Los datos acumulados hasta la tercera semana de septiembre dan cuenta de una desaceleración de la inflación que dan paso a un índice de precios por debajo del 4% mensual, ese “piso” duro de quebrar durante los últimos cuatro meses. Parte de ese fenómeno está explicado en la reducción del impuesto PAIS que abarató el precio de algunos bienes. El mercado, así, proyecta que este mes finalice con un IPC cercano al 3,5%, una expectativa similar a la que tiene el equipo económico.
En las vísperas de lo que en el mercado financiero anticipan como unas semanas complejas para el Banco Central, la entidad monetaria logró ayer la mayor compra en cuatro meses al retener USD 191 millones lo que le permitiría cerrar septiembre con saldo positivo. Así, por segundo mes consecutivo, el resultado final será mejor al esperado ya que típicamente, entre agosto y octubre, el Banco Central suele afrontar un período de fuertes ventas en el mercado de cambios.
El dólar libre operó ayer a $1.245 para la venta, mientras que los financieros se dieron vuelta tras una suba inicial y cayeron en medio de la política oficial de volcar reservas en esos mercados
El S&P Merval bajó, por lo que fue una jornada mixta para la plaza local. En Wall Street, los ADRs cotizaron dispares.
El Banco Central (BCRA) aceleró compras en el mercado, al adquirir USD 191 millones, su mayor verde desde el 16 de mayo. De esta manera, acumula un saldo positivo de USD 212 millones en los primeros dos días de esta semana.
Las buenas noticias apuntalan al blanqueo que ya está recaudando casi USD 1.000 millones diarios. China ayer recortó la tasa de interés en medio punto y rebajó los encajes bancarios para cumplir con la meta de crecimiento de 5% anual. La soja subió inmediatamente, igual que el petróleo y el oro que se aproxima al récord de USD 2.700 por onza.
Mientras el presidente Javier Milei acapara la atención en Nueva York con su duro discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el ministro de Economía, Luis Caputo, carga con la tarea más dura de la gira: disuadir las dudas que todavía tienen los inversores con la Argentina y forzar así una baja del riesgo país que se resiste a perforar los 1.300 puntos básicos.