luego agregó que “como por arte de magia, desapareció el déficit cuasifiscal y Milei instantáneamente redujo el déficit del Estado en varios puntos del PBI. Eso es simplemente una chantada. El déficit sigue. No engañan a nadie, solamente pierden credibilidad”.

En esa línea se expresó la ex Presidenta, casi utilizando los mismos argumentos al responder duramente hoy al Presidente Javier Milei. “Dijiste que ibas a cerrar el Banco Central y terminaste pasando sus pasivos al Estado argentino con las LEFI y las LECAPS, que están generando intereses mensuales por más de dos billones de pesos y armando una bola que, cuando explote, mejor no estar cerca”.

"Antes de cerrar el Banco Central, hay que sanearlo", dijo Milei. REUTERS/Agustin Marcarian/
"Antes de cerrar el Banco Central, hay que sanearlo", dijo Milei. REUTERS/Agustin Marcarian/

En su posteo por la red social X, Cristina Kirchner indica que esa deuda pasa al “Estado argentino”, como si el Central fuese un ente separado del mismo. Es decir, se le estaría generando deuda al Estado como si los millonarios pasivos generados por el BCRA durante la gestión de Alberto Fernández no le correspondieran al sector público.

Horas después, llegó la respuesta de Milei, también en X. Le dijo a la ex presidenta que, antes de cerrar el BCRA, “para que no derive en una hiper hay que sanearlo, tal que se recomponga el patrimonio y así poder rescatar los pasivos. En ese sentido le cuento, las LEFI y las LECAPS son deuda que siempre debería haber estado en cabeza del tesoro (ya que Usted financiaba el déficit con emisión y el BCRA colocaba títulos para tratar de mitigar el impacto inflacionario de corto)”.

Crédito, demanda de dinero y tasas

Más allá de estas cuestiones, el equipo económico con Luis Caputo a la cabeza considera que lejos de ser un problema, el peso de los pasivos remunerados para el Estado argentino se encuentra en vías de solución.

En realidad, en los últimos meses los bancos empezaron a rescatar estos títulos para hacerse de liquidez y ganar capacidad prestable al sector privado. Según estimaciones del economista Fernando Marull, el peso de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) en poder del Central cayeron de $ 13,9 billones de pesos a $ 11,2 billones, una disminución de más de 19% en apenas 30 días.

De esta forma, se va poniendo en marcha una suerte de círculo virtuoso fogoneado por la demanda de crédito. En octubre el aumento del stock de préstamos al sector privado también sigue creciendo a tasas de dos dígitos, es decir muy por encima de la inflación.

Se trata de un incremento de la demanda de dinero por parte del público y de las empresas que tiene un doble efecto positivo. Por un lado, ayuda a dinamizar la actividad económica, pero por otra parte reduce el peso de la deuda que se colocó para absorber los pesos excedentes, que generan millonarios pagos de intereses.

Al mismo tiempo, la reducción de la inflación hizo retroceder las tasas al 40% nominal anual, que ahora se ubican en niveles levemente positivos en términos reales. Pero al revés de lo sucedido en el Gobierno anterior, se produjo una importante licuación de esa deuda en pesos colocada por el Central que ahora pasó a estar en cabeza del Tesoro.

Incluso en las últimas licitaciones de Lecap que realizó el Gobierno hubo demanda que apenas llegó a refinanciar los vencimientos. Y en algunos casos hasta se ubicó levemente por abajo. Esto implica que ante la menor demanda de crédito por parte del Estado (debido a que hay superávit fiscal), ahora esos fondos terminan financiando al sector privado.

Por eso, el Gobierno espera que a medida que baje la inflación y la tasa de interés, el otorgamiento de crédito crezca más rápido y ese stock de LEFI y Lecap (que antes eran Lebac y Leliq) se siga diluyendo.

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