Con buena oferta de dólares, la suba de los bonos llevó al riesgo país a su nivel más bajo de los últimos 5 años

Los bancos extranjeros quitaron chances a que se reestructure la deuda en 2025. Un informe de un banco suizo aumentó el optimismo

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El ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, responde preguntas durane una conferencia de prensa en la Casa Rosada en Buenos Aires, Argentina. 26 ene, 2024. REUTERS/Tomas Cuesta
El ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, responde preguntas durane una conferencia de prensa en la Casa Rosada en Buenos Aires, Argentina. 26 ene, 2024. REUTERS/Tomas Cuesta

Con los inversores operando a pleno, apareció la oferta de dólares de la exportación en el mercado contado con liquidación (CCL) y la divisa se derrumbó $2,28 (-0,2%) a $1.179,48, luego de haber tocado $1.283 en la cumbre y $1.172 en el piso. El MEP tuvo una caída de $3,92 a $1.139,91 (-0,3%).

El dólar libre aumentó por la demanda de los turistas que regresaron de sus viajes al exterior y prefieren pagar sus gastos al banco en dólares billete para que no liquiden el saldo al precio del dólar tarjeta de $1.600. Por eso, en el mercado libre, la divisa subió $45 (+3,78%) a $1.235. Los vencimientos de tarjetas, a partir de mediados de mes, son numerosos.

En el Mercado Libre de Cambios (MLC) se negociaron USD 258 millones y el Banco Central pudo comprar USD 11 millones que no impidieron que las reservas pierdan USD 427 millones y cerraran en USD 28.272 millones. Pagos al BID y la fortaleza del dólar frente a las seis principales monedas del mundo, incluida el renminbi, la moneda china, que se devaluó casi 1% al cotizar a 7,12 yuanes contra 7,06 del día anterior, representan la mitad de las reservas argentinas.

Todo lo positivo que le sucedió a la Argentina fue con un escenario menos optimista. El informe de la consultora F2 de Andrés Reschini señala que “el S&P 500, el principal y más amplio indicador de Wall Street, cerró a contramano de la rueda anterior con una baja del 0,76% motivada principalmente por temores a menores ventas en las productoras de microchips. Asimismo, las dudas sobre la economía china y el paquete de estímulo provocaron que se debilite el yuan, lo que arrastró a las principales monedas de países emergentes. La cautela en el S&P se tradujo en menores rendimientos en bonos del tesoro estadounidense y esto benefició a los bonos emergentes, aunque la performance de la deuda soberana local fue superior a toda la región”, el Banco Central volvió a las compras y acumula USD 632 millones en la primera mitad del mes”.

La consultora F2 advirtió que “de cara a la segunda mitad del mes, el volumen de operaciones muestra tendencia negativa, lo mismo que los saldos del BCRA, ante una demanda que no es tan alta como se esperaba, pero que tampoco se muestra dispuesta a declinar. Quizás no pase a mayores, pero es algo a lo que habrá que estar atento. Los futuros del dólar profundizaron caídas y los ajustes fueron rojos en toda la curva, marcando caídas de hasta 1,33% en abril de 2025″.

En tanto, los bonos en pesos tuvieron dos caras. La peor fue la de los bonos CER, que tuvieron subas imperceptibles, pero cotizan muy bajos con sobretasas de dos dígitos porque el mercado ve una inflación en retroceso. Por otro lado, los bonos atados al dólar (dollar linked), que solo tienen la demanda de los inversores que hacen sintéticos, se venden a futuro y se cubren con estos bonos, obteniendo una buena tasa. Después del informe de J.P. Morgan que estimó la inflación en 35% para 2025, los inversores dieron la espalda a las inversiones indexadas.

En cambio, las LECAP volvieron a la realidad tras la euforia del lunes y ajustaron sus tasas con retrocesos en las letras que más habían caído. De esta manera, las LECAP más lejanas son las que menos rinden porque se espera que coincidan con el punto más bajo de la inflación. Estos títulos tienen una tasa de retorno de entre 3,5% y 3,7% efectivo mensual. También aparecieron las dos series de BONCAP, que son como las LECAP, pero más largas -vencen en octubre y diciembre de 2025- y sus cotizaciones las dejaron con un ventajoso rendimiento de 3,90% efectivo mensual. La falta de pesos en el mercado atentó contra estos bonos.

Los títulos soberanos tienen la demanda de fondos del exterior y del blanqueo. Por eso, tuvieron otra gran rueda con elevados montos de negocios, donde los bonos Globales, los de más ponderación en el embi+, el índice de riesgo país de J.P. Morgan, subieron más de 2%. El riesgo país se derrumbó 62 unidades (-5,6%) a 1.044 puntos básicos, el nivel más bajo desde junio de 2019. Durante la gestión de Alberto Fernández, jamás se llegó a este riesgo país.

El UBS, el banco más grande de Suiza y uno de los más influyentes del mundo, señaló que la Argentina tiene 65% de chances de evitar una restructuración de la deuda (default). La ponderación es elevada y alentó la demanda de títulos argentinos. El riesgo país se está acercando a la zona segura, donde ante cada financiamiento puede conseguir crédito para renovarlos sin alterar las condiciones del contrato. Es decir, paga un bono con un nuevo bono a tasa más baja que el anterior. Para lograr esto, tiene que llegar a un riesgo país de entre 600 y 800 puntos básicos.

Los bonos soberanos opacaron a los exitosos BOPREAL, que operaron con cautela porque sus rendimientos son inferiores y, consecuentemente, sus paridades más elevadas. El Global 2030D, el más representativo de los bonos de la deuda, alcanzó una paridad de 65,5%, un porcentaje elevado para un título argentino. A diferencia de los soberanos, los BOPREAL operaron con cautela por sus menores rendimientos y mayores paridades.

La Bolsa tuvo otra rueda positiva. El Merval de las acciones líderes subió 0,7% en pesos y 0,9% en dólares. Lo mejor pasó por Telecom (+4,58%), Supervielle (+3,57%) y VALO (+2,17%). Las alzas fueron selectivas y no hubo números exagerados.

En los ADR -certificados de tenencias de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de Nueva York- los indicadores fueron verdes, pero sin grandes alzas. De hecho, Supervielle aumentó 3,6% y Telecom, 3,5%.

Para hoy se espera que siga el buen clima de inversiones. No parece probable una toma de ganancias y, si la hay, será leve porque es importante el número de inversores que quiere aumentar sus carteras con activos argentinos.

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