El denominado riesgo país, un indicador que mide la banca JP Morgan y que es seguido día a día por los fondos de inversión, sostenía el sendero descendente para la Argentina. Este martes alcanzaba su valor más bajo desde mediados de abril, es decir que se acercaba así a su mejor nivel desde que el libertario Javier Milei llegó a la Presidencia en diciembre con su política ortodoxa para encauzar la golpeada economía.
El índice -que elabora el banco JP Morgan- se retrajo 16 unidades a 1.188 puntos básicos hacia las 17:30 horas (por la mañana tocó los 1.169 puntos), cerca del mínimo de este año, de 1.143 puntos básicos del 22 de abril de este año. El indicador llegó a la zona de los 1.100 puntos en septiembre de 2020, cuando los títulos Globales y Bonares salieron a cotización tras la reestructuración.
Además, los títulos públicos en dólares de Argentina subieron este martes en torno a 1%, para alcanzar sus cotizaciones más altas tras el canje de deuda de 2020. Estas emisiones duplicaron su precio en pesos y treparon casi 60% en dólares en los diez meses de gestión de Milei.
¿Qué es el riesgo país?
Se trata de un índice que confecciona el banco JP Morgan y que funciona como un punto de referencia a la hora de medir el rendimiento total de los bonos gubernamentales internacionales emitidos por países emergentes. Consiste en la brecha de tasas entre los bonos del Tesoro de los EEUU -referencia internacional para los bonos gubernamentales- y las tasas de las emisiones de deuda de países emergentes.
En cuanto a los bonos, las tasas de rendimiento de estos activos se mueven en sentido inverso a su precio de mercado. Cuanto más frágil es la economía de un país, más baratos son sus bonos públicos -vía de financiamiento de los gobiernos- y, por lo tanto, estos países deben ofrecer un mayor rendimiento por su deuda para que los fondos de inversión estén dispuestos a asumir el riesgo inversor.
La voluntad de pago del Gobierno, que se aseguró los dólares para pagar vencimientos en 2025, es un fuerte incentivo para la suba de los bonos y la baja del riesgo país
Usando el EMBI+ o Emerging Bonds Market Index, tal el nombre oficial del indicador, los operadores e inversores globales tienen una referencia a partir de la cual exigir cierto nivel de retorno a los bonos soberanos que se emiten en moneda extranjera, normalmente en dólares o euros.
Esa exigencia parte desde un piso establecido por el bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años. El mismo es considerado a nivel global como el más seguro del mercado, y en ese sentido se puede considerar como el “riesgo país cero”.
Nominalmente, el riesgo país mide los puntos porcentuales que los países soberanos deben sumarle a la referencia base del bono del Tesoro a sus tasas de interés si quieren emitir deuda nueva. Por ejemplo, el Treasury de EEUU a 10 años hoy ofrece una tasa de 4,02% anual en dólares. Si el gobierno argentino quisiera salir al mercado internacional con un bono a diez años (vencimiento en 2034), debería ofrecer una tasa de retorno próxima al 15,8% anual en dólares (tasa de EEUU más el riesgo país argentino), todavía demasiado alta como para que se pueda emitir nueva deuda.
El primer impacto de las subas y bajas del índice vienen del lado del financiamiento: con un riesgo país más alto, más difícil es conseguir fondos para un Gobierno. Si bien los analistas explican que en términos absolutos el mercado de crédito nunca se cierra del todo, el costo de hacerlo puede ser tal que una administración prefiera no asumir una obligación tan costosa como pagar elevadas tasas de dos dígitos en dólares.
Por qué baja el riesgo país argentino
La mejora de los precios de los bonos en dólares, en torno USD 60 en promedio, se enmarca en el distendido clima para los negocios financieros dado el esfuerzo del Gobierno libertario por mantener el superávit fiscal -que garantiza el pago de la deuda- y el descenso en los índices inflacionarios -condición necesaria para la recuperación de la actividad económica y el ingreso de divisas-.
Además de estos factores, otros más coyunturales se estuvieron se estuvieron dando en las últimas semanas e impulsaron la demanda de bonos argentinos. A mayor demanda por títulos públicos, más altos los precios de mercado. Y con mayores precios, caen los rendimientos de estos títulos. Esta reducción en las tasas se plasma en la misma proporción en la caída del riesgo país.
El avance del blanqueo de capitales contribuye a esta mayor demanda de bonos, pues los dólares que vienen ingresando al sistema financiero -se estima que unos USD 13.000 millones- son volcados en buena parte a activos que permiten ganar una tasa de interés.
El viernes de la semana pasada el BCRA giró a cuenta del Tesoro unos USD 998 millones y el equivalente en dólares e unos 60 millones en euros a un banco en Nueva York para cancelar intereses de deuda con ley extranjera de enero de 2025. Esto se vio reflejado en las reservas brutas del BCRA, que cayeron en 918 millones de dólares. La manifiesta voluntad de pago del gobierno argentino también es un fuerte incentivo para la suba de las cotizaciones y la baja del riesgo país.
Por otra parte, trascendió que el Ministerio de Economía avanza en la negociación con un grupo de bancos para obtener un financiamiento colateralizado del orden de los USD 3.000 millones, mediante un esquema de REPO que le servirá para garantizar el pago del capital de los bonos, que recae en enero de 2025.
Por último, el cambio que se está produciendo en el escenario financiero global, con el sendero de recorte de tasas de la Reserva Federal de los EEUU, está beneficiando posturas más agresivas para los fondos de inversión que incorporan a sus carteras bonos soberanos emergentes.
“Los bonos continúan sostenidos -ante una mayor demanda retroalimentada por el blanqueo- y así es que el riesgo país perfora los 1.200 puntos. Ocurre que los ahorristas estarían contribuyendo a dicha firmeza, así como a la de las Obligaciones Negociables tanto en el mercado primario como secundario, ya que los perciben como interesantes vehículos dentro del actual contexto económico-financiero, el cual incluye además decididos avances dentro del programa de ordenamiento de la ‘macro’”, comentó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
Un informe de GMA Capital indicó que “la entrada de dólares en septiembre también fue consecuencia de una serie de medidas implementadas por el Gobierno en el plano financiero. Si bien éstas impactaron positivamente en el nivel de acumulación de tenencias en moneda extranjera por parte del BCRA, el foco estuvo más centrado en incrementar el stock de dólares en el sistema financiero. Éste se encontraba en mínimos históricos y, además, tiene una consecuencia sobre el nivel de credibilidad del Gobierno”.
“La política más importante fue, sin dudas, la regularización de activos, efectuada a mitad del mes de agosto. La misma produjo una entrada de dólares al sistema financiero que incrementó los depósitos en moneda extranjera por USD 12.697 millones, alcanzando un stock de USD 31.306 millones al 3 de octubre”, continuó el análisis de GMA Capital.
Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, explicó que “no se perderá de vista la dinámica de las cuentas externas, con un BCRA que en ruedas previas logró comprar dólares en el mercado de cambios, estimamos producto de un incremento de los préstamos en dólares. Finalmente se seguirá de cerca la dinámica de los depósitos privados en dólares, que luego de una fenomenal suba en septiembre muestran marcas negativas en las tres primeras ruedas de octubre para las que hay datos oficiales”.