Con “números ajustados” y sin baja de retenciones, la agroindustria igual apuesta fuerte por la gestión de Milei

Mar del Plata.- Con el mismo optimismo que se percibe en muchos sectores empresarios ante los avances en materia macroeconómica, y a pesar de que la baja de retenciones es todavía una promesa, el sector agroindustrial mostró un discurso unificado en defensa de la gestión de Javier Milei y se mostró confiado en que se están encarando las reformas necesarias para que el país se recupere y pueda crecer de forma sostenida.

Reunidos en un desayuno para dialogar sobre la realidad del sector, su potencial y los desafíos pendientes, varios CEO de empresas de la cadena agroindustrial coincidieron en que la prioridad hoy es terminar de consolidar las cuentas fiscales antes de incurrir en una reducción impositiva.

En la misma línea se plantaron cuando se les preguntó sobre el cepo y las distorsiones que genera, para el sector, la falta de unificación cambiaria. También hablaron de la situación actual, de los bajos precios y de las contingencias climáticas, que dejan los números del sector “muy apretados” y que obligan a buscar cada vez mayor eficiencia.

Participaron de este encuentro Mariano Bosch, cofundador y CEO de Adecoagro; Juan Farinati, presidente y CEO de Bayer; Hernan Busch - líder de la División Agro del Banco Galicia; Juan Lariguet, presidente Corteva; Federico Lufft, vicepresidente de Milicic; Manuel Santos Uribelarrea, fundador y CEO de MSU Agro; Ignacio Lartirigoyen, fundador de Lartirigoyen; Luis Colmegna, gerente general de Lartirigoyen; Javier Goñi, gerente general de Ledesma; Marcos Sabelli, Ceo de Profertil; Ricardo Yapur, presidente de Rizobacter; Marcos Bradley, director regional de Syngenta; y Gustavo Armendáriz, director de Tempra.

“La agroindustria viene hace muchísimo tiempo haciendo crecer el país y tiene muchísimo por crecer, es un sector que claramente puede potenciar el ingreso de divisas de la mano del agregado de valor y a eso estamos apostando cada uno de los integrantes o los eslabones que son parte del sector”, aseguró Farinati.

A su vez, Bradley afirmó que el país se encuentra ante la posibilidad de que haya una transición para que el sector agroindustrial pase de ser productor de alimentos a ser productor de energía, biomateriales, fibras; incluso hay servicios ambientales que podríamos dar.

“El sector hoy es un gran contribuyente a la economía de la Argentina, el 20% del PBI y el 60% de las exportaciones, pero si miran las divisas netas que ingresan al país, la cadena aporta el 83%”, afirmó el ejecutivo de Syngenta.

Sabelli se sumó y dijo: “Llegamos a ser, el año pasado, 8.000 millones de personas en el mundo y dicen que en el 2050 vamos a ser 10.000 millones de personas, es un 25% más de personas, que implica 50% más de comida. Pero la superficie cultivable no se debería aumentar, porque si no, vamos a ir contra la biodiversidad, por lo que hay que ir por más innovación”.

Luego de una breve introducción de estos tres empresarios, la principal inquietud periodística giró en torno a las retenciones y cómo ven en el sector el hecho de que persistan, cuando el presidente Javier Milei dijo que las eliminaría en reiteradas oportunidades.

“Claramente, somos conscientes que pedirlo hoy es bastante difícil, pero gradualmente nosotros aspiramos a que no haya más retenciones. Como sector, sentimos que se ha postergado mucho el desarrollo, o ha crecido menos el sector, por la gran extracción de dinero que se lleva el Estado en las retenciones”, afirmó Lartirigoyen.

Al respecto, el CEO de Bayer se refirió a la alta presión impositiva que tiene el sector y planteó que “cuanta menos presión impositiva haya, más valor habrá para poder volcarlo en tecnología e inversión en infraestructura”, pero se mostró comprensivo de los tiempos del Gobierno, ya que “en los últimos meses se han realizado avances en materia de reducción del déficit fiscal y el ordenamiento de las variables macroeconómicas en general”.

“El equilibrio fiscal es la condición básica para empezar. Es un camino necesario porque es lo que va a permitir después empezar a trabajar el tema de los impuestos”, opinó Goñi, al tiempo que agregó que no sabe en qué fecha el Gobierno eliminará las retenciones -durante su discurso de cierre, Milei volvió a prometer su eliminación-, “pero en la medida en que el Gobierno vaya teniendo resultados, la expectativa es que se vayan resolviendo cada uno de los problemas”.

El tipo de cambio es otro de los factores que preocupa al sector agroindustrial, como a tantos otros. Pero como se trata de una cadena que genera muchas divisas, las decisiones que adopten los productores y exportadores de granos y subproductos respecto de lo que suceda con el dólar no son menores para el Gobierno.

De todos modos, saben los empresarios que por ahora no hay chances de que el equipo económico libere el cepo y unifique el mercado cambiario y reconocen que el escenario era peor cuando la brecha era más alta.

Según precisó Farinati, “la mejora de competitividad de la Argentina tiene que estar vinculada no exclusivamente a la situación cambiaria, sino a la baja de impuestos, a la mejora de infraestructura y a una mayor productividad por eficiencia”. “Entonces -resaltó-, el camino para lograr eso es bajar el déficit fiscal y la inflación”, manifestó.

“Ese es un tema para nosotros en nuestras empresas. Se acabó la joda financiera; ahora enfoquémonos en generar mayor eficiencia y productividad”, opinó Bosch. Y el ejecutivo de Bayer sumó: “El agro es un sector muy competitivo, que no es que va a ser rentable o no por el tipo de cambio”.

Claro que está distorsionado, impacta en el negocio, dijeron los empresarios, pero también reconocieron la baja de aranceles y del impuesto PAIS, que beneficia la importación de insumos.

Goñi se refirió a la importancia de trabajar en la articulación público-privada para resolver los temas que le quitan competitividad al sector, por ejemplo, en cuestiones que tienen que ver con los costos logísticos, dijo.

Respecto de si podría haber problemas con la liquidación de divisas a raíz de que los productores no vendan, frente a la continuidad del cepo, Lartirigoyen consignó: “El productor toma decisiones mucho más rápido que lo que parece. El productor está esperando que los precios bajen, que se saquen impuestos, que se achique el tipo de cambio. Claramente va a invertir y va a hacer todo lo que tiene pensado hacer, pero está manejando los tiempos”.

Los referentes de la cadena agroindustrial reconocieron, pese al optimismo y a la confianza en la actual gestión, que los números del sector están ajustados. “Hay que afinar el lápiz; por eso es que los insumos que se compran son los que hacen falta y le buscamos la vuelta para ver cómo se hace de manera más eficiente, porque el precio de los commodities bajaron”, remarcó el CEO de Adecoagro.

También mencionó el factor climático como una variable muy importante a la hora de evaluar el rendimiento del negocio.

“El clima es algo central en los que estamos en la producción, que afecta a todo el resto de la cadena también, entonces el hecho de que haya llovido la semana pasada fue un alivio, ya que es cuando arranca la campaña de siembra”, explicó Bosch.