El ministro de Economía Luis Caputo anunció que el sector público nacional terminó agosto con una superávit primario por casi $890.000 millones, y que después del pago de intereses de deuda finalizó con un excedente financiero por $3.500 millones. “De esta forma se continúa consolidando el ancla fiscal del programa de gobierno”, indicaron desde el Palacio de Hacienda.
Así, implicaría un superávit acumulado de 1,5% del PBI en los primeros ocho meses del año y de 0,4% del Producto tomando en consideración los gastos en intereses de deuda. “El superávit financiero alcanzado el mes pasado contrasta con el déficit registrado en agosto de 2023, que a precios actuales fue equivalente a casi $1.300.000 millones”, informó Caputo.
Respecto a los ingresos, el Ministerio de Economía estimó que en agosto fueron de 8,7 billones de pesos, lo que implica un aumento interanual de casi 190 por ciento, por debajo del ritmo de la inflación. “En lo que respecta a la recaudación tributaria, la misma presentó un crecimiento de 199,6% explicado principalmente por la variación del Impuesto PAIS y los ingresos correspondientes a los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social (215,0%) y a los Derechos de Exportación (317,4% )”, plantearon, siempre con números nominales.
“Entre los tributos ligados a la actividad económica interna cabe mencionar la recaudación correspondiente al Impuesto a los Débitos y Créditos (232,2%), al IVA neto de reintegros (188,1%), y a las Ganancias (142,0%)”, continuaron.
En términos de gastos, fueron de $7.8 billones, una suba anual de casi 157 por ciento. El gasto en jubilaciones y prestaciones sociales creció 202,7%, lo que también implica una caída en términos reales. Los salarios públicos lo hicieorn en 162,4 por ciento, por lo que la tendencia fue la misma.
“Los subsidios económicos presentaron un incremento de $752.726 millones (192,2%), donde los energéticos variaron $550.289 millones (171,7%), mientras que los destinados al transporte lo hicieron en $204.172 millones (311,7%)”, continuó el Palacio de Hacienda.
“Del análisis de la ejecución presupuestaria base caja del Sector Público Nacional no Financiero (SPNNF) del mes de agosto, surge que los ingresos totales tuvieron una variación interanual real negativa de 14%. Esto obedece a que los ingresos tributarios descendieron un 11% real interanual y la baja de los ingresos no tributarios fue de un 40% real interanual”, planteó un informe de Iaraf. “Por el lado del gasto primario, se registró un 23,7% real interanual de reducción”, estimaron.
“El mes anterior el ritmo de ajuste fiscal había sido de 27% y de 33% en junio. Los puntos más marcados en lo que va del año fueron el 39% de reducción de gasto en marzo y en el otro extremo, un 22% de caída en abril”, aseguró el economista de esa consultora Nadin Argañaraz.
“Durante los primeros 8 meses del año, los ingresos totales cayeron un 6% real interanual, mientras que el gasto primario descendió un 30% real interanual. Como resultado, el superávit primario ascendió a $8,7 billones, equivalente a 1,5% del PBI. El superávit fiscal, por su parte, ascendió a $2 billones, equivalente a 0,35% del PBI”, calculó.
Agosto fue el último mes en que el Gobierno contó con el impuesto PAIS con una alícuota de 17,5 por ciento. Coincidió con un mes de debilidad recaudatoria, que según la consultora 1816 con datos de AFIP implicó una contracción de los ingresos al fisco de 13,7% en términos reales.
El último día de septiembre marcará la última meta de superávit fiscal a la que se comprometió la Argentina y el Gobierno buscará quedar en zona de cumplimiento en un mes que será más complejo para las cuentas públicas por un efecto doble que actúa en direcciones opuestas: la baja del impuesto PAIS hará resentir una recaudación tributaria que ya en agosto mostró señales de debilidad; y un crecimiento de los ingresos por medidas como la recomposición de Ganancias o la moratoria impositiva.
Con el último dato disponible a agosto, el excedente primario de $8,7 billones quedó bien por encima de esa pauta prevista en el programa. Ese número es el que será observado en el ida y vuelta técnico que, se espera, arranque en las próximas semanas, tras el receso de verano en los Estados Unidos que interrumpió la actividad en los organismos internacionales. Esas conversaciones podrían canalizar un desembolso, el anteúltimo de este programa, por USD 540 millones.
Pero a fin de mes finalizará entonces el esquema de metas. La de reservas, tal como reflejó Infobae, le requerirá un esfuerzo extra de acopio de dólares al Banco Central. La fiscal tiene mejor perfil, ya que con los datos hasta julio el nivel de superávit primario, antes del pago de intereses de deuda y que es el número que tomará en consideración el FMI, está casi un billón de pesos por encima de la meta de septiembre.