El gobierno de Javier Milei apuesta a que el blanqueo de capitales ayude a la economía a salir de una prolongada recesión, con la idea de que esos fondos puedan volcarse a la producción y consumo, además de allanar el camino en los próximos meses para eliminar el control de cambios.
La decisión está tomada: profundizar la estrategia de inducir a la regularización de activos para traer divisas a la economía, extender el sendero de baja la inflación y confiar en una baja de la brecha cambiaria para estabilizar la economía.
Pero existen los costos asumidos también, con un atraso del dólar oficial -que puede interpretarse como una “apreciación real del peso”-, se estancan las reservas brutas en el BCRA; y se observa una paulatina reducción del superávit de la balanza por el intercambio de bienes y servicios con el exterior.
Un informe de Adcap Grupo Financiero destaca que “mientras muchos economistas advierten de un tipo de cambio apreciado, el Gobierno redobla la apuesta introduciendo medidas para estimular aún más las importaciones con el objetivo de quebrar el umbral de inflación mensual del 4%, asumiendo que el sector privado va a traer los dólares requeridos para enfrentar los próximos vencimientos” de deuda soberana.
“Argentina tiene otro frente abierto, la escasez de dólares. No de ahora, claro está. Consecuencia de esa escasez ha sido el establecimiento del cepo cambiario. Y cuando se establecen restricciones cuantitativas, la teoría económica prevé la aparición de ‘mercados negros’ o paralelos. Naturalmente, el cepo derivó en mercados y cotizaciones paralelas del tipo de cambio cuya fluctuación genera expectativas de devaluación y, por ende, se traduce en movimientos en el nivel de precios. Es por esto por lo que resulta necesario no solo controlar el tipo de cambio oficial, sino lograr que la brecha no se amplíe y ambos mercados sean convergentes”, estimó José María Segura, economista Jefe de PwC Argentina.
“La pregunta que se formula aquí el mercado es si las políticas actuales son sostenibles para que esa brecha converja -y por lo tanto para que el tipo de cambio sea un ancla efectiva para los precios- o si, dadas las necesidades futuras de dólares, inexorablemente habrá una corrección discreta y no controlada del tipo de cambio, es decir, como tantas veces aconteció en el pasado, el retraso cambiario solo está reprimiendo inflación futura”, añadió Segura.
El “ancla cambiaria” para contribuir a la desinflación le está dando resultado al Gobierno en cuatro aspectos:
- El atraso cambiario medido por el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que elabora el Banco Central, ahora en torno a 85 puntos -debajo del nivel de equilibrio teórico en 100 puntos-, moderó la dinámica, pues cedió solo cuatro puntos en los últimos tres meses.
- La estabilización de los dólares alternativos debajo de $1.300 y en niveles similares a los máximos de febrero, en un mercado intervenido desde el 15 de julio por la venta de divisas en el mercado de valores, ayuda a despejar las expectativas devaluatorias en el corto plazo.
- La brecha cambiaria, ahora próxima al 30%, también permite proyectar una unificación del precio del dólar menos traumática que en eventos del pasado.
- El ingreso de dólares que está acrecentando los depósitos consigue apuntalar el stock de reservas brutas -aunque no las netas- del Banco Central- y ponerlas a disposición del crédito interno, imprescindible para la reactivación económica.
En el corto plazo vemos que hubo apreciación en los tipos de cambio ante cierta estacionalidad por pagos de impuestos como del efecto del blanqueo (Franco)
“En el corto plazo vemos que hubo apreciación en los tipos de cambio ante cierta estacionalidad por pagos de impuestos como del efecto del blanqueo. En este sentido, creemos que están ingresando dólares del blanqueo a juzgar por la dinámica de los depósitos privados en dólares que reporta el BCRA. Recordamos también que las reservas netas siguen negativas y que los montos del blanqueo no las incrementan, por lo que los inversores seguirán mirando esta variable aún con el ingreso de dólares”, comentó Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS.
“La proximidad del blanqueo hace que muchos agentes económicos vendan dólar blue para ingresar al blanqueo en pesos en una suma menor a $100 millones, de modo tal de recuperar dichos pesos pasado el 30 de septiembre y poder comprar dólar MEP en el mercado. Está más cantado que el tango ‘Caminito’ que el dólar blue va a bajar en septiembre, y que el dólar MEP podría subir en octubre. Todos los caminos conducen a que el dólar blue se ubique en un precio inferior al dólar MEP en este escenario”, definió el analista y asesor Salvador Di Stefano.
Luciano Villegas, economista de la Fundación Libertad, afirmó que “no es demasiado saludable para la economía que el mercado financiero se maneje con intervenciones del Banco Central, tratando de reducir las expectativas de devaluación y achicar esa famosa brecha cambiaria. Nunca es sano para una economía que el tipo de cambio -que probablemente para la Argentina sea la principal variable que determine el nivel de actividad- esté artificialmente manipulada por el Banco Central. Y que el Banco Central destine dólares de sus reservas -y hay que decirlo también, de los depósitos de la gente que tiene dólares- para mantener baja la brecha y las expectativas de devaluación, y por ende mantener bajas las expectativas de inflación -que es el principal activo del Gobierno- no me parece demasiado saludable, aunque sea razonable desde el plano politico”.
En los últimos tres meses, con la intervención oficial sobre los dólares financieros, mejoraron las condiciones para encarar una unificación cambiaria
Los analistas de Rava Bursátil destacaron que “el efecto del ingreso de capitales por el blanqueo se empieza a mostrar en la baja de los dólares financieros”.
“Aún con un inédito ajuste fiscal, subsisten grandes desafíos. A las dificultades para acumular reservas y así avanzar hacia un relajamiento del ‘cepo’ se agrega un nuevo obstáculo: afrontar los próximos vencimientos de la deuda con un nivel de riesgo país que sigue siendo muy alto”, estimó el Ieral de Fundación Mediterránea.
“El plan del Gobierno de alcanzar la convergencia de dólar, tasa de interés e inflación al 2%, comienza a chocar con la necesidad de acumular dólares en el Banco Central en el corto plazo”, observó un reporte de la consultora EcoGo.
“No soluciona, pero ayuda: los depósitos en dólares del sector privado no paran de crecer. Si bien esto no suma a las reservas netas que siguen en terreno negativo, sí contribuyen a las brutas, dando más margen de maniobra al Banco Central”, afirmó Roberto Geretto, economista de Fundcorp.
“El blanqueo puede dinamizar mucho la economía y engrosar las reservas del banco central, le agrega combustible a la economía. Si uno mira las últimas medidas del Gobierno, claramente están buscando que los propios argentinos y también las empresas del exterior, traigan sus dólares para volcarlos a la economía real, sin recurrir a los salvatajes de organismos internacionales”, manifestó Augusto Posleman, director de Portfolio Personal Inversiones.
Sin financiamiento externo y mayor demanda importadora, la única fuente de dólares para incrementar reservas pasa por la repatriación de capitales privados
“Un aumento en el volumen de importaciones podría impactar directamente sobre las reservas internacionales del banco central. No obstante, una ayuda no menor viene siendo el aumento significativo en los depósitos en dólares (por el blanqueo), el cual comienza a acelerar su ritmo. Esto no tiene impacto sobre las reservas netas, aunque sí sobre las reservas brutas”, acotó el Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
“Los datos recientes apuntan a un incipiente repunte de la actividad, clave en la secuencia necesaria para sostener los esfuerzos de estabilización en curso. La desinflación desempeña un papel clave. La implementación de incentivos fiscales y esfuerzos de desregulación podría impulsar el consumo y la inversión”, sostuvo Morgan Stanley en un informe semanal.