El ministro de Economía, Luis Caputo, informará este miércoles que en septiembre alcanzó otro mes con superávit financiero, es decir, contando el pago de intereses de la deuda, a pesar de la caída en la recaudación por la rebaja del Impuesto PAIS, según anticipó a Infobae una fuente del Poder Ejecutivo con conocimiento del tema. El resultado fiscal acumulado en diez meses continuará en positivo y el objetivo oficial es finalizar el año con equilibrio en las cuentas públicas.
Esos datos son parte de los que el titular del Palacio de Hacienda llevará la próxima semana a las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). En el gobierno saben que noviembre, por los pagos de intereses al FMI, y diciembre, por los aguinaldos de estatales, el Tesoro tendrá una parada más difícil.
Sin embargo, explican, “el equilibrio es innegociable”. Es por eso que en las últimas semanas se festejó el veto de la reforma previsional que había sancionado el Congreso y de la recomposición del Presupuesto Universitario, dos leyes que implicaban un gasto que no estaba previsto en la programación oficial.
En el Ministerio de Economía hay mucha satisfacción por el ritmo del ajuste y, en particular, por el recorte de subsidios y la posibilidad de sostener, en medio de ese proceso, una tendencia descendente de la inflación. En ese sentido, detallan que 2023 finalizó con un gasto en subvenciones, tanto de transporte como de electricidad, equivalente a 1,7 puntos del PBI y que 2024 finalizará en torno a 0,8 puntos del PBI.
En septiembre se observó una caída real del 3,4% interanual en la recaudación, cuarto mes consecutivo en baja, según la estimación del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). El mes pasado hubo algunos componentes atípicos: hubo una caída en los ingresos por Impuesto PAIS, en medio de la reducción de la alícuota en 10 puntos porcentuales, y un alivio por el lado de los vencimientos de Ganancias e IVA que se habían postergado en agosto.
El Sector Público Nacional había finalizado agosto con una superávit primario por casi $890.000 millones, y que después del pago de intereses de deuda finalizó con un excedente financiero por $3.500 millones.
un superávit acumulado de 1,5% del PBI en los primeros ocho meses del año y de 0,4% del Producto tomando en consideración los gastos en intereses de deuda. “El superávit financiero alcanzado el mes pasado contrasta con el déficit registrado en agosto de 2023, que a precios actuales fue equivalente a casi $1.300.000 millones”, había informado Caputo en su momento.
Con el dato de septiembre en la mano el gobierno quedó por encima de la meta pactada con el FMI para el tercer trimestre (hasta agosto tenía un excedente primario de $8,7 billones). Ese sobrecumplimiento es el que Caputo, además del de la emisión cero, es el que llevará a Washington junto a su equipo a la hora de dar una señal de que se sostiene el principal ancla del programa económico y sentarse a conversar con el Fondo sobre el cierre del acuerdo actual.
El ministro de Economía anticipó hace algunas semanas que existía la posibilidad de que la Argentina juntara las últimas dos revisiones para cerrar el acuerdo firmado en 2022 y tener la chance de comenzar a negociar uno nuevo. La duda está por el objetivo de acumulación de reservas del BCRA, en el que el país quedó USD 2.000 millones por debajo del target pactado. La autoridad monetaria negocia préstamos para subsanar ese rojo y mostrar cumplimiento, mecanismo que el organismo aceptaría como una forma de subsanar el desvío.
La semana pasada comenzó a debatirse en el Congreso el proyecto de Presupuesto 2025 que envió el Poder Ejecutivo. La norma tiene como principal premisa el equilibrio fiscal y su aprobación sería una señal positiva para los mercados de que la Argentina no se desviaría del sendero de ordenamiento en sus cuentas.