Tras los cambios anunciados por el Gobierno para desregular el transporte de media y larga distancia, el próximo paso será avanzar con la eliminación y flexibilización de normas que entorpecen el comercio exterior. Así lo anticipó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en declaraciones televisivas el fin de semana, y así lo pudo comprobar Infobae de diversas fuentes públicas y privadas. ¿En qué consistirían estos cambios que serían anunciados por el ministro y por su par de Economía, Luis Caputo, durante el curso de esta semana?
Lo que adelantó Sturzenegger es que algunas de las medidas buscarán desregular la actividad aduanera en el país, con cambios en la agilización de trámites y reducción de costos. “La nueva medida implicará una baja en los gastos para el que importa y una mejora en el precio para el que exporta”, aseguró.
Son varias las medidas que están en el radar del equipo económico y de desregulación del Estado. Una fue anticipada por el propio Sturzenegger y tiene que ver con dar de baja una vieja normativa que habilita a las cámaras sectoriales a ser veedoras de un despacho de importación. “Es una especie de protección del sector privado hacia la industria nacional. La cámara puede intervenir simplemente a efectos de controlar, y si bien no suele ocurrir, cuando sucede el proceso genera demoras”, afirmó un despachante de aduana.
Desde la Cámara de Importadores (CIRA) vienen pidiendo desde hace tiempo que esa norma, que data de fines de los ´90, se elimine, ya que habilita a que “una cámara sectorial tome pista de la mercadería y documentación que debería ser confidencial de una tercera empresa que es la q importa. Se está accediendo a información sensible y a manipular productos y packaging que no tiene nada que ver con la cámara”, dijeron fuentes del sector importador. Además, remarcaron que “atenta contra la competencia desleal” y que “eso debe ser controlado por el Estado”.
Estampillado
Otra de las normas que está en proceso de revisión, y que podrían eliminarse, es la que obliga a importadores de ciertos productos a colocarle a los bienes que ingresan una estampilla especial, la famosa estampilla que en la gran mayoría de los casos es de color verde. Dice “AFIP” “Importación”. Se puede observar en las prendas importadas, o en los ítems tecnológicos, o en los juguetes, por ejemplo. Y es lo que el Gobierno busca eliminar.
La exigencia data de fines de los ´70 y fue creada para evitar falsificaciones en determinados rubros. ¿Cómo funciona? “Eso genera todo un trabajo porque una vez que se hace el retiro a plaza de la mercadería, se debe solicitar a la división de estampilla fiscales de la Aduana las etiquetas y una vez que el importador las recibe, tiene 72 horas para colocárselas a cada uno de los productos. Luego la Aduana puede ir a inspeccionarla; en caso de no ir, en 96 horas la mercadería está liberada”, explicó una fuente aduanera, al agregar que todo ese trámite es una obligación para el importador y tiene un costo.
“Ese es un régimen obsoleto. A nivel mundial, no existe. Lo poco que se sigue estampillando se hace con un mecanismo distinto. Se podría o no reemplazar por un método mucho más moderno”, dijeron fuentes del sector importador. Explicaron además que muchas veces, especialmente en el caso de los productos electrónicos, había que sacarlo del packaging original, estampillarlo y volver a envolverlo. Y en el proceso tenés roturas, robos y además el problema de que nunca queda embalado igual.
Estas normas, entre otras, se sumarán a la fuerte rebaja de aranceles que debe salir todavía publicada en el Boletín Oficial, pero que abarca a unos 90 productos que podrán importarse a un costo mucho menor, según anticipó el propio Caputo la semana pasada. Además, fueron anunciadas normas para eliminar los reglamentos técnicos de muchos productos, por lo que una certificación internacional ya bastará para que ese artículo pueda ingresar al país sin problemas.
¿Qué pasará con el sistema SEDI?
En el Gobierno también están revisando qué hacer con el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), que reemplazó a las polémicas SIRA en diciembre de este año, cuando llegó Javier Milei al Gobierno.
El Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI) requiere que los importadores de bienes anticipen una serie de datos sobre las importaciones en carácter de declaración jurada. Esta información es inicialmente evaluada con la información disponible en los registros fiscales y con la Capacidad Económica Financiera del declarante. Superados estos controles, la declaración pasa al estado “oficializado” y el importador ya puede ingresar la mercadería.
Si bien se trata de un sistema meramente informativo, en el equipo económico admiten que “es completamene burocrático” y que no tiene mucha razón de ser. Sucede que implica carga de información que la AFIP utiliza desde hace muchos años, cuando se creó el sistema de DJAI, ya que la base del sistema estadístico es el mismo para todos.
“Antes no había nada. Generalmente, en el mundo no hay nada. Y hoy, como todas las intervenciones que existían se fueron automatizando, hoy no tiene mucho sentido tener ese sistema”, coincidieron en el sector privado.