Si uno hace el experimento de caminar por cualquier calle de una ciudad argentina y se pone a contar la cantidad de autos, de SUV y de pick-ups, se sorprenderá al ver que lo que desbalancea la ecuación todavía en el mercado automotor son los que conocemos como hatchback, es decir los autos sin baúl, los que comúnmente se denominan como de cinco puertas.
El ejercicio, de todos modos, tiene la validez de poder entender como incluso a pesar de la tendencia hacia los SUV que crece rápidamente y tiene a todos los fabricantes involucrados, son los autos más chicos del mercado los que más se venden. Se trata de los que pertenecen al segmento B por sus dimensiones, y para diferenciarlos de los sedanes como el Fiat Cronos, que tiene baúl y es un tres volúmenes, se los ha decidido denominar como B-Hatch. Como consecuencia directa de esa forma de clasificarlos, y con la clara intención de asociarlos con esos modelos, las marcas han creado la subdivisión dentro del universo de los SUV, llamando a los más pequeños como B-SUV.
Las razones por las que los consumidores compran estos autos son básicamente dos: el precio y el costo de mantenimiento por un lado, y el tamaño, ideal para tránsito urbano, por el otro.
Los números del mercado validan la tendencia. Desde septiembre, el auto más vendido de Argentina es el Peugeot 208 en la suma acumulada de nueve meses de 2024, y en las cifras del mes desagregado, el tercer modelo absoluto fue el Volkswagen Polo. En ambos casos, se trata de modelos de la familia de los B-Hatch.
Mirando con detenimiento el ranking de ventas, recién en el octavo puesto aparece el primer SUV, el Toyota Corolla Cross, seguido de otros dos vehículos de esta categoría como son el Volkswagen Taos y el Peugeot 2008. Este último, a su vez es el mejor SUV-B por sobre el Chevrolet Tracker y el Renault Kardian.
Cuántos B-Hatch y cuántos SUV-B derivados de ellos hay en el mercado y cuánto dinero hay que gastar para comprar uno u otro, es la gran pregunta que queremos contestar.
La lista no es tan extensa, pero ofrece una muestra interesante. El Peugeot 208 y el Peugeot 2008 son los que lideran ambos segmentos. El B-Hatch tiene una gama de seis versiones que van desde los 22,5 a los 29,9 millones de pesos. El B-SUV, en cambio, tiene tres versiones que arrancan en 31,9 y terminan en 37,7 millones de pesos.
El Volkswagen Polo tiene como equivalencia el T-Cross, y el hay otro caso en la marca, el Nivus, aunque esa sería la versión SUV del Virtus que queda fuera de la nota por ser un sedán y no un hatchback. Al momento de ver los precios, el Polo va desde los 26,4 a los 37,2 millones de pesos, el T-Cross de los 31,4 a los 40,4 millones de pesos, y la opción del Nivus arranca en 30,7 y termina en 37,1 millones de pesos.
El tercer B-Hatch más vendido es el Toyota Yaris, pero en este caso habrá que esperar a 2025 para que llegue al mercado el Yaris Cross. Por el momento no hay un SUV correspondiente al auto más accesible de Toyota. La referencia de precio del Yaris, como competencia del 208 y el Polo está entre los 21 y los 27,3 millones de pesos.
Hay que buscar más abajo en la lista de autos más vendidos para encontrar otros casos, porque en el medio aparecen los B-SUV que no tienen equivalencia como el nuevo Renault Kardian, sin embargo, más allá del puesto 20 aparece el Citroën C3 Aircross, el más perfecto caso de un B-SUV derivado de un B-Hatch. En este caso, por circunstancias de mercado, estaban muy acotadas las importaciones en 2023, el C3 no llegó con un gran volumen de unidades durante 2023, y es así como el SUV supera en ventas al Hatch. En precio, el C3 tiene dos opciones en 21,8 y 22,6 millones de pesos, mientras que el C3 Aircross arranca en 22,8 y llega a 31,9 en la versión de 7 asientos, única del segmento.
También aparece el Fiat Pulse como extensión del Cronos, que también es un sedán, pero que tiene en el Argo un B-Hatch equivalente, que sin embargo ya no se trae a Argentina. El precio del Pulse está entre los 26,7 y los 32,6 millones de pesos. La referencia del Cronos vale para observar la similitud en precio con el B-SUV, con una gama que comienza en 21,7 y termina en 26,8 millones de pesos.
Nissan tiene un caso similar, con un sedán y no un hatchback. Se trata del Nissan Versa como complemento del B-SUV Kicks. Ambos son modelos importados por lo cuál la marca trajo más SUV por su mayor demanda frente a un sedán. En precios, mientras el Versa va desde los 25,1 a los 31,1 millones de pesos, la línea Kicks está en la misma franja de precios con el acceso a la gama en 26 millones y el tope en los 32.900.000 de pesos.
Entonces llegamos al Renault Sandero y su hermano mayor el Stepway, y aquí otra vez hay un caso emblemático de un auto que le gana al SUV en cantidad de ventas acumuladas del año. En precios, sin embargo, hay una similitud notable entre ambos, ya que Sandero va desde 23,3 a 25,9 millones de pesos, y Stepway de 24,7 a 26,9.
El último caso es el del Chevrolet Onix, que tiene su versión SUV en el Tracker, pero que en Argentina padece la localía de este último, que se fabrica en Santa Fe mientras el auto viene importado de Brasil. La línea Onix, que ahora tiene motor tutbo en toda la gama, tiene precios entre 25,5 y 28,5 millones de pesos, mientras que Tracker comienza en 29,2 y termina en 37,8 millones de pesos.
Lo curioso del caso es que, a pesar de la tendencia a los SUV, Peugeot y Volkswagen están parejos luchando por imponer al 208 o el Polo como el auto más vendido y es la apuesta de más volumen de ambas marcas. Y paralelamente, esta semana se anunció que Hyundai traerá en los próximos meses desde Brasil el HB20, un hatchback (hay versión sedán también), que tiene un enorme éxito en su país de origen y que dependiendo de la cantidad de unidades que se importen, hará más o menos fuerza en el segmento. Su equivalente en SUV es el Creta por segmento, aunque quizás no tanto por precio.
Las ventajas y desventajas de cada modelo son diferentes según las marcas. Así como hay una diferencia notoria entre un Volkswagen Polo y un T-Cross o entre un Peugeot 208 y un 2008, hay similitudes absolutas entre un Renault Sandero y un Stepway o entre un Citroën C3 y un C3 Aircross. En general, un SUV tiene ruedas más grandes y costosas, y por ser más caros pagan más patente y seguro. Pero la decisión es del mercado y será este el que de su veredicto.