El 53% de los usuarios de servicios financieros que utiliza los pagos QR para enviar dinero a otras personas o pagar en comercios pertenece a los niveles socioeconómicos D1, D2 y E, lo que implica que tienen un bajo nivel de ingresos. El 41% de quienes utilizan el QR para pagar, un servicio ofrecido tanto por bancos como por fintech de manera interoperable, pertenece a los niveles medios (C1 y C2). Solamente un 6% de ese universo se considera de ingresos altos, el segmento conocido como ABC1.
En relación a su condición laboral, hay un 35% de esos usuarios que son empleados, otro 30% son autónomos y el 34% tiene otra condición. Apenas un 1% de ellos son jubilados, según los datos del Indicador Coelsa, un informe que detalla la evolución de los medios de pago provisto por la empresa que maneja las redes de interoperabilidad en el ecosistema financiero argentino.
Con datos al segundo cuatrimestre de este año, el informe revela además un sesgo de género en los pagadores con QR: un 67% de ellos son hombres y un 33% son mujeres. En cuanto a la edad, el 68% son Millennials (nacidos entre 1980 y 1999), el 17% son Generación Z (1965-1979), un 12% son Centennials (2000 en adelante) y un 3% son Baby boomers (1946-1964).
Según Coelsa los pagos QR resultan “el método más elegido por los usuarios para envío de dinero, cobros y pagos. Permite realizar pagos mediante una aplicación bancaria o no bancaria, sin la necesidad de intercambiar dinero. La mayoría de los usuarios que lo utilizan se encuentran en el nivel socioeconómico D y E. Esta metodología de pago sigue demostrando un vertiginoso avance, con un crecimiento sostenido, además de una constante generación de mayor inclusión y confianza desde su puesta en marcha”.
El monto promedio que una persona física gasta por mes utilizando este mecanismo llega a los $96.926 mientras que el promedio por transacción es de $11.846, lo que muestra una señala de uso masivo y en operaciones pequeñas. En cuanto a los destinatarios de los pagos, se destacan los comercios de cercanía (25%), los supermercados (17%), los locales gastronómicos (17%) y los servicios profesionales y autónomos (11%).
Otro crecimiento muy intenso se reflejó en el uso de las transferencias inmediatas que alcanzó un 84 en el último año. En el segundo cuatrimestre de 2024 se hicieron 1.584 millones de operaciones frente a 859 millones del mismo período de 2023. Este dato se compone con el incremento interanual registrado en las transferencias entre cuentas (con al menos una cuenta CVU como receptora o emisora del dinero) que subieron un 86%, los ya mencionados pagos QR con transferencia que crecieron un 272% y las nuevas transferencias pull, que permiten traer dinero a una entidad financiera desde una cuenta radicada en otra, con una suba del 38%.
En un marco de constante avance de los medios de pago digitales, otro segmento que el reporte muestra con gran adopción por parte del público es el del cheque electrónico o e-cheq, que ya representan casi la mitad del total de cheques emitidos en la Argentina (49%) a la vez que también ocuparon el 67% del monto total de cheques librados. En agosto pasado se emitieron 3,1 millones de e-cheqs, frente a 2,5 millones en el mismo mes de 2023.
La estadística confirma además la concreción de uno de los atributos centrales del cheque electrónico que es reducir la cantidad de rechazos. El e-cheq evita gran parte de los errores materiales, tales como un error en una letra o un número, aquellos problemas clásicos del cheque en papel escrito a mano. La tasa de rechazos acumulada en los ocho primeros meses de 2024 fue del 2,7% en los cheques tradicionales mientras que alcanzó solamente el 1,12% en el caso de los e-cheqs.