Con la compra de USD 75 millones en la última rueda, el Banco Central cerrará septiembre con un resultado positivo en torno a los USD 250 millones. Se trata, a todas luces, de un buen cierre para el mes. Sin embargo, a partir de la semana próxima, el panorama se describe como más exigente. A la expectativa de mayor presión por parte de los importadores dado el diferimiento de sus operaciones ante la baja del impuesto PAIS, que también impactó notoriamente en una baja demanda el mes pasado, se suma ahora la posibilidad de que gran parte de los pesos que quedaron ayer liberados en la economía tras la renovación sólo parcial de vencimientos de la deuda se orienten a presionar sobre el mercado oficial y también el dólar financiero.
Es que la explicación del ministro de Economía, Luis Caputo, respecto del “punto Anker”, es decir, aquel en el que los inversores dejan de estar interesados en seguir prestándole al Tesoro porque prefieren disponer de esos pesos para otros fines y así “remonetizar” la economía, es sólo parcialmente verdadera.
En concreto, el Tesoro no logró renovar la totalidad del vencimiento del próximo lunes, cuando se afrontan obligaciones por $7,1 billones. En la licitación se recibieron ofertas por $5,76 billones, de los cuales se decidió aceptar $4,78 billones para convalidar una muy leve suba de tasas.
El equipo económico se esforzó en explicar que ese resultado es consecuencia del “momento Anker”, es decir, el día en el que el crecimiento de la demanda de crédito del sector privado obliga al Tesoro a desarmar su posición de pesos estacionada en el BCRA. Se lo conoce como el efecto crowding in.
Pero desde la consultora Aurum Valores consideraron que ese efecto es menor que el que dan a entender los funcionarios ya que incluso tomando como válidas sus explicaciones, explicaría apenas $1,34 billones, es decir, la diferencia entre lo que vencía y lo ofertado mientras que la diferencia entre lo ofertado y lo aceptado (casi $ 1 billón) es un efecto expansivo decidido por el Tesoro para no convalidar mayor suba de tasas.
En ese contexto, los analistas advirtieron que una posibilidad es que quienes no aceptaron refinanciar la deuda son importadores que estaban transitoriamente posicionados en deuda en pesos a la espera de acceder al mercado de cambios oficial, lo que provocará un aumento de la demanda de divisas para el Banco Central a partir del martes.
“Es posible que dentro de los que no renovaron el vencimiento de la Lecap del lunes, están algunos importadores que venían haciendo carry de tasas considerando que a partir de la baja del impuesto PAIS (efectiva desde septiembre) debieron esperar 30 días para hacerse de las divisas del BCRA. Si ese fuera el caso, una parte de la explicación vendría por el desarme de ese carry de tasas de importadores para demandar divisas al BCRA a partir de la próxima semana”, sostuvo Aurum.
Es lo que hará de octubre un mes más complejo para la autoridad monetaria. Existe, sin embargo, un atenuante que no estaba en los planes a principios de semana. El miércoles el Gobierno decidió prorrogar un mes el blanqueo de capitales que, por la vía indirecta del aumento récord de depósitos en moneda dura generó también una suba de los préstamos para la prefinanciación de exportaciones que se liquidan en el mercado oficial, lo que resultó en una mayor oferta.
Aun cuando parte de los depósitos ingresados comiencen a salir a partir del martes, tal como lo admite la norma, el ingreso de nuevos fondos para el blanqueo podría compensar al menos en parte la mayor demanda.