El Ministerio de Economía concretó la compra de algo más de USD 1.500 millones al Banco Central, que en el corto plazo girará a una cuenta en un banco de Nueva York para que queden custodiados hasta enero, cuando el Gobierno tenga que pagar intereses a los tenedores de bonos por esa cifra.
Forma parte de los anuncios que había hecho el equipo económico entre fines de junio y mediados de julio, cuando se movió hacia una segunda fase de política económica. En medio de esos anuncios, el secretario de Finanzas Pablo Quirno había adelantado que a manera de gesto hacia los inversores, buscaría girar por adelantado la parte de intereses a pagar por los bonos globales.
Para eso, buscaría una operación anticipada de envío de unos USD 1.530 millones a una cuenta del Tesoro en el Bank of New York (BoNY), que actúa como fiduciario de los pagos de capital e intereses de esos títulos públicos. Dos meses después del primer anuncio, desde el Palacio de Hacienda aseguraron este martes a Infobae que Finanzas concluyó la compra de esas divisas al Banco Central y que en cualquier momento completará la operación con el giro de esos dólares.
El secretario de Finanzas Pablo Quirno había adelantado que a manera de gesto hacia los inversores, buscaría girar por adelantado la parte de intereses a pagar por los bonos globales
Hay una parte de capital que también deberá pagar el Palacio de Hacienda, por casi USD 3.000 millones más, aunque eso no se enviará por anticipado y se prevé que tampoco sea renovado, en un contexto de riesgo país todavía alto, sino directamente pagado.
Respecto a la demora, en el mercado se especuló, con insistencia, en que el temor estaba basado en la sospecha que sobrevuela sobre posibles embargos de activos argentinos por parte de fondos que reclaman pagos en los tribunales neoyorquinos, algo sobre lo que también comentó el ministro de Economía Luis Caputo.
El último fallo al respecto le dio la razón a los litigantes para avanzar sobre activos nacionales. Un antecedente sobre una discusión similar se dio, diez años atrás, cuando los “fondos buitre” buscaron retener un pago de intereses que la Nación hizo, vía el BoNY, a los tenedores de bonos reestructurados. El Estado nacional suele invocar el principio de inmunidad soberana que lo protege de este tipo de embargos, pero el ida y vuelta legal en los tribunales promete continuar.
En el Presupuesto 2025 el Gobierno abre una puerta para tomar deuda en el exterior. El proyecto de ley contempla la posibilidad de colocar deuda en los mercados internacionales por un monto aproximado de USD 3.500 millones para refinanciar parte de los vencimientos de deuda del año próximo. Según el proyecto oficial, el 18% del total de las operaciones de crédito público previstas para el año “podrá colocarse en moneda y bajo jurisdicción extranjera”.
Hay una parte de capital que también deberá pagar el Palacio de Hacienda, por casi USD 3.000 millones más, aunque eso no se enviará por anticipado y se prevé que tampoco sea renovado, sino directamente pagado
“En lo referido a la atención de los servicios de deuda en moneda extranjera que operen en el ejercicio, estos se podrán continuar cancelando en efectivo tal como se hizo en lo que va del presente año o, en un contexto financiero favorable internacionalmente, con la emisión de un nuevo instrumento emitido en los mercados externos”, apuntó el mensaje enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo. Según un reporte de la consultora 1816, ese 18% de la colocación total de títulos públicos que podrá hacerse en dólares y en ley extranjera se estima en USD 3.500 millones.
En 2025, los compromisos en dólares del sector público consolidado, que incluye la Nación y las provincias, alcanzan casi los USD 24.000 millones. El más inmediato de ellos es el 9 de enero, con el pago de intereses y capital de los Bonares y los Globales.
Asimismo, el proyecto de Presupuesto descarta la posibilidad de que lleguen fondos frescos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de que esa chance siempre sobrevuela tras los contactos entre los técnicos del organismo y los funcionarios argentinos.