Milei le dio relevancia a bajar el riesgo país, una admisión encubierta de que necesita endeudarse en dólares para cubrir vencimientos de 2025

Las expectativas no fueron canceladas por el discurso oficial para entregar al Congreso el presupuesto 2025, que obvió temas centrales. Hoy los mercados empezarán a dar su respuesta

Presentacion del presupuesto Nacional en el Congreso de la Nacion, el 15 de Septiembre del 2024, en Buenos Aires; Argentina. (Fotos: Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado)

Lo más destacado fue la innovadora presentación. Es que, hasta hace unos años, la novedad era que el presupuesto entrara al Congreso en tiempo y formara y se aprobara antes de su ejecución. Después, si se cumplía o no era otro tema. Hubo épocas en que el presupuesto se aprobó avanzado el año de ejecución y luego se hacían ajustes por inflación. La presentación la hacía el ministro de Economía y el presupuesto era una formalidad porque la inflación lo invalidaba en poco tiempo.

Cuando comenzó el discurso del presidente Javier Milei, parecía el anuncio de un plan económico, más que la presentación del presupuesto 2025. A medida que dejaba atrás las primeras páginas -fue totalmente leído- se adentró en la anulación del déficit fiscal en todas sus expresiones, al subrayar que debía ser superior al gasto más el pago de los intereses de la deuda. Hubo una palabra que recorrió el discurso de manera subrepticia al menos en cuatro oportunidades y parece ser el próximo centro del plan económico: bajar el riesgo país.

El discurso dejó en claro que el arma inmediata es acceder al mercado internacional de capitales para cambiar el perfile de la deuda soberana. Esto es, aunque no lo aclarara específicamente, llegar a un riesgo país inferior a los 800 puntos básicos para conseguir financiamiento externo que le permitan cancelar los vencimientos de 2025 que llegan a USD 16 mil millones en el primer semestre del próximo año.

Reservas. el flanco vulnerable

Milei sabe que el flanco vulnerable son las reservas que sacrificó en aras de bajar la inflación. Además, crece el asedio de los inversores para que salga del cepo. Renovar la fe del mercado, fue el verdadero motivo de este discurso porque junto a la baja del riesgo país, prometió la de la inflación. Estas dos condiciones son las necesarias y suficientes para eliminar el cepo cambiario al que no mencionó en el discurso.

Utilizó mucho el “si” condicional en la baja de impuestos. Es decir que para eliminar un tributo debería suceder algo . Por caso, los gobernadores deberían hacer un ajuste del gasto de USD 39 mil millones para eliminar ingresos brutos y otras tasas provinciales. El recorte exigido a las provincias, comparado con los USD 90 mil millones, que según Milei se recortó del gasto público nacional, parece una cifra inalcanzable.

FOTO DE ARCHIVO: Un operador especializado trabaja en su puesto en el parqué de la Bolsa de Nueva York (NYSE) en Nueva York, Estados Unidos, el 3 de junio de 2024. REUTERS/Brendan McDermid/Archivo

Hubo demasiados supuestos, para garantizar la libertad de mercados. Es por eso por lo que apoco de comenzar su discurso viró hacia estos enunciados y le dio forma política contrastándolo con lo que hizo la oposición cuando fue Gobierno.

El blindaje del Estado es una medida acertada. Pero ocurre que dentro de ese Estado hay jubilados que ya padecieron un fuerte ajuste ¿Seguirá recayendo sobre ellos el déficit cero a cualquier costo? Jamás mencionó la palabra jubilados ni educación que hoy son el centro de sus problemas políticos.

Habló con más precisión de la seguridad, donde hubo logros vivibles como la desaparición de los piquetes y la baja de la tasa de homicidios en Rosario.

También apuntó a la mala atención de los hospitales, pero no mencionó que la salud ya no está a cargo del Estado porque 70% lo cubren las prepagas, obras sociales y 30 % restante, las provincias. Solo una docena de hospitales dependen directamente del Estado. El resto, son provinciales o municipales, aunque reciben asignaciones del Gobierno.

El presidente jamás mencionó las palabras “jubilados” y “educación”, que hoy son el centro de sus problemas políticos

En estos puntos es donde da fe de que es el primer presidente economista, algo que lo enorgullece y lo afirmó en su discurso, porque no se expandió sobre salud, seguridad y justicia, que son los únicos temas en los que el Estado tiene responsabilidad directa. Es más, no hubo una sola mención a modificar la Justicia, la institución que debe penalizar la corrupción que en varios tramos de su discurso mencionó.

Todas las noticias, anoche se volvieron viejas. No se dio ninguno de los anuncios sobre los que se especulaban. Los números del presupuesto, de los que no mencionó, son ambiciosos: crecimiento del PBI de 5%, inflación de 18,3% anual con un dólar a $1.207, superávit comercial de USD 22 mil millones. Cabe recordar que la recaudación por el Impuesto PAIS en 2025 debería desaparecer.

Un gesto que no pasó desapercibido es que el hostigamiento presidencial se centró en el kirchnerismo. No mencionó socialismo, comunismo, radicales ni peronistas. Las últimas votaciones en el poder legislativo y los DNU a los que tuvo que apelar, fueron maestros importantes para que eligiera un solo enemigo.

El mercado hoy dará su respuesta al discurso. Los comentarios trasnochados no indicaban catástrofe ni euforia. Los inversores hablarán as través de lo que cotizan los principales instrumentos. Por caso, mirando los valores de los títulos atados al CER y las tasas que pagan las LECAP, se apuesta a una inflación de 3,5% mensual, lejos de la que el Gobierno espera en 2025. Por otra parte, habrá que ver como asimila la sensación de que la eliminación del cepo no será a fin de este año ni a principios del próximo.