La inteligencia artificial ya forma parte de nuestras vidas más de lo que pensamos y está transformando la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Desde diagnósticos médicos más precisos hasta ciudades más inteligentes y sostenibles, las aplicaciones y beneficios de esta tecnología son infinitas. Sin embargo, esta revolución tecnológica plantea desafíos que requieren nuestra atención. ¿Cómo podemos garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan equitativamente? ¿Cómo asegurar que su desarrollo sea responsable y sostenible?
Argentina cuenta con un capital humano invaluable. Tenemos una comunidad científica y tecnológica pujante, y una cultura de emprendedurismo en crecimiento que nos posiciona como un país con grandes oportunidades en el ámbito de la IA. Sin embargo, solo podremos aprovechar este potencial invirtiendo en educación de calidad, fomentando la investigación y el desarrollo, y construyendo puentes sólidos entre el sector académico, las empresas y la sociedad civil.
El conocimiento como motor de cambio social y económico. Pensemos por un momento cómo Internet y los dispositivos móviles expandieron las oportunidades para las personas en todo el mundo. Hoy la IA representa una oportunidad única para nuestras comunidades. Nunca en la historia una tecnología tan avanzada estuvo tan al alcance de nuestras manos. La IA puede impulsar el desarrollo tecnológico de nuestro país y una participación igualitaria en la sociedad digital del futuro. Sin dudas, la educación en habilidades digitales es fundamental: en nuestro país, el 63% de la población posee competencias digitales básicas, por debajo de la media de América Latina y el Caribe.
Esto plantea la oportunidad (y el desafío) de ser más inclusivos y garantizar que la brecha digital no se convierta en una brecha de IA. Por eso hoy, a través de nuestro brazo filantrópico Google.org, anunciamos la donación en la Argentina de 1 millón de dólares distribuidos equitativamente a dos organizaciones de la sociedad civil para generar un impacto en diferentes sectores de nuestra comunidad. Por un lado, otorgaremos fondos a Chicos.net para llegar con esta tecnología a la escuela primaria y secundaria. Los educadores, como guías y mentores, tienen un papel fundamental en este proceso. Al capacitarlos y brindarles los recursos necesarios, estaremos empoderando a las futuras generaciones para que comprendan esta tecnología, la utilicen responsablemente y puedan desarrollar habilidades para los trabajos del futuro.
Invertir en formación no tiene edad ni género. Por eso, el resto de los fondos los destinaremos a Eidos, para capacitar a mujeres y a adultos mayores, quienes pueden beneficiarse con esta tecnología y así ganar autonomía, evitar el aislamiento y estimular su creatividad y capacidad cognitiva.
Un futuro más verde. Desde la predicción de patrones climáticos hasta la optimización de la eficiencia energética, la IA también puede ayudarnos a mitigar los efectos del cambio climático. Una problemática actual son las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan en las grandes ciudades: para ponerlo en perspectiva, la contaminación en intersecciones urbanas puede ser 29 veces mayor que en las rutas abiertas. Tal es así, que aproximadamente la mitad de las emisiones en las intersecciones provienen de la detención y arranque del tránsito.
En respuesta a esta problemática surgió Project Green Light una iniciativa que utiliza IA y tendencias de Google Maps para modelar patrones de tráfico y realizar recomendaciones para optimizar los planes de semáforos existentes. Las cifras iniciales predicen una reducción potencial de hasta el 30% de las paradas de tráfico y del 10% en las emisiones de CO2. Además, puede contribuir al ahorro de combustible y la reducción de las emisiones en hasta 30 millones de viajes en automóvil por mes.
Este proyecto ya está activo en más de 70 intersecciones en 14 ciudades del mundo, y Buenos Aires es una de las ciudades elegidas para formar parte de estas pruebas piloto. Esto permitirá a las autoridades locales predecir patrones futuros y monitorear los cambios en tiempo real y sin ningún tipo de costo, ayudando a tomar medidas preventivas, mejorar la circulación de los vehículos y adaptarse a los desafíos climáticos.
La inteligencia artificial nos plantea preguntas profundas sobre nuestro lugar en el mundo y el tipo de sociedad que queremos construir. Cada uno de nosotros, con nuestras acciones y decisiones, puede moldear el rumbo de esta tecnología. Tenemos la oportunidad única de convertir la IA en una poderosa herramienta al servicio de nuestro bienestar. No la dejemos pasar.