El Gobierno debe definir cómo seguirá el proceso de aumentos en los servicios públicos, clave en el objetivo de sincerar los precios relativos de la economía y consolidar el equilibrio fiscal.
La búsqueda oficial es calibrar los incrementos para no poner en riesgo el proceso de desaceleración de la inflación, en el marco de un fuerte salto de la pobreza y de las dificultades de los usuarios para afrontar el pago de las tarifas.
Ese delicado equilibrio tiene que ver con la decisión del ministro de Economía, Luis Caputo, de contener desde hace varios meses los aumentos de tarifas por debajo de la inflación. En octubre se aplicará una baja en el orden del 4% en las facturas de gas, por cuestiones estacionales, mientras que habrá un incremento del 2,7% en el servicio de electricidad.
En ese sentido, las petroleras aplicaron el martes último una reducción del 1% en naftas y del 2% en gasoil, en el marco de una fuerte retracción en las ventas. Esa medida fue impulsada por YPF debido a la baja internacional del petróleo.
Sin embargo, tras el ataque con misiles de Irán a Israel, los precios del barril saltaron 10% acumulado en la última semana y finalizaron en torno de USD 80, casi en su nivel más alto desde junio.
Las proyecciones de las consultoras privadas arrojan que la inflación de septiembre finalizó entre 3,5% y 3,8% por lo que podría haber perforado el piso del 4% que había marcado agosto. En ese proceso fue clave la rebaja del impuesto PAIS, el sostenimiento del crawling peg al 2% mensual y mantener pisados los servicios. Octubre podría consolidar la desaceleración.
La vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack, dijo este martes en su habitual conferencia de prensa que en la Argentina hay señales de una “incipiente” recuperación de la actividad y de los salarios, pero advirtió que “quedan varios desafíos por delante”. La declaración se dio luego de que se conociera la disparada en los niveles de pobreza e indigencia durante el primer semestre.
En octubre se aplicará una baja en el orden del 4% en las facturas de gas, por cuestiones estacionales, mientras que habrá un incremento del 2,7% en el servicio de electricidad
“Demuestran la delicada situación social”, dijo Kozack al ver los datos del Indec. Y agregó: “Una aceleración de la inflación pondría en riesgo esa incipiente recuperación de los ingresos”.
Audiencias públicas
En los próximos meses el Gobierno deberá tomar definiciones claves sobre el futuro de las tarifas de energía, luego de las audiencias públicas correspondientes a la Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT) para las empresas prestadoras del servicio público de distribución y transporte, tanto de luz como de gas.
Será la primera desde 2016, ya que la RQT fue postergada en el marco de las sucesivas crisis de los últimos años. Allí se definirán los aumentos desde 2025 hasta 2029, los mecanismos de indexación y los planes de inversión de las compañías para mejorar las redes.
Los servicios de energía se dividen en tres tramos:
- La generación, donde el Estado tiene la posibilidad de regular los precios a través de subsidios;
- El transporte de la energía; y
- La distribución hacia los usuarios, este segmento no incluye subvenciones, pero sí depende de la autorización del gobierno.
En cuanto al componente de generación en las tarifas, el ministro Caputo espera hacer en 2025 un ajuste en los subsidios a la electricidad y el gas equivalente a USD 3.225 millones, según se desprende de un análisis de la consultora Economía y Energía sobre el proyecto de Presupuesto del Poder Ejecutivo.
La proyección oficial de gastos prevé para el próximo año un recorte de 47% en las transferencias corrientes con destino a la energía. La baja para esa partida pasaría de USD 6.858 millones en 2024, cerca del 1% del PBI, a USD 3.633 millones, en torno a 0,5 puntos del PBI. El objetivo principal del gobierno continúa puesto en profundizar la desaceleración de la inflación y evitar el crecimiento del malestar social.
En cuanto al transporte, el gobierno publicó la estructura de costos de los colectivos del AMBA en la que consiguió reducir el gasto en subsidios y que no haya, al menos en octubre, un nuevo salto del boleto. Fue gracias al traspaso de las subvenciones a CABA y el fin de la Red SUBE en la provincia de Buenos Aires. El pasaje de todos modos acumuló un incremento del 600% desde que asumió Milei, en línea con el salto que tuvo la tarifa de trenes metropolitanos.
El Gobierno informó que para el pasaje de colectivos le queda al menos un 32,5% de aumento pendiente por los períodos de marzo a junio de este año.
La canasta de servicios públicos de luz, gas, agua y transporte de un hogar promedio en el AMBA sin subsidios alcanzó en septiembre los $141.543, lo que implica una baja del 2% mensual debido a un menor consumo energético según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política, IIEP, (UBA-Conicet). Sin embargo, esa familia requería $30.105 en diciembre para cubrir esos mismos gastos, un salto del 370% en nueve meses, casi cuatro veces más que la inflación acumulada del 95% hasta agosto.
Por servicios, la tarifa de electricidad promedia $32.202; la de gas natural, $28.342; agua, $24.762; y gasto en transporte, $56.228 por mes. El incremento más importante fue en la factura de gas natural con un aumento del 898% respecto de diciembre de 2023, debido tanto a los aumentos tarifarios como a los incrementos del consumo estacional invernal.
El gasto en energía eléctrica aumentó 156% mientras que los servicios públicos que no dependen de factores estacionales muestran un aumento del 601% para el transporte y del 271% para el agua.
La canasta de servicios públicos de luz, gas, agua y transporte de un hogar promedio en el AMBA sin subsidios alcanzó en septiembre los $141.543, lo que implica una baja del 2% mensual debido a un menor consumo energético según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política, IIEP, (UBA-Conicet). Sin embargo, esa familia requería $30.105 en diciembre para cubrir esos mismos gastos, un salto del 370% en nueve meses, casi cuatro veces más que la inflación acumulada del 95% hasta agosto.