Desde este martes las petroleras aplicarán una leve reducción en los precios de los combustibles en los surtidores - $10,50 por litro en el caso de la nafta- por primera vez en casi seis años, en medio de una baja en los valores internacionales del petróleo. Lo cierto es que esa decisión se da en el marco de una sostenida caída en las ventas de nafta y gasoil, tras un salto del 240% promedio desde noviembre del año pasado.
La primera que avisó que avanzaría en ese sentido fue YPF, líder absoluto en el mercado local, que confirmó que aplicaría desde este martes 1 de octubre un recorte en la nafta del 4% y del 5% en el gasoil. Sin embargo, la empresa estatal destacó que el impacto en surtidor será del 1% y del 2%, respectivamente, como resultado del traslado de la actualización del impuesto a los combustibles (ICL) y de la devaluación del tipo de cambio oficial.
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, afirmó el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín.
Según los precios registrados en el portal Surtidores, la nafta súper de YPF en CABA cuesta $1.059 desde el primero de septiembre y la premium $1.309 por litro. El gasoil super tiene un precio de $1.084, mientras que el diesel premium, $1.334 por litro.
En el caso de la nafta súper, se observa un aumento acumulado de 340% en el último año, 240% desde noviembre del 2023, del 91% desde diciembre y del 51% en lo que va del año. La baja anunciada por la petrolera estatal implicaría un recorte de $10,50 por litro, es decir, de $525 para un tanque de 50 litros.
Shell y Puma también confirmaron la baja y se espera que Axion hagan lo propio. Antes la consulta de Infobae, desde la marca de la familia Bulgheroni aseguraron que no por el momento no van a hacer comentarios sobre el tema.
“Con los aumentos sostenidos que se vienen haciendo del impuesto al combustible (1% mensual y muy atrasado), del tipo de cambio (2% mensual) y en los costos de nuestras operaciones (con inflación en pesos superando la devaluación), efectuar una baja de precios en surtidor debido solo a una reducción en la cotización de crudo, va a requerir alzas cuando el crudo también suba, es decir un acople al mercado internacional”, explicaron desde una de las compañías del mercado.
“Además, hay que entender si no resulta muy prematura esa baja de precios ya que no se sabe si la reducción del precio del crudo se extenderá en el tiempo. Esta iniciativa de bajar precios, significa un doble esfuerzo para la industria, pues se absorbe también la suba del 1% del impuesto y del 2% del crawling peg”, agregaron.
En la industria local hay preocupación por el desplome en el consumo de combustibles de los últimos meses derivados de los aumentos y de la recesión. En agosto las ventas de nafta y gasoil cayeron 9,2% interanual, mientras que acumularon nueve meses consecutivos en retroceso, con el agravante de que se observa una marcada aceleración en la velocidad del retroceso (en julio había sido 5,2%) según los datos oficiales relevados por la consultora Politikon Chaco. Hubo una merma de 3,2% contra el mes anterior.
Se observa que las mayores caídas se dan en los combustibles que son más caros. “En referencia a sus desempeños, la nafta exhibió una caída del 7,7% interanual con marcada disparidad según el segmento: la nafta súper cae 3,5% interanual pero las premium lo hacen en -19,2%. Respecto al gasoil, el resultado global fue de caída del 10,9% interanual: dentro de este, el común cayó 13,2% y el premium lo hizo en -6,2%. En ambos, hay aceleración en la velocidad de descenso”, precisó Politikon Chaco.
“Hay que entender si no resulta muy prematura esa baja de precios ya que no se sabe si la reducción del precio del crudo se extenderá en el tiempo”
El ministro de Economía, Luis Caputo, decidió luego frenar el ritmo de incrementos en la nafta y el gasoil a través de dos frentes, con el objetivo de evitar un impacto intolerable para los bolsillos. Primero instruyó a YPF a que mantenga sus incrementos promedio a nivel nacional en línea con el crawling peg del 2% mensual más algún punto adicional para recomponer su margen.
El otro punto tuvo que ver con el diferimiento en las actualizaciones del tributo que pagan los combustibles, el cual se encuentra indexado a la variación trimestral de la inflación que informa el Indec. Caputo difirió en mayo, junio, julio, agosto, septiembre y ahora en octubre los incrementos del ICL previstos en el Decreto 466/2024. Este mes correspondía aplicar sobre el tributo un incremento correspondiente a la variación del IPC correspondiente al último trimestre del 2023 y al de los tres primeros trimestres de 2024.
Una fuente del Gobierno detalló a este medio que el impuesto en la nafta debería llegar a los $320 y faltan $130 para alcanzar ese objetivo, lo que llevaría la súper a la zona de los $1.190 solo por el componente impositivo. En el caso del gasoil, el impacto impositivo debería llegar a $200, por lo que faltan aplicar $90 que llevarían el litro a los $1.400 en la Ciudad.
“Como la inflación es el objetivo a vencer, se va atrasando un poco la actualización”, explicaron en el gobierno. Quedarán pendientes además los ajustes sobre el ICL que resulten de cómo termine la inflación del tercer y cuarto trimestre.
La intención de retomar los incrementos en el tributo a los combustibles prevista en el Presupuesto tiene que ver con una mirada oficial sobre un eventual éxito en el proceso de desinflación buscado. Eso permitiría, entienden en el gobierno, bajar o eliminar impuestos distorsivos –como el PAIS– y “normalizar” los más tradicionales, como es el caso del ICL.