Mientras esperan definiciones respecto de las medidas que tomará el Gobierno para minimizar los cortes de luz durante el verano, los industriales comenzaron a analizar cuáles serían las mejores alternativas para contribuir a la reducción de la demanda energética durante los meses de mayor consumo.
Directivos de la UIA se reunieron con las autoridades del área de Energía hace algunos días para analizar el informe de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y dialogar sobre qué habría que hacer de antemano para evitar cortes de energía aleatorios y sin programación alguna. El secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, dijo ayer, en el marco del Amcham Energy Forum, que en los próximos días la Secretaría de Energía daría a conocer “una serie de medidas bien de mercado para incentivar al máximo la generación que se necesitará en el verano”.
“Si llegamos a tener un verano cálido, como parece que va a ser, vamos a tener un problema grande y van a empezar los cortes” (industrial)
“Lo estamos trabajando en conjunto con la distribución, con la transmisión, dentro del ámbito de Cammesa. También en esa resolución vamos a sacar un incentivo para la gestión de demanda de grandes usuarios industriales”, remarcó González. Hacía referencia al borrador que circuló recientemente, al que tuvo acceso Infobae, donde se enumeran un conjunto de acciones en los ámbitos de la generación, el transporte y la distribución, para mitigar el impacto de las altas temperaturas que se esperan para el verano.
Pero en la UIA esperan no sólo conocer de primera mano el documento, que no recibieron, sino también avanzar con un trabajo conjunto de cara al armado de un plan de emergencia. En la resolución mencionada se habla, en el artículo 5°, de establecer “las acciones para una adecuada gestión de demanda en el marco de la emergencia del Sector Energético Nacional y que permitan mantener el nivel de confiabilidad requerido en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM)”. Además, insta a “implementar un mecanismo de gestión de demanda de los Grandes Usuarios Mayores (GUMAS), voluntario, programado y remunerado que permita contar con oferta”.
Mientras esperan una nueva comunicación oficial, desde la central fabril, que dirige Daniel Funes de Rioja, analizan opciones –como lo vienen haciendo todos los años– que podrían contribuir a reducir la demanda en los momentos pico de consumo.
Una de las propuestas que surgieron desde la entidad es realizar un relevamiento de los grupos electrógenos que podrían tener cada una de las industrias, especialmente las que consumen mucha energía, para ver, en primer lugar, en qué estado están y si hay que repararlos, y por otro lado, si podrían estar disponible llegado el caso de que se lo requiera desde el Estado. Claro que eso debería tener una contrapartida, afirman desde el sector empresario. Pero todavía no recibieron ninguna propuesta. Y afirman que ese trabajo debería comenzar a hacerse lo antes posible.
“Primero habría que ver cuántos grupos electrógenos hay, si tienen el combustible que necesitan, y si el empresario lo quiere poner a disposición, remuneración mediante”, dijo una fuente de la entidad. “Tiene que ser el valor al cual se le va a remunerar a esa empresa la energía y la potencia. Y si a esa empresa le pedís que su grupo electrógeno entre a funcionar cuando el Estado lo necesita y se niega, debería haber una penalidad”, consignó la fuente. Consideró que debería haber un cargo fijo sólo por el hecho de poner a disposición el equipo.
Una de las propuestas que surgieron desde la entidad es realizar un relevamiento de los grupos electrógenos que podrían tener cada una de las industrias
Otra medida que podrían adoptar varias industrias es cambiar uno de los turnos para el horario de noche, donde el consumo de energía baja drásticamente. Claro que para eso la empresa debería negociar con el sindicato y hacerse cargo del mayor costo salarial que implicaría el turno nocturno.
Por otro lado, las industrias que demandan gran cantidad de energía, como las siderúrgicas, podrían apelar a reducir la potencia de los hornos, es decir, ceder carga, lo que implicaría un costo para la empresa porque produciría menos. Por eso es importante analizar la compensación que podrían recibir por parte del Estado.
Las vacaciones anticipadas son otra herramienta a la que suele apelarse para reducir la demanda en los meses fuertes de consumo. Si bien muchas industrias organizan los recesos durante enero, tal vez las que ofrecen vacaciones en otro momento podrían adelantarlo al primer mes del año, lo que también ayudaría a reducir la tensión.
“Si llegamos a tener un verano cálido, como parece que va a ser, vamos a tener un problema grande y van a empezar los cortes. Entonces, hagamos algo ordenado. Y tengamos un plan estratégico hacia adelante también”, dijo la fuente industrial.
“Se supone que si viene un verano de mucha temperatura puede haber una demanda muy alta de electricidad y con lo cual va a faltar generación, y lamentablemente no ha habido inversiones en estos últimos tiempos, va a tener que programarse algún corte, sobre todo hacer algunos acuerdos con los sectores productivos, sectores industriales”, había dicho el jefe de Gabinete, Guillermo Francos en una entrevista radial días atrás.
Las vacaciones anticipadas son otra herramienta a la que suele apelarse para reducir la demanda en los meses fuertes de consumo
La previsión oficial es que en el verano, en especial entre febrero y marzo, el consumo de electricidad llegará a 30.700 MW, unos mil por sobre el récord de febrero pasado. El informe de Cammesa calculó que el total de energía producida localmente y las importaciones desde países vecinos no bastará para cubrir ese pico de demanda y estimó en 19% la probabilidad de que la generación no alcance y haya apagones. El récord histórico de febrero pasado fue de 29.653 MW. La mayor preocupación oficial son los grandes centros urbanos, que explican más del 50% del consumo eléctrico del país: Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
Las advertencias y los riesgos no son nuevos. El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo dijo varias veces que el retraso tarifario de los últimos años implicó un consumo desmedido de los hogares y un “riesgo de colapso” del sistema. La quita de subsidios y los aumentos, tanto de luz como de gas, habrían reducido ese riesgo, pero de ningún modo lo eliminaron.