Aunque hay sectores en los que se registra un leve repunte, el consumo no termina de despegar ante la fuerte pérdida del poder adquisitivo. En las actividades que ya muestran variaciones positivas, como el mercado automotriz, la expansión del crédito tuvo mucho que ver y podría continuar incidiendo durante la última parte del año, época en la que habitualmente aumenta el nivel de ventas. Sin embargo, los analistas no esperan un boom en la demanda de otros rubros.
En primer lugar, hay que destacar que el consumo masivo cayó 22,3% interanual en septiembre, según Scentia, y las ventas de las pymes, 5,2%. A su vez, las ventas por el Día de la Madre disminuyeron levemente por tercer año consecutivo.
Ahora bien, de acuerdo a GMA Capital, la base monetaria se expandió casi un 50% en términos reales desde abril. Esto se debe a que, a pesar del cierre de “las canillas de emisión” por parte del sector público, los bancos comerciales empezaron a volcarse hacia la intermediación financiera, remonetizando la economía. “El desarme de posiciones en LeFi y la concesión de préstamos se encuentran detrás del incremento reciente”, afirman desde la consultora y agregan: “Esta expansión del crédito busca estimular la demanda agregada y la posibilidad de una recuperación temprana”.
El Informe Monetario Mensual del BCRA de septiembre detalló: “Los préstamos en pesos al sector privado registraron un aumento cercano a $4 billones, consistente con un crecimiento mensual de 7,7% a precios constantes y sin estacionalidad. Así, acumulan 6 meses consecutivos de incremento y se encuentran en términos reales casi 60% por encima del mínimo desde el inicio del año”.
“El crecimiento de los préstamos se extendió a todas las líneas, al igual que en los meses previos. Para encontrar un período con estas características hay que remontarse a fin de 2017. En particular, en septiembre se destacó el desempeño de los créditos personales e hipotecarios que crecieron a tasas mensuales de dos dígitos. En términos del PBI, el crédito al sector privado alcanzó a 5,9%, acumulando un aumento de 1,5 puntos porcentuales en los últimos 5 meses”, añadió.
En este marco, Guillermo Barbero, socio en FIRST Corporate Finance Advisors, aseguró que “todavía tenemos mucho camino por recorrer en cuanto a crecimiento de las carteras de préstamos personales y tarjetas de crédito, porque se habían achicado mucho durante la última mitad de 2023 y los primeros meses de este año”.
“Ahora, como tenemos por delante un panorama de cierta estabilidad, los plazos en los que se otorgan financiamientos son más largos”, sostuvo y precisó que con cuotas a 12 meses hay más capacidad de pago ya que no se ve afectado el salario en más de un 20% o 30% del total.
Fuentes del Banco ICBC aseguraron: “Notamos que los clientes siguen utilizando mucho las cuotas sin interés cuando compran con tarjeta de crédito. En este momento es un gran atractivo. El contexto futuro de tasas será definitorio para poder definir nuevos incentivos”.
Por el lado de préstamos personales, contaron que vienen creciendo en octubre respecto al mes anterior y esperan que esta tendencia se mantenga para lo que resta del año. Estos, en su mayoría, son utilizados para la compra de autos y reformas de hogar.
Desde el Banco Ciudad, Maximiliano Coll, subgerente general de banca de personas, afirmó: “Hay mucha demanda de préstamos personales en general, me sorprende que desde mayo crecieron sostenidamente muy por encima de la inflación. A partir de la baja de tasas se hizo más atractivo y se pudieron extender los plazos. La gente pide préstamos para la compra de autos, viajes, arreglos en el hogar, un poco de todo”.
Otra entidad señaló: “Hay una muy buena evolución en el consumo con tarjetas de crédito. Los últimos meses fueron de los mejores del último año. Por el lado de la oferta, estamos estirando los plazos de cuotas en las acciones promocionales, buscando así apuntalar el consumo, con lo que esperamos una buena respuesta”.
En tanto, se destacó que “el crédito privado en moneda local tuvo un incremento de 17% en julio. Estos son valores por encima de la inflación, que se ubicó en 3,5% mensual, alcanzando una velocidad acumulada real de la mejora en el crédito superior al 30% desde finales de abril”.
Por otra parte, fuentes del Banco Provincia precisaron que en lo que va del segundo semestre, los préstamos personales saltaron más de 60% y el financiamiento con tarjetas creció poco más de 10%.
“Considerando que la inflación habría rondado el 15% en igual período (3,5% promedio mensual), esto marca un crecimiento del 40% real en los créditos personales y una caída del 3% en el financiamiento con tarjetas. Así, mientras que el primero ya está casi 50% por encima de los niveles de octubre del año pasado, el segundo se encuentra 17% por debajo. En conjunto, ambos treparon 28% entre julio y mediados de octubre (+11,3% en términos reales) y ya están 11,8% por encima de los niveles pre-devaluación”, subrayaron.
Y explicaron que esta dinámica responde a dos grandes factores: “Por un lado, a los destinos de los créditos: mientras que los préstamos personales suelen usarse para refacciones de viviendas o inversiones chicas (una ampliación de una casa para darle uso laboral, por caso), el financiamiento con tarjetas se asocia más al consumo en cuotas, moderado en las últimas semanas producto de la baja de la inflación esperada. Por el otro, a que las tasas de interés de las tarjetas suelen ser mayores que la de los préstamos personales, inclinando a las familias a este tipo de financiamiento”.
“Mientras la estabilización nominal se mantenga, la dinámica no debería alterarse. Dicho de otro modo, si no hay expectativas de aceleración inflacionaria, el crédito personal debería seguir sustituyendo al consumo con tarjeta. El avance en términos reales se debe a dos factores también, uno negativo y otro positivo: la caída del poder adquisitivo y cierta recuperación esperada. La contracción de los ingresos explica la mayor demanda de préstamos personales debido a que se busca estabilizar el nivel de consumo. La recuperación esperada los ‘convalida’, ya que habrá con qué repagar el crédito. Por lo tanto, el crédito a las familias debería seguir creciendo en lo que resta del año, aunque a ritmos menores que en el buen arranque del segundo semestre”, dijeron desde la entidad bonaerense.
En este contexto, Barbero consideró: “Vamos a seguir teniendo expansión del crédito a las personas en los próximos meses. Para que esto sea duradero, dependemos también de que haya un poco de recuperación de capacidad de pago, que en algunos casos está bastante restringida porque no hubo grandes aumentos de sueldo y la mayor parte de los incrementos se lo llevaron las tarifas y los impuestos”.
Entonces, si bien el último trimestre es el período que más vale en cuanto a consumo, por las fiestas y el Día de la Madre, dijo el especialista, “todavía no están dadas las bases como para que ese crecimiento sea verdadero y duradero. No vamos a tener un boom de consumo, porque no hay una situación que así lo permita. El consumo se va a empezar a dar en la medida que haya inversiones y se generen nuevos puestos de trabajo. La expansión del crédito se va a reflejar en el consumo en el mediano o largo plazo”.
Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Equilibra, señaló que no ve un repunte fuerte del consumo en el corto plazo a partir de la expansión del crédito pero va a ayudar a que empiece a recomponerse. “Con mejora del salario real y el crédito deberíamos ver una mejora en el cuarto trimestre. De hecho, algunos rubros (sobretodo bienes durables) comenzaron a repuntar en los últimos tres meses”.
Sobre esto último, el economista Gabriel Caamaño sostuvo que el consumo está cambiando su composición y orientándose hacia bienes durables y semidurables, lo cual estuvo reprimido durante los últimos años.